“Desgraciados los hombres que tienen todas las ideas claras”.
Luis Pasteur
Se inicia octubre, mes plagado de efemérides para la ciencia y en especial en el campo de la Salud y la Medicina que nos incumbe. Hechos diversos que nos permiten construir una imaginaria estructura que da cuerpo a ideas libremente asociadas para atacar la desgracia puesta en la claridad de las ideas, según Pasteur
La aspirina de Hoffmann, las vacunas de Salk y el propio Luis Pasteurque descubriera la de la rabia y la anestesia de Norton que tienen en octubre el recuerdo de haber nacido, serán las herramientas del intento.
Tener las ideas claras, a pesar de ser desgraciado para no oponerse a la consideración de un ícono y luego de pasar por el tamiz protector que hemos elegido con aquéllas tres balas certeras tiene sus ventajas.
Por ejemplo, permite visualizar el horizonte hacia el cuál dirigir los pasos, o analizar el presente con criterio de realidad, o tener una idea del pasado que ayude a comprender lo que sucede con la vara de la historicidad y la experiencia.
Esasí como la claridad nos permite caminar por aquel puente que nos llevaría al 17º Encuentro del FIAI el 2 de noviembre, atravesando una Jornada a pura Cardiología en San Miguel de Tucumán el 25 de este mes. Donde el FIAI tendrá su propia Mesa de Casos clínicos y electrocardiográficos.
Es la claridad que nos da la certeza de rendir Homenaje en octubre no solo a Pasteur sino a Ramon y Cajal que falleciera el 17 de octubre de 1934 o a recordar el nacimiento de Alfred Nobel el 21 de octubre de 1833 o el descubrimiento de los Rayos X por Wilheim Röntgen el 8 de octubre de 1895 o el 27 cuando en el lejano 1553 Miguel Servet descubriera la circulación pulmonar o rememorar el nacimiento de Jonas Salk el 28 de octubre de 1914 o cuando Thomas Norton utilizó por primera vez el éter el 16 de octubre de 1846 o cuando Félix Hoffmann extrajeradel sauce el ácido salicílico el 10 de octubre de 1897.
Una vez más, así como una vez editorializáramos sobre el 2054, la imaginación científica nos permite transitar la Historia y subrayar que fuera nuestro amigo Hernán Doval quién dijera en 2006 que dicha imaginación es imprescindible para formular una pregunta científica que lance una investigación, aunque tal formulación no lo fuera en octubre.
¡No queremos ser desgraciados! Por eso elegimos a la aspirina, las vacunas y el éter para defender la certeza, que puede ser, aunque no siempre,una especie de claridad de las ideas.