18.04.2025

Una revisión de las diferencias y disparidades raciales en el ECG

El 25 de febrero de 2025, un grupo de investigadores de distintas instituciones médicas de EEUU, publicaron un artículo de revisión en el International Journal of Environmental Research and Public Health en el que abordaron las diferencias raciales observadas en los trazados ECG*.

Este tópico será hoy comentado en la NOTICIA DEL DÍA.

Prologando la revisión, los autores afirmaron que la enfermedad cardiovascular (ECV) sigue siendo una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en todo el mundo. 

La prevalencia total de ECV casi se duplicó de 271 millones en 1990 a 523 millones en 2019, y el número de muertes por ECV aumentó de forma constante de 12,1 millones en 1990 a 18,6 millones en 2019. 

Afirmaron que el diagnóstico temprano y preciso de la ECV es crucial para un tratamiento y una gestión eficaces, y el electrocardiograma (ECG) desempeña un papel fundamental en este proceso. 

El ECG es una herramienta de diagnóstico no invasiva, -continuaron-, que se utiliza para evaluar la función cardíaca, detectar arritmias, controlar las afecciones cardíacas y evaluar la actividad eléctrica del corazón.

Se utiliza ampliamente en entornos clínicos debido a su relación coste-efectividad y a su capacidad para proporcionar información rápida y en tiempo real sobre la salud cardíaca.

A pesar de su uso generalizado, persisten disparidades raciales y étnicas significativas en el diagnóstico, tratamiento y resultados de enfermedades cardiovasculares. 

Ciertos grupos raciales experimentan tasas desproporcionadamente más altas de ECV, incluyendo enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular. 

Entre los pacientes con ECV, las personas negras tienden a tener una mayor carga de comorbilidades y enfrentan un riesgo elevado de resultados adversos relacionados con arritmia en comparación con las personas blancas. 

De manera similar, las poblaciones asiáticas muestran diferentes perfiles de riesgo cardiovascular, como una mayor prevalencia de diabetes, hipertensión y arterias coronarias más estrechas, factores que afectan la función ventricular izquierda de manera diferente en comparación con los caucásicos. 

Estas disparidades raciales y étnicas subrayan la necesidad de comprender y abordar mejor estas diferencias, ya que afectan significativamente los resultados clínicos y contribuyen a la carga socioeconómica general. 

Asimismo, se ven agravadas por las diferencias en el acceso a la atención médica, la calidad del tratamiento y el diagnóstico temprano, lo que lleva a peores resultados para los grupos raciales marginados. 

Por ejemplo, se ha estimado que las desigualdades en la atención médica vinculadas a las disparidades raciales y étnicas cuestan $ 1.24 billones en los Estados Unidos, incluyendo el costo de la muerte prematura y la menor calidad de la atención. 

Los autores obtuvieron esta cifra a través de tres análisis: 

(1) costos médicos directos utilizando datos de la Encuesta del Panel de Gastos Médicos (2002-2006) para comparar el gasto en atención médica entre grupos; y 

(2) costos indirectos que evalúan las pérdidas de productividad y los ahorros potenciales de la eliminación de las disparidades con el mismo conjunto de datos; y 

(3) costos de la muerte prematura: Cálculo del impacto económico de la mortalidad temprana utilizando datos de los Informes Nacionales de Estadísticas Vitales (2003-2006).

Un área crítica donde se manifiestan estas disparidades es en la interpretación de los datos del ECG. 

Aunque el ECG es una herramienta de diagnóstico estándar, varios estudios han indicado que ciertos parámetros del ECG, como la frecuencia cardíaca, el intervalo QT y los patrones de repolarización, pueden diferir entre las poblaciones raciales y étnicas. 

Estas diferencias plantean inquietudes sobre posibles disparidades en la atención médica, en particular en cómo se interpretan y aplican los ECG en diversas poblaciones. 

Además, estas diferencias a menudo no se reconocen lo que lleva a un diagnóstico erróneo o un tratamiento tardío, en particular en grupos subrepresentados. 

Además, la falta de diversidad en la investigación y los estudios clínicos del ECG ha contribuido a una falta de representación de ciertos grupos raciales en el desarrollo de pautas de interpretación del ECG, lo que exacerba aún más el problema. 

Abordar estas disparidades raciales en los datos del ECG y la atención cardiovascular es esencial para mejorar los resultados de salud y reducir las inequidades en salud. 

Existe una creciente necesidad de explorar y comprender el papel de las diferencias raciales en las lecturas de ECG y de desarrollar soluciones que garanticen una atención médica más precisa y equitativa para todos los pacientes. 

Esta revisión buscó examinar la literatura existente sobre las diferencias raciales en los datos de ECG, destacar las disparidades en la atención médica derivadas de estas diferencias y explorar posibles soluciones para mitigarlas mediante enfoques innovadores en la interpretación de ECG, el aprendizaje automático y prácticas clínicas más inclusivas.

Reiterando lo dicho a manera dd síntesis, vale señalar que el electrocardiograma (ECG) es una herramienta no invasiva ampliamente utilizada para diagnosticar diversas afecciones cardiovasculares, como arritmias y cambios estructurales relacionados con cardiopatías. 

A pesar de su papel crucial en la atención clínica, las diferencias raciales y étnicas en las lecturas del ECG suelen estar poco exploradas o abordadas de forma inadecuada en la investigación. 

Se han observado variaciones en parámetros clave del ECG, como el intervalo PR, la duración del QRS, el intervalo QT y la morfología de la onda T, en diferentes grupos raciales. 

Sin embargo, la escasa investigación en esta área ha dificultado el desarrollo de criterios diagnósticos que consideren estas diferencias, lo que podría contribuir a las disparidades en la atención médica, ya que los algoritmos de interpretación del ECG, desarrollados en gran medida a partir de datos poblacionales importantes, pueden dar lugar a diagnósticos erróneos o tratamientos inadecuados para grupos minoritarios. 

Esta revisión tuvo como objetivo ayudar a los investigadores y especialistas cardiovasculares a comprender, explorar y abordar mejor el impacto de las diferencias raciales y étnicas en las lecturas del ECG. 

Al identificar las posibles causas, que abarcan desde factores genéticos hasta influencias ambientales, y explorar las disparidades resultantes en los resultados de la atención médica, los autores propusieron estrategias como el desarrollo de normas de ECG específicas para cada raza, la aplicación de inteligencia artificial (IA) para mejorar la precisión diagnóstica y la diversificación de las bases de datos de ECG. 

Gracias a estos esfuerzos, la comunidad médica puede avanzar hacia una atención cardiovascular más personalizada y equitativa.

Enfatizando acerca de las diferencias raciales observadas, los autores indicaron que estudios que las examinaron revelaron disparidades significativas que pudieron afectar la toma de decisiones clínicas y los resultados. 

La Tabla que adjuntaron, proporcionó una descripción detallada de los estudios clave que exploraron estas diferencias, destacando la heterogeneidad en los hallazgos del ECG entre los grupos raciales. 

Las investigaciones indicaron que los afroamericanos pueden presentar voltajes QRS más altos y duraciones QRS más largas en comparación con los caucásicos, lo que pudo afectar la identificación de la hipertrofia ventricular izquierda (HVI) en entornos clínicos. 

Por ejemplo, el Estudio 3 indicó trayectorias adversas persistentes en los patrones de HVI del ECG, particularmente entre los varones negros y nativos americanos. 

Se documentaron diferencias en los intervalos QT entre los grupos raciales, con intervalos QT más cortos reportados en las poblaciones afroamericanas y asiáticas en comparación con los caucásicos. 

Por su parte el Estudio 8 identificó variaciones específicas de género dentro de las poblaciones asiáticas en comparación con las blancas. 

Patrones como la repolarización precoz benigna (RE) y las inversiones de la onda T fueron más prevalentes entre los afroamericanos. 

Los estudios 5 y 6 revelaron que la inversión de la onda T anterior (TWI) y las elevaciones del punto J asociadas, comunes en poblaciones negras sanas, pudieron malinterpretarse como hallazgos patológicos.

Tabla 1. Estudios clave sobre las diferencias raciales en el ECG.

#

Grupos raciales/étnicos estudiados

Diseño del estudio y poblaciones

Se investiga el ECG o la medición del ECG

Afecciones cardíacas asociadas

Hallazgos clave

Referencia y año de publicación

1

Blanco no hispano; asiático; negro/afroamericano; hispano/latino; indio americano/nativo de Alaska

Un análisis de cohorte retrospectivo que incluyó a 97.829 pacientes con ECG y ecocardiogramas pareados recopilados por Mayo Clinic

ECG de 12 derivaciones

Fracción de eyección del ventrículo izquierdo baja

Las variaciones raciales del ECG no afectaron la capacidad de una red neuronal convolucional para predecir una fracción de eyección del ventrículo izquierdo baja a partir del ECG.

Noseworthy, PA, y otros (2020) [ 23 ]

2

Blanco no hispano; hispano; negro y asiático

Un análisis retrospectivo utilizó ECG de 12 derivaciones tomados entre 2008 y 2018 de 326.518 encuentros de pacientes derivados por indicaciones clínicas estándar al Hospital de Stanford.

ECG de 12 derivaciones

Insuficiencia cardiaca

En general, no se observaron diferencias significativas entre los grupos raciales. Sin embargo, el modelo primario tuvo un rendimiento significativamente peor en pacientes negros de 0 a 40 años en comparación con todos los demás grupos raciales de este grupo de edad, siendo las diferencias más pronunciadas entre las mujeres negras jóvenes.

Kaur, Dhamanpreet y col. (2024) [ 24 ]

3

Blancos, negros, asiáticos e isleños del Pacífico, latinos, mestizos y nativos americanos

La red de Kaiser Permanente del Norte de California recopiló información de la población del Norte de California.

La hipertrofia ventricular izquierda (HVI) se midió mediante el producto voltaje-duración de Cornell.

Hipertrofia ventricular izquierda

Las trayectorias adversas de HVI en el ECG (persistente, de nuevo desarrollo o patrón variable) fueron más comunes entre los hombres de raza negra y nativos americanos y se relacionaron de forma independiente con la enfermedad cardiovascular incidente, con razones de riesgo que variaron de 1,2 para HVI en el ECG de patrón variable y ataque isquémico transitorio en mujeres a 2,8 para HVI en el ECG persistente e insuficiencia cardíaca en hombres.

Iribarren, Carlos, et al. (2017) [ 21 ]

4

Chinos, nigerianos, negros y caucásicos

Los datos del ECG estaban disponibles para cuatro muestras de población reunidas en Escocia, Taiwán, Nigeria e India.

Voltajes QRS y amplitudes ST

No especificado

Los voltajes QRS fueron más altos en los hombres negros jóvenes en comparación con otros, mientras que las amplitudes ST, como en V2, fueron más altas en los hombres chinos y nigerianos que en los caucásicos.

Macfarlane, PW, y otros (2014) [ 25 ]

5

adultos negros

Estudio de revisión para adultos negros sanos

Voltaje QRS; Repolarización temprana; Inversión de la onda T; STE anterior y TWI con elevación del punto J asociada

adultos negros sanos

Se encuentran seis patrones de ECG con mayor frecuencia en adultos negros sanos que en blancos.

Walsh, B., y otros (2019) [ 26 ]

6

norteamericanos blancos; negros e hispanos

Un análisis retrospectivo utilizó ECG de 12 derivaciones de la Segunda Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición y la Encuesta de Examen de Salud y Nutrición Hispana.

amplitudes del ECG

Diferencias étnicas en las amplitudes del ECG

Se observaron diferencias raciales sustanciales en las amplitudes del ECG. En general, las amplitudes del ECG y las combinaciones de amplitudes utilizadas en los criterios de hipertrofia ventricular izquierda (HVI) fueron mayores en personas de raza negra que en personas de raza blanca.

Rautaharju, PM, et al. (1994) [ 16 ]

7

Blanco; afroamericano; hispano y chino

Un análisis transversal en el MESA (Estudio multiétnico de aterosclerosis), un estudio de cohorte de base comunitaria que inscribió a 6.814 estadounidenses libres de enfermedad cardiovascular clínicamente reconocida entre 2000 y 2002.

AF

AF

La prevalencia de FA detectada clínicamente tras 14,4 años de seguimiento fue del 11,3 % en la población blanca, del 6,6 % en la población afroamericana, del 7,8 % en la población hispana y del 9,9 % en la población china, y fue significativamente menor en la población afroamericana que en la población blanca, tanto en el análisis sin ajustar como en el ajustado por factores de riesgo. Por el contrario, en los mismos individuos, la proporción de FA detectada mediante monitorización mediante ECG ambulatorio durante 14 días fue similar en los cuatro grupos raciales/étnicos: 7,1 %, 6,4 %, 6,9 % y 5,2 %, respectivamente (en comparación con la población blanca; todos los valores de p > 0,5).

Heckbert, SR y cols. (2020) [ 27 ]

8

Blanco y asiático

Estudiamos a 2677 participantes blancos del Framingham Heart Study y a 2972 participantes asiáticos del Singapur Longitudinal Aging Study libres de infarto de miocardio o insuficiencia cardíaca.

Onda P; HVI; EAI; QTc; intervalo PR, duración del QRS, intervalo QT, voltaje del QRS

Libre de infarto de miocardio o insuficiencia cardíaca.

El intervalo PR fue más largo en los asiáticos que en los blancos. El intervalo QT fue más corto en los hombres asiáticos y más largo en las mujeres asiáticas, en comparación con los hombres y mujeres blancos, respectivamente. Los asiáticos presentaron mayor probabilidad de presentar hipertrofia ventricular izquierda (HVI) en el ECG que los blancos.

Santhanakrishnan, R., et al. (2016) [ 22 ]

9

Se comparó la distribución de las medidas iniciales de la enfermedad por etnia en 15.429 participantes (27 % negros) del estudio Riesgo de aterosclerosis en comunidades (ARIC).

Fuerza terminal de la onda P, duración de la onda P, área de la onda P y duración de PR

AF

La FA fue significativamente menos frecuente en personas de raza negra que en personas de raza blanca. La etnia negra se asoció significativamente con predictores anormales de FA en comparación con las personas de raza blanca. Los predictores de FA se asociaron significativa e independientemente con la FA y el ictus isquémico, sin interacción significativa entre la etnia y los predictores de FA. Estos hallazgos justifican aún más el uso de los predictores de FA como un indicador temprano del riesgo futuro de FA y ictus.

Soliman, E. Z et al. (2009) [ 28 ]

10

En blanco y negro

2463 pacientes blancos y negros con insuficiencia cardíaca y fracción de eyección del ventrículo izquierdo ≤ 35% que se sometieron a angiografía coronaria y electrocardiografía de 12 derivaciones en el Duke University Hospital entre 1995 y 2011.

Duración prolongada del QRS

Disfunción sistólica del ventrículo izquierdo

La duración del QRS fue mayor en hombres blancos, seguidos de mujeres blancas, hombres negros y mujeres negras. El bloqueo de rama izquierda del haz de His fue más frecuente en mujeres que en hombres, y en individuos blancos que negros.

Tiffany C. Randolph y otros (2017) [ 29 ]

11

Afroamericanos y blancos

Los participantes fueron 148 hombres y mujeres empleados entre 25 y 45 años de edad que participaron en la Investigación Bioconductual de Hipertensión de Duke (BIOH).

variabilidad de la frecuencia cardíaca

Aumento de la masa ventricular izquierda e hipertensión

Una mayor variabilidad de la frecuencia cardíaca de alta frecuencia (HF-HRV) se asoció con un mayor aumento de la masa ventricular izquierda (LVM) entre los afroamericanos, pero no se relacionó con LVM en los blancos.

Hill, LaBarron K., et al. (2017) [ 30 ]

Si bien algunos estudios exploraron las diferencias raciales y étnicas en las lecturas de ECG, la investigación en esta área es relativamente escasa. 

Estos hallazgos plantearon inquietudes sobre la aplicación de estándares generalizados de ECG en poblaciones diversas. 

Las disparidades en el ECG subrayaron la necesidad de establecer normas específicas para cada población para mejorar la precisión diagnóstica y la equidad en la atención cardiovascular. 

Es fundamental realizar estudios multiétnicos a gran escala para mejorar la representatividad y la aplicabilidad de los criterios de ECG a nivel mundial. 

Sin una base de investigación más sólida, la dependencia actual de estándares generalizados de ECG puede perpetuar las disparidades en el diagnóstico y el tratamiento.

Acerca de las posibles causas de aquellas diferencias raciales, indicaron que varios factores pudieron contribuir a su ocurrencia. 

Las variaciones genéticas, particularmente en la función de los canales iónicos y las vías de conducción cardíaca, probablemente desempeñen un papel significativo. 

Por ejemplo, ciertas variantes genéticas asociadas con la regulación de dichos canales pueden ser más prevalentes en grupos raciales específicos, lo que afecta las formas de onda del ECG. 

Los grupos raciales y étnicos a menudo difieren en los hábitos de vida, como la dieta, la actividad física y los niveles de estrés crónico, todo lo cual puede influir en las lecturas electrocardiográficas. 

Las disparidades socioeconómicas también pueden exacerbar estos factores, y los grupos marginados a menudo tienen menos acceso a la atención médica y a los servicios preventivos. 

La mayor prevalencia de hipertensión, diabetes y obesidad en ciertos grupos raciales, particularmente afroamericanos e hispanos, también puede contribuir a patrones de ECG distintos. 

Estas afecciones influyen en la función cardíaca y, por lo tanto, en las lecturas del ECG. 

Debido a que muchos algoritmos de ECG y rangos de referencia se derivan predominantemente de poblaciones caucásicas, puede ocurrir un sesgo de medición, lo que resulta en interpretaciones distorsionadas cuando se aplica a grupos no caucásicos.

En cuanto al género y la herencia genética, plantearon que además de los factores raciales y étnicos, las diferencias basadas en el sexo desempeñan un papel crítico en la conformación de los parámetros del ECG y debieran considerarse al evaluar los diagnósticos cardiovasculares. 

Se sabe que las hormonas sexuales, incluyendo el estrógeno, la testosterona y la progesterona, influyen en intervalos clave del ECG, como los intervalos QT y PR, así como en la morfología de la onda T. 

Por ejemplo, el estrógeno se ha asociado con un intervalo QT prolongado, mientras que la testosterona puede ejercer un efecto de acortamiento. 

Estas influencias hormonales contribuyen a perfiles electrofisiológicos distintos entre hombres y mujeres, que pueden interactuar con factores raciales para modular aún más las lecturas del ECG.

Las diferencias genéticas relacionadas con el sexo también contribuyen a estas variaciones. 

Factores relacionados con los cromosomas sexuales, como la inactivación del cromosoma X en mujeres y los efectos del cromosoma Y en hombres, pueden afectar la expresión de los canales iónicos cardíacos, incluidos SCN5A y KCNH2, alterando así la conducción y la repolarización cardíacas. 

Estas influencias genéticas podrían ser la base de algunas de las diferencias observadas en los parámetros del ECG en diversas poblaciones.

Además, los cambios hormonales asociados con las etapas de la vida (por ejemplo, la transición a la menopausia) pueden exacerbar estas diferencias y tener implicaciones clínicas significativas para la evaluación y el diagnóstico del riesgo cardiovascular.

Integrar estos factores biológicos basados en el sexo con consideraciones raciales y étnicas es esencial para refinar los criterios de diagnóstico y avanzar en la atención cardiovascular personalizada.

Las variaciones en los parámetros del ECG entre grupos raciales tienen consecuencias clínicas significativas que pueden influir directamente en las decisiones de diagnóstico y tratamiento, lo que contribuye aún más a las disparidades en la atención médica. 

Confiar en los criterios estándar del ECG, en gran medida derivados de poblaciones predominantemente caucásicas, puede llevar a interpretaciones erróneas que afectan negativamente el manejo del paciente. 

Por ejemplo, la mayor prevalencia de repolarización precoz en afroamericanos a menudo se malinterpreta como infarto de miocardio, lo que lleva a intervenciones innecesarias, como procedimientos cardíacos inapropiados. 

Por el contrario, afecciones como el síndrome de QT largo pueden estar infradiagnosticadas en afroamericanos debido a los intervalos QT generalmente más cortos observados en esta población. 

La confianza en valores de referencia estandarizados del ECG, que pudieron no tener en cuenta estas diferencias raciales, pudo resultar en decisiones médicas inapropiadas, como el mal manejo de las terapias antiarrítmicas, lo que potencialmente perjudica a los pacientes al sobrecorregir o descuidar sus afecciones reales. 

Los estudios han demostrado que los criterios convencionales de ECG para diagnosticar la hipertrofia ventricular izquierda (HVI) pueden tener una sensibilidad reducida en pacientes afroamericanos, lo que lleva a un subdiagnóstico y a una intervención terapéutica tardía. 

De manera similar, las diferencias en los patrones de repolarización entre grupos raciales se han asociado con la variabilidad en el diagnóstico de la isquemia miocárdica, lo que potencialmente resulta en una sobreestimación o subestimación del riesgo cardiovascular.

Ejemplos reales refuerzan aún más estas preocupaciones. 

Así, en un caso reportado, un paciente afroamericano con hallazgos atípicos en el ECG fue inicialmente diagnosticado erróneamente con repolarización precoz benigna, lo que retrasó la identificación y el tratamiento de una miocardiopatía subyacente. 

Otros estudios de caso han documentado algunos en los que la interpretación errónea de anomalías en el ECG en pacientes hispanos condujo a procedimientos invasivos innecesarios, así como a la pérdida de oportunidades para una intervención oportuna.

Una solución innovadora ante estos inconvenientes de interpretación radica en desarrollar valores de referencia de ECG específicos para cada raza, particularmente para parámetros clave como el intervalo QT y la duración del QRS. 

Esto podría permitir diagnósticos más precisos y reducir el riesgo de lecturas erróneas. 

Además, los modelos de aprendizaje automático (ML por sus siglas en inglés de machine learning) ofrecen una vía prometedora para mejorar la interpretación del ECG al tener en cuenta las diferencias raciales y étnicas. 

Al entrenar modelos en conjuntos de datos racialmente diversos, la IA podría proporcionar interpretaciones personalizadas que reflejen mejor los antecedentes del paciente. 

Un paso crítico es diversificar los conjuntos de datos de ECG utilizados para desarrollar algoritmos de diagnóstico. 

Muchas bases de datos de ECG, como PTB XL, MIMIC Waveform y Chapman ECG, se basan predominantemente en poblaciones caucásicas o grupos raciales específicos. 

Incluir más grupos raciales y étnicos mejorará la generalización de estas herramientas. 

Los proveedores de atención médica deben recibir capacitación para reconocer las diferencias raciales en los patrones de ECG. 

Los programas de educación continua deben incorporar estos matices para mejorar la capacidad de los profesionales clínicos de brindar una atención precisa y personalizada. 

Actualizar las guías clínicas para incluir normas de ECG específicas para cada raza ayudará a estandarizar la atención y garantizar que las diferencias raciales se consideren en la práctica clínica habitual.

Aunque estas soluciones ofrecen un camino a seguir, persisten varios desafíos. 

En primer lugar, la subrepresentación de las minorías raciales y étnicas en la investigación clínica sigue siendo una barrera importante. 

Sin una representación adecuada, será difícil desarrollar rangos de referencia precisos y específicos para cada raza. 

Además, si bien la raza puede ser un indicador útil de factores genéticos, ambientales y sociales, no es un marcador perfecto. 

Los estudios futuros deberían apuntar a desentrañar los determinantes biológicos, ambientales y sociales de las diferencias raciales en los datos de ECG, centrándose en las características individuales en lugar de depender únicamente de la categorización racial. 

Si bien el aprendizaje automático ofrece vías prometedoras para mejorar la precisión de las interpretaciones de ECG y reducir las disparidades raciales en los diagnósticos cardiovasculares, es importante reconocer sus limitaciones, en particular el riesgo de perpetuar los sesgos existentes. 

Muchos modelos de aprendizaje automático se desarrollan utilizando conjuntos de datos de entrenamiento que no son adecuadamente representativos de diversos grupos raciales. 

Cuando existen tales desequilibrios, los modelos pueden aprender y reforzar inadvertidamente sesgos históricos, lo que lleva a un rendimiento diferencial entre poblaciones. 

Esta limitación es crítica porque un modelo de aprendizaje automático entrenado predominantemente con datos de un grupo racial puede no generalizarse bien a otros, lo que podría resultar en un diagnóstico erróneo o recomendaciones de tratamiento inapropiadas para poblaciones subrepresentadas.

Como conclusiones, esta revisión destacó el impacto significativo de las disparidades raciales y étnicas en la interpretación del ECG y sus implicaciones para la atención cardiovascular. 

Si bien las estrategias actuales, como las herramientas de diagnóstico basadas en IA y las normas de ECG específicas para cada raza, son prometedoras, el análisis de los autores destacó las siguientes líneas de investigación futuras para abordar estas disparidades.

  1. Estudios longitudinales:
    Abogaron por estudios longitudinales que monitoreen los parámetros del ECG en diversos grupos raciales durante períodos prolongados. Estos estudios serán cruciales para comprender cómo evolucionan las disparidades con el tiempo y en respuesta a las intervenciones, proporcionando información sobre los resultados clínicos a largo plazo asociados a estas diferencias.
  2. Conjuntos de datos diversos y representativos: Existe una necesidad apremiante de desarrollar bases de datos de ECG extensas y racialmente equilibradas. Las investigaciones futuras deberían centrarse en la selección y el intercambio de conjuntos de datos que reflejen con precisión la diversidad demográfica de la población. Estos conjuntos de datos serán esenciales para el entrenamiento de modelos de aprendizaje automático robustos y generalizables entre diferentes grupos raciales.
  3. Análisis integrado de sexo y raza: Las investigaciones futuras deberían integrar el análisis de las diferencias de género con las disparidades raciales en las lecturas del ECG. La investigación que examina la interacción entre factores hormonales, genéticos y ambientales ayudará a refinar los criterios de diagnóstico y a garantizar enfoques terapéuticos más personalizados.
  4. Validación de normas específicas de la raza: Se necesitan ensayos multicéntricos prospectivos para validar las normas de ECG específicas para cada raza. Dichos estudios deberían evaluar la utilidad clínica de estas normas para reducir los diagnósticos erróneos y mejorar las decisiones terapéuticas, trasladando así los hallazgos de la investigación a la práctica.
  5. Mitigación de sesgos en el aprendizaje automático: El trabajo futuro también debe centrarse en el desarrollo e implementación de métodos de detección y corrección de sesgos en los modelos de aprendizaje automático (ML) utilizados para la interpretación de ECG. La evaluación y adaptación continuas de estos modelos en entornos reales son fundamentales para garantizar que los avances en IA conduzcan a resultados sanitarios equitativos.

Al explorar estas líneas de investigación, se podrán comprender mejor las causas subyacentes de las disparidades en el ECG y desarrollar herramientas de diagnóstico más eficaces y equitativas. 

Estos pasos no solo enriquecerán el conocimiento científico, sino que también impulsarán mejoras significativas en la práctica clínica, reduciendo así la carga de enfermedades cardiovasculares en todos los grupos raciales y étnicos.

Palabras clave:

disparidades raciales ; ECG ; desigualdades en la atención médica ; determinantes sociales de la salud ; aprendizaje automático ; enfermedades cardiovasculares ; inteligencia artificial

* Zheng J, Ani C, Abudayyeh I, Zheng Y, Rakovski C, Yaghmaei E, Ogunyemi O. A Review of Racial Differences and Disparities in ECG. Int J Environ Res Public Health. 2025 Feb 25;22(3):337. doi: 10.3390/ijerph22030337. PMID: 40238300.

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