En la edición del 12 de agosto de 2025 del European Heart Journal Open fueron publicados los resultados de una revisión sistemática y metaanálisis cuyo propósito fue analizar el efecto de diferentes intensidades de entrenamiento de ejercicios de resistencia sobre los factores de riesgo cardiovascular.*
Este tema será abordado en la NOTICIA DEL DÍA de hoy.
Para introducir el tema, los autores consideraron que las enfermedades cardiovasculares siguen siendo un problema de salud mundial y, a pesar de las medidas preventivas, siguen siendo una de las principales causas de mortalidad.
En 2009, los costes relacionados con las enfermedades cardiovasculares representaron el 9 % del gasto sanitario total en la Unión Europea.
Según las guías de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC), los principales factores de riesgo cardiovascular (FRCV) son la hipercolesterolemia, la hipertensión, el tabaquismo, la diabetes mellitus y la obesidad.
Al controlar estos FRCV, es mejor mantenerlos en niveles bajos.
En la hipercolesterolemia, el objetivo es reducir el colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL).
Una reducción de 1 mmol/L en las LDL se asocia con una disminución del 25% en el riesgo de eventos vasculares mayores.
En el caso de la hipertensión, una reducción de 5 mm/Hg en la presión arterial sistólica (PAS) reduce el riesgo de eventos cardiovasculares mayores en un 10%.
En adultos con diabetes mellitus tipo 2 (DM2), una reducción del 1% en la hemoglobina glucosilada (HbA1c) se asocia con una disminución del riesgo de enfermedad cardiovascular del 5-7%.
En el caso de la obesidad, se debe lograr una composición corporal saludable con una reducción del índice cintura-cadera (ICC), que se ha asociado con la mortalidad por todas las causas y el riesgo de enfermedad cardiovascular.
Por otro lado, un aumento de 0,01 en el ICC se ha asociado con un aumento del 5% en el riesgo de enfermedad cardiovascular.
El entrenamiento de resistencia se ha recomendado como una intervención eficaz para reducir los FRCV.
El tejido muscular es el órgano principal para la captación de glucosa y la eliminación de triglicéridos y, por lo tanto, es importante para la tasa metabólica.
Estudios previos en adultos con FRCV han demostrado que el entrenamiento de resistencia aumentaba la masa muscular esquelética, lo que condujo a mejoras en el control glucémico, la sensibilidad a la insulina, la presión arterial, la composición corporal y el perfil lipídico.
Estos hallazgos enfatizan la importancia del entrenamiento de resistencia en el manejo de los FRCV.
Aunque revisiones sistemáticas previas demostraron la importancia del entrenamiento de resistencia en los parámetros fisiológicos y metabólicos en adultos con FRCV, todavía existe mucha variabilidad en las intensidades de entrenamiento utilizadas en los protocolos de entrenamiento.
Para aumentar la masa muscular con entrenamiento de resistencia, las guías del Colegio Americano de Medicina del Deporte (ACSM) recomiendan entrenar todos los grupos musculares grandes a una intensidad del 70-80% de la repetición máxima (1RM), dos o tres veces por semana.
Sin embargo, para poblaciones especiales como los adultos con FRCV, las intensidades recomendadas oscilan entre el 40-50% de 1RM para adultos mayores con hipertensión y el 70-85% de 1RM para adultos con DM2 o hipercolesterolemia.
Estas diferentes recomendaciones podrían explicar la variabilidad en las intensidades de entrenamiento utilizadas en los estudios.
Además, la multimorbilidad es altamente prevalente en adultos mayores con alto riesgo de enfermedades cardiovasculares, lo que puede dificultar que los médicos seleccionen la mejor intensidad.
Esto indica la necesidad de mayor claridad sobre la efectividad de las diferentes intensidades del entrenamiento de resistencia, cuyo efecto se ha investigado ampliamente.
Las revisiones previas que lo analizaron encontraron resultados positivos.
Sin embargo, estas revisiones no proporcionaron una descripción general completa con respecto a las diferentes intensidades para adultos con múltiples FRCV: tres revisiones realizadas previamente lo investigaron
Sin embargo, una se centró solo en la PAS en adultos mayores, y las otras dos se centraron solo en adultos con DM2.
Una revisión investigó el efecto de la duración del entrenamiento de resistencia en múltiples FRCV.
Otras revisiones investigaron el efecto del entrenamiento de resistencia en general y no diferenciaron entre diferentes intensidades.
Por lo tanto, aún se desconoce si existe una intensidad de entrenamiento de resistencia que pueda ser efectiva para reducir todos los FRCV mencionados anteriormente y, de ser así, qué intensidad es la más efectiva.
Por lo tanto, el objetivo principal de este estudio fue investigar el efecto del entrenamiento de resistencia de intensidad baja (<60% 1RM), moderada (60-80% 1RM), alta (>80% 1RM) y progresiva (50-100% 1RM) sobre la HbA1c, la PAS, el LDL y el ICC en adultos con mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.
El objetivo secundario fue comparar los efectos de diferentes intensidades de entrenamiento sobre los FRCV.
Por lo tanto, el propósito de esta revisión fue resumir los efectos de diferentes intensidades de entrenamiento de resistencia sobre la HbA1c, la PAS, el LDL y el RCC y ofrecer recomendaciones para la práctica clínica.
Resumiendo, se parte de la premisa de que el entrenamiento de resistencia reduce eficazmente los factores de riesgo cardiovascular (FRCV).
Sin embargo, la intensidad óptima del mismo sigue sin estar clara.
En primer lugar, se investigaron los efectos de diferentes intensidades de entrenamiento de resistencia sobre la hemoglobina glucosilada (HbA1c), la presión arterial sistólica (PAS), las lipoproteínas de baja densidad (LDL) y el índice cintura-cadera (ICC).
En segundo lugar, el objetivo fue comparar el efecto de diferentes intensidades de entrenamiento de resistencia entre sí.
Se identificaron ensayos controlados aleatorios ( n = 59) que investigaron el entrenamiento progresivo ( n = 9), bajo ( n = 15), moderado ( n = 33) y alto ( n = 4) en adultos con FRCV.
Fueron utilizados modelos de efectos aleatorios para investigar los efectos de cada intensidad sobre los FRCV en comparación con controles no activos y análisis de metarregresión para investigar las diferencias en el efecto entre las intensidades de entrenamiento.
Los metaanálisis mostraron efectos estadísticamente significativos de certeza baja a moderada.
La intensidad progresiva redujo la PAS {−14,70 mm/Hg, intervalo de confianza [IC] del 95% (−16,40; −13,00)} y el LDL [−0,16 mmol/L, IC del 95% (−0,19; −0,13)].
La alta intensidad redujo la HbA1c [−0,81 %, IC del 95 % (−1,52; −0,10)], la baja intensidad el LDL [−0,10 mmol/L, IC del 95 % (−0,16; −0,04)], y la intensidad moderada el ICC [−0,02, IC del 95 % (−0,03; −0,01)] y la HbA1c [−0,40 %, IC del 95 % (−0,66; −0,14)].
Los análisis de metarregresión mostraron que la alta intensidad fue significativamente más eficaz para reducir el ICC que la baja intensidad.
No se encontraron diferencias significativas entre las intensidades del entrenamiento de resistencia para la HbA1c, la PAS y el LDL.
En un estudio, la alta intensidad fue más eficaz que la baja intensidad para reducir el ICC.
Sin embargo, el número limitado de estudios que investigaron la intensidad alta y progresiva, así como la certeza de la evidencia, limitaron la posibilidad de extraer conclusiones definitivas.
Se necesita más investigación para aclarar el efecto de diferentes intensidades de entrenamiento de resistencia en múltiples FRCV.
Teniendo en cuenta lo anteriormente señalado, ello puede resumirse subrayando que el objetivo de esta revisión fue destacar los efectos de diferentes intensidades de entrenamiento de resistencia sobre múltiples FRCV.
Asimismo, fue ofrecer una visión general de la evidencia para formular recomendaciones clínicas sobre el uso del entrenamiento de resistencia en adultos con múltiples FRCV.
De esta forma se presentaron datos de 59 ensayos que investigaron este fenómeno; hasta donde se sabe, no se ha realizado anteriormente una revisión tan exhaustiva sobre el tema.
Los análisis de metarregresión realizados no mostraron diferencias estadísticamente significativas entre el efecto de diferentes intensidades de entrenamiento sobre la HbA1c, la PAS y el LDL.
En cambio, sí mostraron una diferencia estadísticamente significativa entre el entrenamiento de resistencia de baja y alta intensidad sobre el ICC.
Los modelos de metarregresión mostraron estimaciones de efecto mayores con intensidades de entrenamiento más altas.
Estos hallazgos indicaron que una mayor intensidad de entrenamiento tiene un mayor efecto sobre los FRCV.
Sin embargo, en general, el número de estudios en esta revisión que investigaron el entrenamiento de resistencia de alta ( n = 4) y progresiva ( n = 9) intensidad fue pequeño.
Esto podría explicar por qué no se encontraron diferencias estadísticas entre las intensidades de entrenamiento, excepto por el efecto del entrenamiento de resistencia de baja frente a alta intensidad sobre el ICC.
Para HbA1c, el metaanálisis mostró una estimación positiva significativa del efecto agrupado de -0.40% para intensidad moderada y -0.81% para alta intensidad.
Las revisiones sistemáticas de Fan et al. (-0.49% HbA1c) y Liu et al. (-0.61% HbA1c) encontraron mayores reducciones en HbA1c para entrenamiento de resistencia de alta intensidad (75–100% 1RM) que para intensidad baja-moderada.
Sin embargo, estas revisiones categorizaron los estudios que usaron intensidad progresiva como alta intensidad y por lo tanto no pudieron diferenciar entre estas intensidades.
Costa et al. realizaron un análisis de subgrupos basado en la intensidad del entrenamiento y encontraron un efecto positivo en LDL de -7.70 mg/dL para estudios que usaron un protocolo de entrenamiento progresivo.
Esto fue similar a los resultados obtenidos por los autores que encontraron un efecto agrupado positivo de intensidad progresiva en LDL de -0.16 mmol/L (-6.19 mg/dL).
Para el ICC, este metaanálisis mostró una reducción significativa del ICC para la intensidad moderada de -0,02 y un aumento no significativo del ICC para el entrenamiento de resistencia de baja intensidad de 0,01.
El análisis de metarregresión mostró que el entrenamiento de resistencia de alta intensidad redujo el ICC significativamente más en comparación con el de baja intensidad.
Sin embargo, el efecto del entrenamiento de resistencia de alta intensidad sobre el ICC solo se investigó en un estudio.
Revisiones previas encontraron resultados similares.
Fan et al. encontraron tamaños del efecto no significativos de 0,01 para el ICC para el entrenamiento de alta intensidad y de -0,02 para el entrenamiento de intensidad baja-moderada en adultos con DM2.
Lopez et al. no encontraron asociación entre la masa grasa corporal total y la intensidad del entrenamiento en adultos con sobrepeso u obesidad.
Los resultados presentan una certeza de evidencia moderada y baja, debido principalmente al riesgo de sesgo y a la inconsistencia de los resultados.
Se encontró una heterogeneidad sustancial entre estudios en la mayoría de los resultados, lo que indicó una alta variabilidad entre ellos.
La inclusión de estudios con diversas poblaciones de participantes y características de la intervención, como la duración y la supervisión, podría explicar esta variabilidad.
Además, aunque solo se incluyeron ECA, la evaluación del riesgo de sesgo mostró inquietudes debido al sesgo en el proceso de aleatorización, la falta de datos de resultados y los resultados publicados.
Los autores holandeses destacaron varias fortalezas de su estudio.
Utilizaron dos enfoques analíticos para comparar los efectos de diferentes intensidades de entrenamiento en los FRCV.
Primero, realizaron metaanálisis según las intensidades de entrenamiento para cada FRCV.
Segundo, realizaron análisis de metarregresión para comparar estadísticamente los efectos de diferentes intensidades de entrenamiento.
Además, se realizaron análisis de subgrupos para explicar la heterogeneidad e inconsistencias en los resultados.
Finalmente, incluyeron estudios de diferentes partes del mundo, lo que contribuyó a la generalización de los resultados.
Admitieron que fueron excluidos estudios porque no pudieron traducir adecuadamente los informes ( n = 12).
Sin embargo, dado el número de estudios incluidos, consideraron que el riesgo de omitir estudios relevantes fue pequeño.
Esta revisión se realizó según un protocolo predefinido.
Sin embargo, debido a la escasez de estudios multibrazo, no fue posible realizar un metaanálisis en red.
Por lo tanto, se desviaron del protocolo en cuanto a los análisis realizados.
Esto limitó la posibilidad de clasificar las intensidades de entrenamiento y afectó la certeza de la evidencia basada en la indirección.
Para el metaanálisis por pares, utilizaron las puntuaciones medias posteriores a la intervención.
Este método no corrigió las puntuaciones medias iniciales, lo que podría haber dado lugar a grandes diferencias en el tamaño del efecto entre estudios y a la imprecisión de los resultados.
Intentaron tener en cuenta las diferencias iniciales en los análisis de sensibilidad excluyendo los estudios atípicos con diferencias iniciales entre los grupos de estudio.
Otra limitación fue que el ICC fue el único resultado antropométrico informado de forma consistente en los estudios incluidos.
Dado que el ICC es un cociente, no se aclaró si los cambios se debieron a reducciones en la circunferencia de la cintura, aumentos en la circunferencia de la cadera o ambos, lo que limitó la interpretación de la naturaleza específica de los cambios en la composición corporal.
Si bien el uso del ICC tiene sus limitaciones, investigaciones previas han demostrado ser un indicador fiable y válido de la adiposidad central y el riesgo para la salud relacionado con la obesidad.
Además, actualmente no existe consenso sobre la medida antropométrica más adecuada, y existe un debate continuo en torno al uso del ICC, la circunferencia de la cintura, el índice cintura-talla, el índice de redondez corporal y otros índices.
Investigaciones previas han demostrado que una reducción del 1% de HbA1c, 5 mm/Hg de PAS y 1 mmol/L de LDL es de relevancia clínica, ya que reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares y mortalidad.
Un aumento de 0,01 en el ICC se ha asociado con un aumento del 5% en el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Considerando estos umbrales, las estimaciones estadísticamente significativas del efecto agrupado presentadas en esta revisión sugirieron que se pueden lograr reducciones clínicamente relevantes en el ICC con entrenamiento de resistencia de intensidad moderada y progresiva, y en la PAS con entrenamiento de resistencia progresivo.
Estos hallazgos mostraron efectos positivos de diferentes intensidades de entrenamiento de resistencia sobre los FRCV.
Sin embargo, lograr una reducción clínicamente relevante en el riesgo de enfermedades cardiovasculares puede requerir más que el entrenamiento de resistencia por sí solo.
En la práctica clínica, el entrenamiento de resistencia debe utilizarse en una intervención más amplia y multicomponente que incluya cambios hacia un estilo de vida saludable, como una nutrición saludable, no fumar, consumo limitado de alcohol y buen sueño, otras modalidades de entrenamiento y, si es necesario, medicación.
Sin embargo, se necesita más investigación para evaluar la efectividad de diferentes combinaciones de intervenciones en el estilo de vida y medicación.
Los adultos con FRCV suelen ser mayores, presentar múltiples enfermedades crónicas y un estilo de vida poco saludable con bajos niveles de actividad física.
Estos factores pueden aumentar el riesgo de lesiones y afectar la capacidad para realizar entrenamiento de resistencia si no se realiza con la guía y la supervisión adecuadas.
La multimorbilidad y los bajos niveles de actividad física también pueden provocar desacondicionamiento físico e inseguridad para hacer ejercicio, lo que puede impedir comenzar con el entrenamiento de resistencia, especialmente a una intensidad más alta.
Por lo tanto, puede ser necesario comenzar con un entrenamiento de resistencia de baja intensidad.
Además, debido a comorbilidades, como la obesidad, las personas pueden sentirse físicamente incómodas al hacer ejercicio o haber tenido experiencias negativas previas con el mismo.
Comenzar con un entrenamiento de resistencia suave y de baja intensidad podría contribuir a una experiencia positiva en ese sentido.
Un enfoque más cauteloso en el entrenamiento de resistencia con un aumento gradual de la intensidad puede disminuir el riesgo de lesiones y aumentar la confianza en la experiencia.
Dado que todas las intensidades de entrenamiento demostraron efectos clínicamente relevantes y considerando la complejidad que implica el entrenamiento con adultos con FRCV, el entrenamiento de resistencia progresivo podría considerarse una intervención adecuada en la práctica clínica.
La intensidad inicial y la progresión deben ser personalizadas por el médico en función del historial médico y las capacidades individuales.
Para mayor clarificación de la efectividad de diferentes intensidades de entrenamiento de resistencia sobre los FRCV, las futuras investigaciones deberían enfocarse en comparar diferentes intensidades directamente.
Dado el número limitado de ensayos que investigan el efecto del entrenamiento de resistencia de intensidad baja, alta y progresiva sobre los FRCV, las futuras investigaciones deberían priorizar la investigación de estas intensidades.
Aunque el entrenamiento de resistencia progresiva incluye todas las demás intensidades, consideraron que es conceptual y fisiológicamente diferente de los protocolos que utilizan una intensidad fija.
En comparación con las intensidades fijas, el entrenamiento de resistencia progresiva evita las mesetas de rendimiento y estimula las adaptaciones neuromusculares y estructurales.
Estas diferencias podrían influir en el efecto del entrenamiento de resistencia sobre los FRCV y, por lo tanto, recomendaron considerar el entrenamiento de resistencia de intensidad progresiva como una categoría separada.
Para abordar la heterogeneidad observada en estos metaanálisis, las investigaciones futuras también deberían centrarse en la asociación entre las características personales y los efectos del entrenamiento.
Identificar las características personales que actúan como factores moderadores permitirá ofrecer sugerencias de entrenamiento más personalizadas.
Además, las investigaciones futuras deberían aspirar a incluir y reportar una gama más amplia de mediciones antropométricas.
Esto permitirá una interpretación más precisa de los cambios antropométricos y su asociación con los resultados de salud.
El uso de múltiples mediciones puede ayudar a aclarar si los efectos observados se deben a cambios en la masa grasa, la masa muscular o la forma corporal.
Finalmente, dado que la evidencia actual es de calidad moderada a baja, los estudios futuros deberían mejorar la transparencia de los métodos reportados, considerando el proceso de aleatorización y los datos de resultados faltantes para reducir el riesgo de sesgo.
Además, los ensayos futuros deberían considerar la aplicación de metodologías estadísticas que consideren las diferencias iniciales entre los grupos de estudio.
Esto contribuirá a reducir el sesgo y permitirá una estimación más precisa del efecto real.
A su vez, esto mejorará la calidad de la evidencia de futuros metaanálisis.
Concluyendo, esta revisión investigó el efecto del entrenamiento de resistencia de intensidad baja, moderada, alta y progresiva sobre los FRCV en adultos con mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Los hallazgos no mostraron diferencias significativas en el efecto entre las intensidades del entrenamiento de resistencia para la HbA1c, la PAS y el LDL.
Un estudio demostró que la alta intensidad fue más efectiva que la baja intensidad para reducir el ICC.
Estos resultados tuvieron una certeza de evidencia baja a moderada.
Se necesita más investigación para explorar el efecto de las diferentes intervenciones de entrenamiento de resistencia entre sí y con las características individuales, para permitir recomendaciones de entrenamiento personalizadas en el futuro.
Se debe mejorar la calidad de los resultados informados.
Con base en la evidencia actual, los médicos deben personalizar la intensidad del entrenamiento de resistencia según factores individuales y médicos.
* de Oude KI, Elbers RG, Gerger H, Maes-Festen DAM, Oppewal A. The effect of different resistance exercise training intensities on cardiovascular risk factors: a systematic review and meta-analysis. Eur Heart J Open. 2025 Aug 12;5(5):oeaf093. doi: 10.1093/ehjopen/oeaf093. PMID: 40980719; PMCID: PMC12448439.