Investigadores que se desempeñan en la División de Nefrología del Departamento de Medicina de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud, de la Universidad de Stellenbosch, Ciudad del Cabo, Sudáfrica, realizaron una revisión de la literatura disponible cuyo propósito fue analizar el vínculo entre la presencia de hiperkalemia y cambios observables en el ECG, y publicaron sus hallazgos en la edición del 30 de abril de 2025 del The Journal of the Colleges of Medicine of South Africa*.
Este tema será hoy comentado en la NOTICIA DEL DÍA.
Al abordar su revisión, los autores señalaron que
la hiperpotasemia es un trastorno electrolítico común en pacientes hospitalizados y se asocia con una alta mortalidad hospitalaria por todas las causas.
Una revisión sistemática y un metaanálisis realizados en un centro terciario de Sudáfrica
informaron una prevalencia de hiperpotasemia entre pacientes adultos del 6,3 %, mientras que la incidencia de hiperpotasemia en la población adulta fue de 2,8 casos por 100 personas-año.
En Sudáfrica, el estudio de cohorte retrospectivo más grande sobre hiperpotasemia en adultos hospitalizados informó una tasa de incidencia de 3,7 casos por 100 pacientes-año.
En pacientes con hiperpotasemia, los síntomas suelen estar ausentes o ser leves.
El electrocardiograma (ECG) es una herramienta de diagnóstico inmediato que puede ayudar en la detección de esta anormalidad, ya que existe una asociación entre la gravedad de la hiperpotasemia y la evolución de las manifestaciones electrocardiográficas.
El ECG desempeña un papel fundamental en el manejo de la hiperpotasemia al
(1) detectar posibles signos de la afección, que posteriormente se confirman mediante pruebas de laboratorio;
(2) guiar el tratamiento de emergencia en casos de hiperpotasemia potencialmente mortal, especialmente cuando se presentan patrones electrocardiográficos característicos, lo que a menudo motiva una intervención inmediata sin esperar a los análisis de sangre confirmatorios; y
(3) evaluar a los pacientes con hiperpotasemia conocida para determinar quién requiere tratamiento de desplazamiento de potasio.
En Sudáfrica, en una encuesta realizada sobre el conocimiento de los especialistas médicos en el manejo de emergencias de la hiperpotasemia, tres cuartas partes de los encuestados consideraron que existía una correlación deficiente entre [K + ] y la presencia de cambios en el ECG.
Existen numerosos factores que conducen a esta desconexión entre la evolución de los cambios en el ECG y los niveles de hiperpotasemia, factores que a menudo se pasan por alto.
Estos incluyen la adaptación fisiológica, la cardiopatía estructural, los fármacos y la gravedad de las enfermedades concomitantes.
Un estudio retrospectivo informó que todos los pacientes con hiperpotasemia grave que desarrollaron eventos adversos a corto plazo presentaban una alteración electrocardiográfica previa.
Los cambios asociados con eventos adversos a corto plazo fueron
No se observó una correlación estadísticamente significativa entre las ondas T picudas y los resultados adversos a corto plazo.
En el entorno de actuación de los autores, la hiperpotasemia se presenta con mayor frecuencia en personas más jóvenes que en países de altos ingresos.
Las causas de la hiperpotasemia relacionada con la lesión renal aguda (AKI, por sus siglas en inglés de acute kidney injury) pueden diferir de las de los países desarrollados, incluyendo enfermedades infecciosas como la malaria, una mayor incidencia de AKI relacionada con traumatismos y el uso más común de medicamentos como la trimetoprima en personas con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
Además, debido al acceso limitado a la atención médica, los pacientes suelen presentarse más tarde, lo que puede resultar en una hiperpotasemia más grave.
Los autores no pudieron identificar ningún estudio que investigara la prevalencia y el tipo de cambios en el ECG asociados con la hiperpotasemia en África subsahariana.
Por lo tanto, investigaron esta brecha de conocimiento.
Para subrayar los datos destacables de lo expresado hasta aquí es válido reiterar que la hiperpotasemia es un trastorno electrolítico frecuente en pacientes hospitalizados y se asocia con arritmias cardíacas mortales.
En el África subsahariana, existen escasos datos sobre la prevalencia y el tipo de alteraciones electrocardiográficas (ECG) en pacientes con esta condición de su medio interno.
Para ello, se realizó un estudio descriptivo retrospectivo en el Hospital Tygerberg durante un año en 2019.
El Hospital Tygerberg es un importante centro médico público terciario en Parow, en la Provincia Occidental del Cabo, Sudáfrica, conocido por ser el hospital general de distrito más grande de la provincia y el segundo más grande del país, con capacidad para más de 1800 camas.
Es un hospital universitario que colabora con la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Stellenbosch y atiende a más de 3,6 millones de personas, actuando como hospital de derivación para la región.
Se incluyeron pacientes adultos con hiperpotasemia ≥ 5,5 mmol/L y alteraciones electrocardiográficas asociadas 3 h antes o después de la hiperpotasemia documentada en el laboratorio.
Se utilizaron los coeficientes de correlación de Spearman y la regresión multilineal para identificar correlaciones y asociaciones, respectivamente, entre las concentraciones séricas de potasio ([K + ]) y diversas alteraciones electrocardiográficas.
De 344 pacientes con hiperpotasemia y ECG asociado, el 55% presentó alteraciones electrocardiográficas.
Estos pacientes fueron mayores (60 frente a 53 años, p = 0,01), varones (57% frente a 43%, p < 0,01) y presentaron enfermedad renal con mayor frecuencia (88% frente a 78%, p = 0,02).
Se observaron diferencias estadísticamente significativas en todas las mediciones electrocardiográficas, excepto en la amplitud de la onda T.
Las alteraciones electrocardiográficas más frecuentes fueron las anomalías de la onda P (52%) y las ondas T picudas (45%).
Se observó una correlación débil-moderada entre el número de alteraciones electrocardiográficas y la concentración de [K + ].
La duración del QRS ( β : 0,0076, p < 0,001), el intervalo PR ( β : 0,0039, p < 0,001) y la duración de la onda P ( β : –0,0056, p < 0,01) se asociaron con la [K + ].
Sometiendo a discusión estas observaciones, los autores afirmaron que entre los pacientes diagnosticados con hiperpotasemia, observaron que al menos la mitad de ellos exhibieron alteraciones del ECG.
Estos hallazgos se alinearon con los de otros estudios.
Por ejemplo, un estudio observacional retrospectivo informó cambios en el ECG en el 46% de los pacientes, mientras que otro estudio retrospectivo indicó que el 50% de los pacientes mostraron anormalidades del ECG atribuidas a la hiperpotasemia.
Por el contrario, un estudio prospectivo encontró que tres cuartas partes (75%) de los pacientes con hiperpotasemia mostraron alteraciones del ECG.
Varios factores pudieron contribuir a estas tasas de prevalencia variables.
Estos incluyen discrepancias en las metodologías de estudio, como diseños retrospectivos versus prospectivos, así como diferencias en la demografía de los pacientes y comorbilidades como diabetes mellitus y enfermedad cardiovascular.
Los entornos de estudio también juegan un papel, desde pacientes que se presentan al departamento de emergencias hasta un grupo seleccionado de pacientes de diálisis.
Además, las variaciones en la etiología de la hiperpotasemia, como la IRA frente a la enfermedad renal crónica o terminal, junto con los distintos criterios para definir los cambios en el ECG durante la hiperpotasemia, podrían explicar las disparidades.
Asimismo, la distribución de la hiperpotasemia leve, moderada o grave entre los pacientes puede variar entre los estudios.
Otra posible explicación de las tasas de prevalencia inconsistentes es la inclusión de pacientes que podrían haber presentado pseudohiperpotasemia (elevación falsa del potasio sérico que ocurre por un mal procesamiento de la muestra sanguínea o por condiciones inherentes del paciente, como la trombocitosis o leucocitosis extrema).
Por lo tanto, es crucial que los médicos reconozcan que los cambios en el ECG durante la hiperpotasemia pueden tener un amplio rango de prevalencia, lo que puede limitar su utilidad para el cribado.
Hasta donde los autores conocen, este estudio fue el más grande en África subsahariana que exploró la relación entre la hiperpotasemia y las alteraciones del ECG.
La prevalencia general de cambios en el ECG debido a la hiperpotasemia fue solo del 55%.
Encontraron que la alteración del ECG observada con mayor frecuencia fueron las anomalías en las ondas P .
Esta ocurrencia puede haber resultado de la sensibilidad variable del tejido miocárdico a los efectos de la hiperpotasemia.
La investigación sugiere que el tejido auricular podría ser más susceptible en comparación con el tejido ventricular.
Otros estudios indicaron una mayor prevalencia de ondas T picudas .
Debido a la falta de una definición estandarizada para dichas ondas en la hiperpotasemia, los médicos podrían tender a sobreinterpretar este hallazgo, considerándolo un indicador ECG bien conocido de hiperpotasemia.
Observaron que los pacientes con alteraciones en el ECG eran con mayor frecuencia varones, de mayor edad, con enfermedad renal con concentraciones séricas más altas de creatinina, hiperpotasemia más grave y un pH sérico o una concentración sérica de bicarbonato más bajos.
Otro estudio reportó hallazgos similares.
La razón del predominio masculino aún no está clara, mientras que la acidosis metabólica más pronunciada probablemente refleja la gravedad de la disfunción renal subyacente.
Además, junto con la reducción de la eliminación renal de potasio en pacientes con disfunción renal grave, la acidosis metabólica puede exacerbar la hiperpotasemia al redistribuir el potasio del compartimento intracelular al extracelular.
El sistema de conducción cardíaca de los pacientes mayores podría ser más susceptible a los efectos de la hiperpotasemia.
Se encontraron correlaciones deficientes entre todos los cambios en el ECG con [K + ] y una correlación estadísticamente significativa, de débil a moderada, entre el número de cambios en el ECG y la gravedad de la hiperpotasemia.
Este hallazgo concuerda con los reportados por otros autores.
Rafique et al. observaron una prevalencia creciente de cualquier anomalía en el ECG a medida que la concentración de potasio aumentaba de 5,5 mmol/L a > 7,0 mmol/L, mientras que Varga et al. hallaron que casi la mitad de los pacientes con hiperpotasemia presentaban cambios en el ECG, en comparación con solo el 24% de los pacientes con normopotasemia.
Este estudio presentó algunas fortalezas y limitaciones.
El tamaño muestral fue amplio.
No se identificaron estudios en África que describieran la prevalencia de cambios en el ECG durante la hiperpotasemia, por lo tanto, este estudio abordó esta brecha de conocimiento.
Los investigadores se estandarizaron mediante el uso de criterios ECG definidos; sin embargo, la falta de definiciones universales para los cambios morfológicos en el ECG asociados con la hiperpotasemia, especialmente en lo que respecta a las ondas T picudas , podría afectar la prevalencia observada.
Por otro lado, se trató de un estudio retrospectivo; por lo tanto, es posible que se pasaran por alto varios casos de hiperpotasemia, y la omisión aleatoria de datos podría haber introducido sesgo.
La prevalencia de cambios en el ECG podría haberse visto afectada por los pacientes que recibieron sales de calcio para cardioprotección y otras terapias hipopotasémicas, ya que también fueron incluídos aquellos a quienes se les realizó un ECG hasta 3 h después de la hiperpotasemia documentada.
Los diagnósticos de IRA y ERC se fundamentaron con base en las historias clínicas de los pacientes.
Por lo tanto, los autores no pudieron garantizar la precisión de estos diagnósticos.
Si bien no recopilaron datos sobre la prescripción de digoxina, su uso es poco frecuente en el Hospital Tygerberg; sin embargo, puede haber confundido la interpretación de los cambios en el ECG.
En conclusión, hasta donde se sabe, este estudio fue el más grande en África subsahariana que exploró la relación entre la hiperpotasemia y las alteraciones del ECG.
La prevalencia general de alteraciones del ECG debidas a la hiperpotasemia fue de tan solo el 55 %.
Por lo tanto, es fundamental que los profesionales sanitarios reconozcan que las alteraciones del ECG durante la hiperpotasemia pueden tener un valor limitado para el cribado.
* Ssenabulya FR, Chothia MY. Association of hyperkalaemia with electrocardiographic changes at a tertiary centre in South Africa. J Coll Med S Afr. 2025 Apr 30;3(1):110. doi: 10.4102/jcmsa.v3i1.110. PMID: 40951599; PMCID: PMC12424010.