Pachamama…
Pachamama, Santa Tierra,
yo te entrego mi cansancio
en éstos cerros helados
y una ollita con tijtinchas*,
De PACHAMAMA
Fortunato Ramos
comida de Pachamama.
Cada 1 de agosto, se celebra el Día de la Pachamama o Madre Tierra, la celebración más importante dentro de los pueblos originarios de América Latina.
La «pacha» representa una deidad femenina que produce, engendra y también se encarga de propiciar la fertilidad en los campos.
El poeta que le canta en este caso, Fortunato Ramos, es un músico, poeta, recitador, escritor, maestro rural y labrador argentino que busca difundir y afirmar la cultura de la Quebrada de Humahuaca a través de diferentes actividades.
¿Por qué la PACHA MAMA se destaca entre otros sucesos que ilustran las efemérides de agosto, como la creación del Virreinato del Río de la Plata en 1776, o cuando Martín de Pueyrredón otorga el nombre de Ejército de los Andes al Ejército Libertador de José de San Martín, o cuando comienza el levantamiento de Varsovia contra la ocupación alemana en el marco de la Segunda Guerra Mundial, o el nacimiento de la poetisa Isabel Allende, o cuando Cristóbal Colón zarpa del Puerto de Palos?
¿O cuando se celebra el Día Nacional por una Argentina sin Chagas?
“Pacha” significa universo, mundo, tiempo, lugar, mientras que “Mama” es madre.
Esta adoración a la Madre Tierra, significa el agradecimiento por las cosechas y el buen tiempo, por los animales y la abundancia del suelo.
Lo tomamos en su significado de agradecimiento por haber nacido en 1998 y tener vigencia entre los cardiólogos hispanohablantes después de 27 años.
Efectivamente, el Foro Internacional Iberoamericano de Arritmias en Internet (FIAI), antecedente inmediato de CARDIOLATINA, fue creado el 1o de agosto de de 1998, como canal de consulta y discusión del Primer Curso de Arritmias Cardíacas a través de Internet (http://schapachnik.cvi.com.ar/curso.html)
Este giro metafórico que permite vincular la PACHA MAMA con las ARRITMIAS permite imaginar que así como la Pachamama es la tierra viva que respira, tiembla, se agita o se serena según sus ciclos, el corazón humano también es tierra sagrada: late con el ritmo de la vida, pero a veces se desajusta, como la naturaleza cuando se desborda o se detiene.
Las arritmias son los temblores de esa Pachamama interna, señales de que algo en nuestro ecosistema corporal está desequilibrado.
Escuchar al corazón es, entonces, como escuchar a la Madre Tierra: si se acelera, se enlentece o pierde su compás, nos está pidiendo que atendamos lo que hemos roto, olvidado o descuidado.