12.04.2025

Asociación de la infiltración de tejido adiposo en el músculo esquelético con la función cardíaca

Una revisión exploratoria, -entendida como una síntesis de la evidencia existente sobre un tema, que se realiza para generar nuevas hipótesis y líneas de investigación-, sobre la relación entre la infiltración adiposa del músculo estriado y la función cardíaca realizada por investigadores de Arabia Saudí, Kuwait, EEUU y Canadá, fue publicada en la versión de diciembre de 2025 de Adiposyte y será hoy comentada en la NOTICIA DEL DÍA de CARDIOLATINA. 

Como prólogo al desarrollo principal de su postura, los autores evocaron que las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la principal causa de mortalidad y discapacidad en todo el mundo. 

En 2019, se informó que aproximadamente un tercio de las muertes mundiales se atribuyeron a las ECV, con un estimado de 17,9 millones de muertes. 

Se encontró que varios factores demográficos y de riesgo, como la edad, la obesidad (aumento de la grasa corporal) y la sarcopenia, agravaron el riesgo de mortalidad. 

Además, la detección temprana y la prevención de las deficiencias cardíacas y la reducción del rendimiento cardiovascular pueden reducir la tasa de muertes relacionadas con las ECV. 

También se encontró que otros factores de composición corporal afectan la función cardíaca. 

Específicamente, la calidad reducida del músculo esquelético, comúnmente conocida como sarcopenia, representa un riesgo adicional para la función cardíaca, lo que aumenta el riesgo de muerte. 

Con el envejecimiento, varios factores pueden contribuir al deterioro de la calidad del músculo esquelético y del rendimiento cardíaco, incluyendo la falta de actividad física, la disfunción mitocondrial, la reducción de los capilares sanguíneos que irrigan los músculos, la resistencia a la insulina y los cambios hormonales. 

Estos factores aumentan la probabilidad de infiltración de tejido adiposo (TA) en el músculo esquelético. 

Sin embargo, hay poca evidencia que defina la relación entre la infiltración de TA en el músculo esquelético y el rendimiento cardíaco. 

La infiltración de TA en el músculo esquelético podría servir como un biomarcador importante de la función cardíaca para orientar al médico hacia la prevención de este problema.

La misma puede presentarse como tejido adiposo intermuscular (IMAT) o tejido adiposo intramuscular (IntraMAT). 

La clara distinción entre estos dos tipos de infiltración grasa se define por la ubicación del TA. 

El IMAT es el TA ubicado entre grupos musculares adyacentes y debajo de la fascia profunda, mientras que el IntraMAT es el TA infiltrado dentro o entre las fibras musculares. 

El IntraMAT reviste especial interés debido a su importante papel en la sensibilidad a la insulina y su contribución al síndrome metabólico, lo que aumenta la probabilidad de desarrollar sarcopenia. 

A su vez, la sarcopenia es un predictor pronóstico del desarrollo de diversas cardiopatías, incluida la insuficiencia cardíaca. 

Además, la evidencia sugiere que un aumento del IntraMAT se asocia con una menor capacidad de ejercicio, medida por el consumo máximo de oxígeno (VO2) corporal total, especialmente en supervivientes de cáncer de mama, quienes presentan un riesgo conocido de disfunción cardíaca. 

El estudio Framingham reveló que los riesgos asociados con el IntraMAT en adultos, se extienden a la afectación de la función física, como la velocidad al caminar y la fuerza de agarre. 

El mismo estudio demostró que el IntraMAT era más sensible a las alteraciones de la función física que el tejido adiposo visceral y subcutáneo, lo que podría contribuir a la reducción de la función cardíaca al reducir la capacidad cardíaca máxima. 

En orden paralelo, la resonancia magnética cardiovascular (RMC) se considera el estándar de referencia para la medición de la función cardíaca tanto en reposo como en ejercicio, y ofrece resultados fiables y reproducibles. 

Esta técnica es superior a la imagen cardíaca tradicional en reposo, donde el corazón puede compensar la disfunción indetectable sensible a la función cardíaca máxima, comúnmente observada durante el ejercicio. 

De igual manera, la resonancia magnética (RM) se considera el estándar de referencia para la cuantificación del IMAT y el IntraMAT, proporcionando una medición fiable de las fracciones de músculo/grasa. 

Existen diversas herramientas de evaluación de la estructura y la función cardíacas, la infiltración del IMAT y la infiltración IntraMAT, como la ecocardiografía y la tomografía computarizada (TC). 

Sin embargo, los médicos suelen utilizar el índice de masa corporal (IMC) para vincular la disfunción cardíaca con la adiposidad, lo cual puede ser menos preciso en comparación con los resultados de la infiltración del TA.

Examinar la relación entre la función cardíaca y la infiltración de TA en el músculo esquelético es importante, especialmente porque afecciones como el cáncer pueden provocar caquexia y aumentar la infiltración de TA en el músculo esquelético. 

Esto, en consecuencia, puede afectar la función cardíaca general, lo que supone riesgos para la salud de las personas afectadas. 

Dada la amplitud de la investigación sobre este tema, esta revisión exploratoria tuvo como objetivo examinar la extensión y profundidad de la literatura sobre la relación entre la función cardíaca y la infiltración de TA en el músculo esquelético en adultos.

Resumiendo lo expresado, la evidencia sugiere que la infiltración de tejido adiposo (TA) en el músculo esquelético puede influir negativamente en la función cardíaca; sin embargo, su uso como biomarcador aún no está claro. 

Así, esta revisión exploratoria examinó la relación entre la infiltración de TA y la función cardíaca en adultos. 

Una búsqueda sistemática en PubMed, CINAHL y SCOPUS identificó estudios revisados ​​por pares que informaban sobre la infiltración de TA y las medidas de la función cardíaca. 

Se excluyeron estudios de tipo revisión, estudios en animales, resúmenes y series de casos. 

La calidad de los estudios se evaluó mediante la Herramienta de Evaluación de la Calidad de Estudios (SQAT). 

A estos efectos, se incluyeron tres estudios de buena calidad. 

Los hallazgos demostraron una asociación negativa entre la infiltración de TA y los parámetros de la función cardíaca, incluyendo la capacidad de ejercicio, la fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI) y los eventos de insuficiencia cardíaca, en sobrevivientes de cáncer e individuos sanos. 

Existe evidencia que respalda una asociación entre el aumento de la infiltración de TA en el músculo esquelético y el deterioro de la función cardíaca, lo que resalta la necesidad de más investigación para validar la infiltración de TA como un posible biomarcador. 

A pesar de los limitados estudios disponibles, los hallazgos observados por los autores, destacaron una clara asociación entre la infiltración de tejido adiposo (TA) en el músculo esquelético y la disfunción cardíaca, independientemente de la obesidad general.

La evidencia mostró que la sensibilidad a la insulina desempeña un papel clave en la infiltración de TA  y la miopatía cardíaca, influyendo así en la relación entre estos dos factores. 

Además, el IMC puede contribuir a la relación entre la infiltración de TA y la función cardíaca. 

Los dos estudios transversales incluidos reclutaron participantes con sobrepeso (IMC de 25 a 30), lo que podría haber contribuido a la asociación comentada. 

Para respaldar esta observación, el tercer estudio longitudinal incluido clasificó a los participantes en terciles según el nivel de IMAT. 

El grupo con IMAT alto presentó mayor incidencia de insuficiencia cardíaca y niveles altos de IMC. 

Por lo tanto, la asociación entre la infiltración de TA y la función cardíaca podría explicarse por la sensibilidad a la insulina y el IMC.

Si bien el IMAT y el IntraMAT difieren biológicamente en su formación, siendo el IMAT modificable y evitable, los resultados de esta revisión mostraron que una mayor concentración de IMAT o IntraMAT se asoció con un deterioro de la función cardíaca y la capacidad de ejercicio, independientemente de la obesidad general. 

El ejercicio aeróbico de intensidad moderada, ya sea solo o combinado con entrenamiento de resistencia, puede ayudar a reducir el IMAT en los músculos esqueléticos. 

Sin embargo, no está claro si tal reducción mejoraría la función cardíaca o disminuiría los eventos de insuficiencia cardíaca. 

Estos hallazgos podrían impulsar futuros estudios para explorar los efectos del ejercicio en la reducción de la infiltración de TA y la mejora de la función cardíaca.

Los autores admitieron que su estudio no excluyó limitaciones. 

Por ejemplo, los estudios incluidos utilizaron diseños de estudio observacionales, lo que generó incertidumbre sobre la relación causal entre la infiltración de TA y la función cardíaca. 

No obstante, todos los estudios alcanzaron una buena calidad según los aspectos de validez interna medidos por SQAT, lo que brindó confianza en los hallazgos observados. 

Si bien todos los estudios incluidos utilizaron diseños observacionales, el objetivo de esta revisión exploratoria no fue inferir causalidad, sino resumir y mapear la evidencia existente sobre la asociación entre la infiltración de TA y la función cardíaca en poblaciones humanas. 

Sin embargo, la consistencia de los hallazgos en diversas poblaciones respaldó la señal clínica que justifica una mayor investigación mediante estudios mecanísticos e intervencionistas. 

La falta de estudios de ensayos controlados aleatorizados en la literatura incluida destacó una brecha significativa en el campo que la investigación futura debería abordar.

Asimismo, afirmaron que la revisión ofreció varias implicancias clínicas. 

En primer lugar, la evaluación de la infiltración de TA en el músculo esquelético tuvo relevancia clínica para la función cardíaca, además de su uso para evaluar el riesgo de fragilidad y la calidad muscular. 

Además, un aumento de la infiltración de TA pudo estar asociado con riesgos para la función cardíaca, considerando factores demográficos y antropométricos como la edad y el IMC. 

Por ejemplo, las personas con un IMC bajo pueden aún tener riesgo de deterioro cardíaco y presentar una mayor infiltración de TA en el músculo esquelético. 

La infiltración de TA puede explicar el riesgo cardíaco incluso en personas con un IMC bajo, separando así su efecto de la adiposidad general. 

Esto es importante porque el aumento de grasa a menudo solo se considera cuando el IMC refleja sobrepeso u obesidad. 

Finalmente, esta revisión resumió la literatura sobre la identificación de un nuevo biomarcador de la función cardíaca asociado con la edad avanzada.

Como conclusiones, los autores señalaron que los hallazgos de esta revisión revelaron evidencia limitada y de buena calidad de que el aumento de la infiltración de TA en el músculo esquelético, incluyendo IMAT e IntraMAT, se asoció con un deterioro de los parámetros de la función cardíaca. 

Estos hallazgos resaltaron que la infiltración de TA en el músculo esquelético, a diferencia de la obesidad general, puede representar un nuevo biomarcador para la estratificación del riesgo cardíaco. 

La infiltración de adiposidad proporcionó mayor comprensión de la distribución de la grasa, independientemente del nivel de obesidad. 

Estudios futuros podrían examinar si la disminución de la infiltración de AT en el músculo esquelético mejoraría la función cardíaca en poblaciones con riesgo como p. ej., adultos mayores.

Palabras clave: Infiltración de tejido adiposo, función cardíaca, músculos esqueléticos, insuficiencia cardíaca, biomarcador

* Alotaibi MM, Alrashdi NZ, Almutairi Pt MK, Alqahtani MM, Almutairi AB, Alqahtani SM, Alajel HM, Bajunayd AK. Association of adipose tissue infiltration with cardiac function: scoping review. Adipocyte. 2025 Dec;14(1):2489467. doi: 10.1080/21623945.2025.2489467. Epub 2025 Apr 10. PMID: 40207777.

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