Investigadores pertenecientes al College Station, de la Universidad de Texas A&M, Texas, EE. UU. realizaron una revisión sistemática de las barreras y facilitadores percibidos por los pacientes para la adopción y el uso de tecnologías de salud remota para controlar patologías como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares entre las poblaciones desproporcionadamente afectadas* y publicaron sus resultados y conclusiones en AMIA Annual Symposium Proceedings Archive de 2022, a su vez publicada en línea el 29 de abril de 2023.
Señalan para introducir el tema que la prevalencia de enfermedades crónicas continúa aumentando y representa una carga significativa para el sistema de atención médica en los Estados Unidos.
La enfermedad cardiovascular (ECV), la enfermedad crónica más extendida, es la principal causa de morbilidad y mortalidad en los EE. UU. y representa casi un millón de muertes al año.
La diabetes, un factor de riesgo conocido de ECV, se diagnostica en más de 34 millones (casi 1 de cada 10) estadounidenses.
Las poblaciones afroamericanas/negras e hispanas reciben un diagnóstico desproporcionado de diabetes mellitus tipo 2 (T2DM) y ECV.
Los métodos principales utilizados para controlar ambas enfermedades se centran en las causas modificables y requieren el cumplimiento de hábitos saludables, como el control frecuente de la glucosa en sangre (particularmente para la DM2), tomar los medicamentos según lo prescrito, mantener una actividad física regular y comer una dieta saludable.
Por lo tanto, el manejo de enfermedades crónicas es fundamental para mejorar los resultados de salud, aumentar la calidad de vida y lograr una atención médica satisfactoria.
Una variedad de influencias en el entorno social y físico de un paciente puede mejorar o impedir los esfuerzos de manejo de la enfermedad.
Por ejemplo, la falta de acceso a la atención médica puede conducir a un mayor riesgo de complicaciones de salud asociadas con la DM2, como ECV, ceguera, accidente cerebrovascular, neuropatía, insuficiencia renal y amputación.
Estos resultados son más comunes entre los grupos minoritarios y los no asegurados.
Además, las comunidades social/económicamente marginadas enfrentan muchas barreras para el manejo efectivo de la enfermedad, incluida la falta de acceso a la atención médica y la cobertura de salud y las barreras educativas, idiomáticas, culturales y de transporte.
Por ejemplo, la falta de tiempo y recursos (p. ej., transporte) pueden actuar como barreras que a menudo impiden la capacidad de un paciente para asistir regularmente a atención presencial en hospitales y clínicas.
Los pacientes a menudo se ven abrumados por las demandas de autocuidado del tratamiento, lo que lleva a una alta prevalencia de incumplimiento.
Las mejoras en la adherencia podrían potencialmente ahorrar $5 mil millones al año, lo que resultaría en 700 000 visitas menos al departamento de emergencias y 341 000 hospitalizaciones menos.
Las tecnologías de salud digital tienen el potencial de promover y apoyar el cambio de comportamiento relacionado con la diabetes y el sistema cardiovascular al disminuir las barreras para acceder al apoyo para el cambio de comportamiento, proporcionando una intervención individualizada y adaptada en torno a los comportamientos de salud y entregando la intervención a tiempo.
Estas tecnologías se han vuelto aún más críticas durante la pandemia de Covid-19, ya que permiten la atención sin contacto.
Este documento asume que la tecnología de salud remota incluye cualquier tipo de atención médica brindada de forma remota, incluida la telemonitorización, la telemedicina, la telesalud, la eSalud y la mSalud.
A pesar de mostrar una gran promesa para mejorar el manejo de enfermedades, se sabe poco sobre los factores que contribuyen a la adopción por parte de los pacientes y el uso sostenible de la tecnología de salud remota en poblaciones desatendidas.
Este estudio tuvo como objetivo revisar sistemáticamente la literatura publicada en busca de barreras y facilitadores que influyan en el uso y la adopción de tecnología de salud remota, tal como lo perciben los pacientes adultos con ECV y DM2 que pertenecen a comunidades social/económicamente marginadas y/o con escasos recursos médicos.
A tales fines se realizaron búsquedas en Medline, Embase, CINAHL y PsychINFO de artículos revisados por pares publicados entre 2010 y 2018.
Se empleó el análisis de contenido para analizar los comentarios cualitativos de los pacientes de los estudios incluidos.
Se adhirió a las pautas de Elementos de informe preferidos para revisiones sistemáticas y metaanálisis (PRISMA, -La declaración PRISMA (Preferred Reporting items for Systematic reviews and Meta-Analyses) publicada en 2009 se diseñó para ayudar a los autores de revisiones sistemáticas a documentar de manera transparente el porqué de la revisión, qué hicieron los autores y qué encontraron-)
Un total de 42 estudios cumplieron los criterios de inclusión.
El diseño de la tecnología de salud remota utilizada fue el facilitador y la barrera mencionada con más frecuencia para la adopción y el uso de dicha tecnología de salud remota.
Estos resultados deberían llamar la atención de los desarrolladores de tecnología sobre la facilidad de uso y la viabilidad de la tecnología remota entre las poblaciones social/económicamente marginadas y/o con escasos recursos médicos.
Se detectaron riesgos de sesgo: más de la mitad de los estudios tenían un tamaño de muestra pequeño, lo que puede haber limitado su poder estadístico y les impidió evaluar un cambio considerable en la satisfacción y otros resultados informados por los pacientes.
También se encontró que varios estudios exhibieron sesgo de selección.
Otro problema fue la generalización de la intervención.
Sin embargo, algunos autores creían que podría haber algunas razones diferentes por las que había un límite a la generalización de estos estudios.
Por ejemplo, Magalang et al. explicó que su estudio se centró en una etnia o raza específica (es decir, filipinos), y era de esperar que los resultados del estudio se limitaran a ese grupo específico de pacientes con diabetes pertenecientes a grupos subrepresentados.
Las características de la intervención de salud a distancia fue el tema más frecuente, y el diseño es la categoría más frecuente tanto para los facilitadores como para las barreras.
Este resultado debería llamar la atención de los desarrolladores de tecnología sobre la usabilidad y viabilidad reales de la tecnología remota, específicamente entre las poblaciones de escasos recursos.
Los sistemas de salud remotos del futuro tendrán que realizar muchas funciones, incluidas, entre otras,
Todas las funciones anteriores tienen componentes técnicos, cualquiera de los cuales puede conducir a la degradación del rendimiento del sistema.
Para abordar las barreras técnicas, se deberá hacer hincapié en los problemas técnicos que tienen más probabilidades de afectar a la población objetivo de pacientes.
Por ejemplo, es más probable que los pacientes en áreas de escasos recursos tengan problemas con el acceso a Internet, mientras que es más probable que los pacientes de telemonitorización experimenten fatiga de alerta (el estado mental resultante de recibir demasiadas alertas que consumen tiempo y energía mental, y que puede ser la causa de que alertas relevantes clínicamente, puedan pasar inadvertidas entre aquellas que no lo son”..
Estas situaciones conducen a «problemas de sistemas», pero son muy diferentes y dependen del contexto.
Además, muchas de las funciones anteriores dependen de las preferencias y necesidades del estilo de vida del paciente.
Serán esenciales técnicas de diseño centradas en el usuario que enfaticen la funcionalidad del sistema y la elegancia/claridad/adaptación en la interacción hombre-sistema.
En resumen, las barreras relacionadas con el diseño, como la latencia del sistema, las interfaces complejas y el contenido educativo inapropiado, solo se pueden aliviar si los sistemas se adaptan a las preferencias, las necesidades y el entorno del usuario final.
Dado que muchas barreras involucraron problemas de diseño de intervención, es probable que la mayoría de las intervenciones del estudio no se optimizaron desde una perspectiva de usabilidad y, por lo tanto, exigieron demasiado tiempo y energía del usuario.
Esta realización tiene un par de implicaciones.
Primero, se necesita más conocimiento sobre cómo las dificultades diarias de vivir como una persona que pertenece a comunidades marginadas social/económicamente impactan el beneficio potencial de la tecnología de salud remota y cómo los sistemas de salud remotos pueden diseñarse para ser robustos a algunas de estas dificultades.
En segundo lugar, los diseñadores y proveedores deben darse cuenta de que el tiempo, la motivación y la energía de los pacientes con enfermedades crónicas pueden ser más limitados que aquellos con más recursos.
Los diseñadores con ese conocimiento desarrollarán mejor sistemas genuinamente beneficiosos que los pacientes marginados puedan usar.
La cultura del paciente es otro factor contextual importante en el diseño de intervenciones de salud remotas.
Es muy probable que las diferentes culturas proporcionen evaluaciones diferentes de una determinada intervención de salud a distancia.
La cultura de la población objetivo de pacientes afecta el idioma, la elección de alimentos, el apoyo familiar, las prácticas de sueño, los hábitos de fumar y muchos otros aspectos relevantes para el diseño del sistema de salud remoto.
Se necesita desesperadamente el conocimiento de cómo estos aspectos culturales impactarán en el desarrollo de las prácticas de diseño.
Finalmente, el costo puede no haber sido un problema en la literatura revisada ya que los participantes fueron reclutados y apoyados.
El beneficio es quizás la fuente de incertidumbre más importante para el futuro de la salud a distancia, especialmente para las poblaciones de escasos recursos que no pueden compartir los costos financieros.
Las fortalezas de este estudio incluyen estar entre las primeras revisiones sistemáticas en tener comentarios de los pacientes, principalmente cualitativos, autoinformados.
Una revisión sistemática de Alvarado et al. fue similar a este estudio en el sentido de que informaron barreras para el uso de tecnología de salud remota en pacientes con diabetes tipo 2.
Sin embargo, esta revisión sistemática también identificó facilitadores para la adopción y el uso de tecnología remota y amplió el alcance de las poblaciones para capturar condiciones de salud crónicas además de la diabetes, como las ECV.
Además, se enfocó en comprender los patrones de utilización de pacientes en poblaciones con escasos recursos médicos y/o marginados social/económicamente, lo que puede informar diseños futuros y conducir a una implementación más efectiva en poblaciones desproporcionadamente afectadas por estas enfermedades.
Los autores reconocieeon que el estudio también tuvo limitaciones.
No se incluyeron artículos no revisados por pares, lo que puede introducir un sesgo de publicación.
Además, muchos estudios informaron solo porcentajes o tasas de satisfacción (p. ej., el 95% de los participantes informaron sentirse satisfechos en general con la intervención) en lugar de citas directas o comentarios cualitativos de los participantes.
Al final, se optó por no incluir los comentarios ofrecidos por un pequeño porcentaje de pacientes como barreras a menos que se dispusiera de comentarios cualitativos explícitos. Esto puede haber llevado a una falta de representación de las barreras
En conclusión, el hallazgo central de la revisión sistemática fue la importancia de los factores contextuales en el diseño de intervenciones de salud remotas.
Se descubrió que falta literatura al respecto y se necesita más investigación.
Los autores creen que los estudios de intervenciones de salud remotas para las comunidades que han sido social/económicamente marginadas serían mucho más valiosos si se hicieran esfuerzos significativos para capturar los aspectos culturales y contextuales más profundos de la vida diaria que influyen en la experiencia del paciente.
* Wagle NS, Schueler J, Engler S, Lawley M, Fields S, Kum HC. A Systematic Review of Patient-Perceived Barriers and Facilitators to the Adoption and Use of Remote Health Technology to Manage Diabetes and Cardiovascular Disease among Disproportionately Affected Populations. AMIA Annu Symp Proc. 2023 Apr 29;2022:1108-1117. PMID: 37128455; PMCID: PMC10148273.