Editoriales
Dr. Edgardo Schapachnik
Dr. Edgardo Schapachnik
Director General del FIAI
octubre de 2022

Dolor y Alfonsina: carta a mis colegas

DOLOR

Quisiera esta tarde divina de octubre 

pasear por la orilla lejana del mar; 

que la arena de oro, y las aguas verdes, 

y los cielos puros me vieran pasar.

 

Poema Dolor

de Alfonsina Storni

 

¿Quién es el responsable universal de atribuir el derecho de copiar a Alfonsina?

 

Pues a él le pido que me otorgue la que entiendo legítima razón de plagiarla en tan solo cuatro versos.
No es el propósito despojarle la autoría; al contrario, es reconocerle la genialidad de poder expresar en ellos un sentimiento íntimo con un propósito lleno de lírica, que el hombre vulgar hubiera sencilamente revelado como “quiero ir a la playa”
Y al mismo tiempo con dicha poética reflejar la pena que hacerlo le produciría.
Una voz me susurra que aquel que busco en el Universo, está aquí, ahora, intentando hilvanar ideas que den forma a este Editorial.
Quisiera esta tarde divina de octubre 
pasear por la orilla lejana del mar; 
que la arena de oro, y las aguas verdes, 
y los cielos puros me vieran pasar
Porque esa orilla daría la calma necesaria porque no sin dolor, sino todo el posible de ser sentido, poder decidir sobre CARDIOLATINA, su expresión web.
Esa decisión va de la mano con una confesión: estos días posteriores al alta médica luego de la sepsis que complicó mi cateterismo, he tomado consciencia que ello no fue sin secuelas; no soy el mismo responsable de Editoriales previos; tengo cierta confusión y me cuesta saber si hoy es lunes 3, no sin antes revisar el almanaque, por darles un ejemplo. O de dormir 12 horas seguidas.
Por ello CARDIOLATINA web se tomará una pausa; ya no habrá Imágenes, Documentos y Casos por lo menos durante un período que puede ser de tres días o tres años, aún no lo sé.
Seguirán las Sesiones de Imágenes, el intercambio de opiniones o de mensajes a través de ARRITMIAS, solo la web entrará en pausa.
CARDIOLATINA tiene algo de Alfonsina que ella le confesó a su amigo Fermín Estrella Gutiérrez: «me llamaron Alfonsina, que quiere decir dispuesta a todo”; asi funcionó hasta hoy CARDIOLATINA.
 
Y como Homenaje a esta musa inspiradora, déjenme decir en palabras de Gabriela Mistral:
 
Llamó por teléfono a Alfonsina antes de ir, y le impresionó gratamente su voz, pero le habían dicho que era fea y entonces esperaba una cara que no congeniara con la voz.
Por eso cuando la puerta se abre pregunta por Alfonsina, porque la imagen contradice a la advertencia. 
Extraordinaria la cabeza, recuerda, pero no por rasgos ingratos, sino por un cabello enteramente plateado, que hace el marco de un rostro de veinticinco años. Insiste: 
Cabello más hermoso no he visto, es extraño como lo fuera la luz de la luna a mediodía. Era dorado, y alguna dulzura rubia quedaba todavía en los gajos blancos.
El ojo azul, la empinada nariz francesa, muy graciosa, y la piel rosada, le dan alguna cosa infantil que desmiente la conversación sagaz y de mujer madura.
La chilena queda impresionada por su sencillez, por su sobriedad, por su escasa manifestación de emotividad, por su profundidad sin trascendentalismos.
Y sobretodo por su información, propia de una mujer de gran ciudad, que ha pasado tocándolo todo e incorporándoselo».

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