Es Febrero, el mes de los sueños ocultos,
donde el amor se esconde entre susurros.
Las hojas marchitas caen del calendario,
mientras en mi pecho crece un misterio.….
No debiera ser éste el primer editorial de 2025.
Y mucho menos hacerse tangible un 1º de febrero cuando se conmemora el Aniversario del nacimiento de María Elena Walsh.
Manuelita, la tortuga, jamás hubiera imaginado que sería protagonista de un Editorial de CARDIOLATINA.
Quizás sí lo sea su canto El Reino del revés, dado que siendo el primero, en realidad debiera ser el segundo.
Me dijeron que en el Reino del Revés
Nadie baila con los pies
Que un ladrón es vigilante y otro es juez
Y que dos y dos son tres
Manuelita quizás sí, abrazaría a Octavio Paz, no tanto porque ganara el Premio Nóbel de Literatura en 1990 o el Premio Cervantes en 1981, sino más bien porque hallara el primer verso de Armonía, el soneto dedicado a Amado Nervo, cuando dijo
La tortuga de oro camina por la alfombra
y traza por la alfombra un misterioso estigma;
sobre su carapacho hay grabado un enigma
y un círculo enigmático se dibuja en su sombra.
María Elena Walsh, Octavio Paz, Amado Nervo dejan aquí su aroma de belleza y poética que son ¿elegibles? a la dureza plúmbica de una ablación de venas pulmonares o a la semiología del choque de la punta del ventrículo izquierdo, que podrían ocupar el espacio de una NOTICIA DEL DÍA o propiamente de otro Editorial.
¿Qué nos dice febrero?
El origen de su nombre viene del latín februarius. Toma su nombre en honor a la februa, fiesta anual romana, que hoy se tiene identificada que se realizaba el 15 de febrero. Se dice que Februus era el Dios de los muertos y la purificación.
Más adecuado a nuestro origen médico, quizás fuese la interpretación etrusca según la cuál Febreuus podría haberse convertido en Febris, diosa de la malaria y la fiebre.
Es, posiblemente, nombrado así en honor de los más antiguos Februa, (también Februalia y Februatio), las fiestas de la purificación.
Estas se celebraban más o menos al mismo tiempo que las lupercales, en honor de Fauno y de la loba que amamantó a Rómulo y Remo.
Como resultado, se pensaba con regularidad que Fauno y Februus eran el mismo dios para los romanos.
Februus es el dios romano de febrero, que fue nombrado así por el festival y se convirtió en el período de tiempo en el que se realizaban los rituales de purificación y se hacían sacrificios para expiar los pecados.
Con estas palabras, que viajan desde la poética a la doctrina, se abre el devenir de un mes en el que se intentará continuar transitando la calle de la ciencia.