Una revisión sistemática realizada por autores del Reino Unido, Australia e Irán sobre un tema de palpitante actualidad cual es el del riesgo de infección para rescatistas que asisten a pacientes COVID 19 que hayan sufrido un paro cardíaco será motivo de comentario en la NOTICIA DEL DÍA de hoy*.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró una pandemia del síndrome respiratorio agudo severo Coronavirus 2 (SARS-CoV-2) el 11 de marzo de 2020. Al 4 de abril de 2020, se informó que más de un millón de personas se habían infectado con la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID -19), de los cuales más de 55,000 han muerto.
Estas cifras reflejan la situación de la pandemia al momento de escribirse la revisión.
Los datos de China destacan el riesgo potencial para los trabajadores de la salud cuando realizan procedimientos de generación de aerosoles (AGP) en pacientes con COVID-19.
La OMS ha categorizado la reanimación cardiopulmonar (RCP) como un procedimiento generador de aerosol, que requiere el uso de mascarillas de respiración y otro equipo de protección personal (EPP).
En contraste, algunas guías nacionales describen las compresiones torácicas y la desfibrilación como procedimientos que no generan aerosoles. .
La discordancia entre la OMS y las directrices nacionales puede reflejar diferencias en la terminología, específicamente la OMS utiliza el término reanimación cardiopulmonar para incorporar compresiones torácicas, desfibrilación y maniobras asociadas de las vías respiratorias.
Sin embargo, una revisión de 2012 sobre la transmisión del síndrome respiratorio agudo severo (SARS) identificó incertidumbre sobre el potencial generador de aerosol de compresiones torácicas y desfibrilación.
Las pautas de reanimación actuales destacan la importancia de la seguridad de los reanimadores.
Retrasar la administración de compresiones torácicas y desfibrilación hasta varios minutos para que los trabajadores de la salud se coloquen el equipo de protección personal (EPP) reducirá la probabilidad de supervivencia del paciente.
Por otro lado, la administración de procedimientos que generan aerosoles a un paciente infectado con COVID-19 puede poner en riesgo a los trabajadores de la salud. Impulsado por la preocupación de la comunidad clínica en cuanto al enfoque óptimo en el paro cardíaco, el Comité de Enlace Internacional sobre Reanimación (ILCOR) identificó la necesidad urgente de una revisión de la evidencia actual para informar las recomendaciones internacionales de tratamiento de reanimación en pacientes con COVID-19 conocido o sospechado. .
Por lo tanto, el objetivo de esta revisión fue identificar el riesgo potencial de transmisión asociado con intervenciones clave (compresiones torácicas, desfibrilación, reanimación cardiopulmonar) para informar las recomendaciones internacionales de tratamiento.
Se realizó una revisión sistemática que comprendía tres preguntas:
(1) generación de aerosoles asociada con intervenciones clave;
(2) riesgo de transmisión de infecciones por el aire asociado con intervenciones clave; y
(3) el efecto de diferentes estrategias de equipo de protección personal.
Para ello se efectuaron búsquedas en MEDLINE, Embase, el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados y la base de datos COVID-19 de la Organización Mundial de la Salud el 24 de marzo de 2020. Los criterios de elegibilidad se desarrollaron individualmente para cada pregunta. Se evaluó el riesgo de sesgo para los estudios individuales y se utilizó el proceso GRADE para evaluar la certeza de la evidencia por resultado.
Se incluyeron once estudios: dos estudios de cohortes, un estudio de casos y controles, cinco informes de casos y tres ensayos controlados aleatorios con maniquíes. No se halló ninguna evidencia directa de que las compresiones torácicas o la desfibrilación estén o no asociadas con la generación de aerosoles o la transmisión de infecciones. Los datos de los estudios con maniquíes indican que ponerse el equipo de protección personal retrasa la administración del tratamiento. Los estudios proporcionaron solo evidencia indirecta, sin ningún estudio que describiera pacientes con COVID-19. La certeza de la evidencia fue baja o muy baja para todos los resultados.
Por lo tanto, como conclusión no se sabe con exactitud si las compresiones torácicas o la desfibrilación provocan la generación de aerosoles o la transmisión de COVID-19 a los rescatistas. Hay pruebas muy limitadas y una rápida necesidad de realizar más estudios.
* Couper K, Taylor-Phillips S, Grove A, et al. COVID-19 in cardiac arrest and infection risk to rescuers: A systematic review. Resuscitation. 2020;151:59-66. doi:10.1016/j.resuscitation.2020.04.022