Silvana Vertenatti, del Instituto de Asistencia Médica a los Servidores Públicos del Estado de São Paulo y de la Universidad Federal de São Paulo, Brasil, editorializó el artículo “Actividades de la vida diaria, actividad física, condición física y calidad de vida en niños con cardiopatías congénitas: un estudio de casos y controles” en la edición de septiembre de 2023 de los Arquivos Brasileiros de Cardiologia titulando su texto como “Actividad física y calidad de vida en niños con cardiopatías congénitas: un problema de salud pública”*.
La NOTICIA DEL DÍA, hoy se hará eco de los conceptos de Vertenatti.
La editorialista comienza señalando que la actividad física es a la vez una forma de expresión y de favorecer el desarrollo de los niños.
La diversión obtenida por la actividad es uno de los factores que más contribuyen a la inserción social del niño, además de garantizar el mantenimiento de su capacidad de ejecución de movimientos.
Los beneficios físicos, fisiológicos, psicológicos y sociales que la actividad física aporta a los niños y adolescentes son inequívocos.
La actividad física se define como cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos y que conlleva un gasto de energía.
El ejercicio físico es una actividad física planificada, estructurada en un contexto deportivo y social, con repeticiones lógicas y organizada con el objetivo de mantener la forma física.
El acondicionamiento, a su vez, se caracteriza por un conjunto de atributos físicos relacionados con la mejor salud y rendimiento del niño, y puede medirse mediante la mayoría de pruebas físicas específicas realizadas por profesionales calificados.
Un análisis del metabolismo de las fibras musculares muestra que en los niños existe un predominio de las fibras tipo I, con características oxidativas, sobre las fibras tipo II, más especializadas en el metabolismo anaeróbico.
Como resultado, los niños tienen una actividad glucolítica menos eficiente que los adultos.
Durante la adolescencia se produce un cambio en la proporción de tipos de fibras musculares y madurez metabólica que hace que el individuo adquiera una composición corporal y capacidades físicas propias de un adulto.
A partir de la década de 1940 se han visto importantes avances en las técnicas de corrección quirúrgica y manejo clínico de las cardiopatías congénitas.
En este sentido, los estudios de Blalock y Taussig, que buscaron desarrollar un tratamiento para bebés cianóticos conscientes, contribuyeron a que el 90% de los niños que nacen actualmente con cardiopatías congénitas tengan grandes posibilidades de crecer en edad adulta con excelentes condiciones clínicas.
Sin embargo, estos pacientes aún necesitan apoyo del sistema de salud para hacer frente a posibles resultados desfavorables, tanto derivados de la propia anomalía congénita, como de enfermedades crónico-degenerativas provocadas por la falta de actividad física, considerando que sólo el 19% de estos pacientes reciben orientación sobre actividad física y ejercicio físico formal para combatir el sedentarismo.
La inseguridad tanto del país como de los profesionales para brindar a los niños una correcta orientación sobre el ejercicio recomendado son algunas de las causas de esta situación, además de ser factores que contribuyen a otro problema de salud pública: la obesidad y sus complicaciones.
Los pacientes sin condiciones se vuelven vulnerables a la tríada de inactividad física pediátrica (TIP, o “PIT” en inglés), recientemente descrita, una condición que involucra tres componentes distintos pero interrelacionados:
(1) trastorno por déficit de ejercicio, que afecta a individuos que no alcanzan la recomendación de 60 minutos diarios de actividad física de intensidad moderada a vigorosa propuestos por la Organización Mundial de la Salud para la población pediátrica,
(2) dinapenia y
(3) analfabetismo físico, caracterizado por la dificultad en el desarrollo de las habilidades físicas y la coordinación motora de los niños, generando un ambiente propicio para el sedentarismo
Las cardiopatías congénitas presentan un espectro que va desde defectos mínimos, que pueden pasar desapercibidos, hasta cuadros clínicos complejos, que requieren una corrección quirúrgica temprana.
Varios estudios demuestran que los niños con malformaciones complejas sufren una disminución de la capacidad funcional, de la motricidad y de la fuerza muscular adaptada a la cianosis, el aumento de la circulación pulmonar y las intervenciones cardíacas realizadas.
El acondicionamiento físico y el nivel de actividad física son importantes predictores de la salud cardiovascular, siendo necesario realizar más estudios que aporten estos parámetros en la población de niños y adolescentes.
Además de los riesgos relacionados con el sedentarismo, estos individuos pueden presentar defectos posturales, como escoliosis y cifosis resultantes de la esternotomía realizada durante procedimientos quirúrgicos, además de cuestiones relacionadas con su calidad de vida.
De acuerdo con las mejores prácticas disponibles, los médicos y asistentes profesionales deben perseguir tres objetivos en el manejo de los pacientes:
(1) transmitir mensajes claros sobre las actividades físicas y las restricciones,
(2) seguir las instrucciones de ejercicio prescritas, por parte del paciente y su familia,
(3) brindar atención médica regular, seguimiento para controlar el cumplimiento de sus recomendaciones por parte de sus pacientes, así como aumentar su nivel de actividad física y su tolerancia física individual.
Considerando las cuestiones biopsicosociales relacionadas con el desarrollo de los adolescentes con cardiopatías congénitas, es necesario brindar apoyo multidisciplinario especializado a los pacientes en esta etapa de la vida, para ayudarlos a comprender sus capacidades individuales, sus sentimientos, sus experiencias positivas y también sus frustraciones y ansiedades en relación con sus limitaciones físicas.
Además, este apoyo debe abordar los costes motivacionales que implica su manejo, para promover la capacidad de adaptación y evaluar la viabilidad de realizar actividades que estén dentro de sus capacidades.
En definitiva, se deben abordar adecuadamente variables como el rendimiento en las actividades diarias, la capacidad funcional y condición física, la fuerza muscular, la postura y la calidad de vida en niños con cardiopatías congénitas de complejidad moderada a grave.
Además, se deben crear e implementar programas de rehabilitación asertivos que contribuyan a mejorar los estándares de aptitud física, factores determinantes en la prevención de enfermedades crónico-degenerativas, que tienen un gran impacto en la salud pública.
* Vertematti S. Physical Activity and Quality of Life in Children with Congenital Heart Diseases: A Public Health Issue. Arq Bras Cardiol. 2023 Sep;120(9):e20230634. English, Portuguese. doi: 10.36660/abc.20230634. PMID: 37878881; PMCID: PMC10567081.