23.10.2019

Bloqueo interauricular e infección por VIH

En la edición del 17 de octubre de PLoS One, fueron publicados los datos de una investigación que analizó la prevalencia de bloqueo interauricular y  sus factores de riesgo en personas infectadas por el virus de la inmunodeficiencia humana, que fue llevado adelante por autores de Palma de Mallorca, Islas Baleares, España del que formó parte nuestro colega y amigo Miguel Fiol, miembro distinguido del FIAI*.

Señalan los autores en la introducción a su análisis que la prevalencia de anormalidades electrocardiográficas (aECG) entre las personas que viven con el VIH (PLWH por sus siglas en inglés) es mayor de lo esperado en la población general y se ha encontrado que su presencia es un buen predictor de eventos cardiovasculares. 

La infección crónica por VIH parece tener un efecto deletéreo sobre el sistema cardiovascular, tanto directamente a través de la replicación viral local como indirectamente al causar un envejecimiento acelerado en el contexto de la activación inmune mantenida.

Con respecto a aECG, hay datos informados consistentemente sobre el intervalo QT prolongado, la fibrilación auricular, la hipertrofia ventricular izquierda y la prevalencia de enfermedad coronaria subclínica en portadores del virus tanto de ensayos clínicos como de estudios de cohortes; sin embargo, hasta donde sabemos, ningún estudio ha informado la prevalencia de bloqueos interauriculares (IAB por sus siglas en inglés o BIA) en estos casos.

Estos bloqueos, descritos en 1979 por Bayés de Luna, se clasifican como parciales (duración de onda p ≥120 ms) o avanzados (duración de onda p ≥120 ms más morfología bifascicular de onda p en II, III y aVF, también conocidos como Síndrome de Bayes cuando se acompaña de arritmias auriculares) y se supone que son la consecuencia de la remodelación auricular eléctrica y la disfunción progresiva debido a la fibrosis.

Los IAB se han informado constantemente en la última década como un factor de riesgo clave para la aparición de fibrilación auricular y eventos cerebrovasculares cardioembólicos en la población general. Su relevancia clínica y sus implicaciones, previamente subestimadas, siguen siendo objeto de ensayos en curso.

La prevalencia de IAB en la población general depende principalmente de la edad y se ha informado previamente que al menos el 40% de los pacientes mayores de 70 años la presentan. Sin embargo, los datos publicados varían ampliamente dependiendo de las poblaciones estudiadas, ya que se ha encontrado que el IAB es más frecuente entre los pacientes con algunas comorbilidades, como la apnea obstructiva del sueño, la cardiopatía estructural o la miocardiopatía de Chagas, entre otras.

La literatura reciente ha informado que la infección por VIH podría provocar retrasos en la conducción interauricular medida por ecocardiografía, lo que podría generar un mayor riesgo de IAB. Además, estos retrasos se asociaron con menores recuentos de CD4 y la duración de la infección por VIH, por lo que se sugirió una relación entre el estado de inmunidad y la conducción interauricular.

Suponiendo que la prevalencia de IAB en PLWH sería alta y probablemente relacionada con la inmunosenescencia crónica, se diseñó un estudio con los siguientes objetivos: informar los datos de prevalencia de IAB; analizar los factores de riesgo de IAB en una población de mediana edad de PLWH, incluido el recuento de linfocitos T CD4 nadir y la relación CD4 / CD8 como marcadores tradicionales de inmunosupresión e inmunosenescencia, respectivamente; y para comparar la capacidad funcional y los síntomas definidos por los cuestionarios clínicos y la prueba de caminata de 6 minutos entre pacientes con o sin un IAB.

Se realizó un estudio transversal en una cohorte previamente inscrita de pacientes de mediana edad infectados por el VIH seleccionados al azar que asistieron al hospital y que eran clínicamente estables. 

Los pacientes se sometieron tanto a un electrocardiograma de reposo de 12 derivaciones como a cuestionarios clínicos, mientras que las variables epidemiológicas, clínicas y relacionadas con el VIH se obtuvieron de registros médicos electrónicos y entrevistas con los pacientes. 

Los electrocardiogramas fueron luego analizados y codificados utilizando una forma estandarizada por dos miembros entrenados del equipo de investigación que estaban cegados a las variables clínicas.

Se obtuvieron así trazados de 204 pacientes con una edad promedio de 55.22 años, 39 pacientes (19.12%) presentaron bloqueo interauricular, 9 (4.41%) avanzado y 30 (14.71%) parcial. 

Los pacientes con bloqueo interauricular tuvieron un recuento de CD4 de linfocitos del nadir más bajo (124 frente a 198 células, p = 0.02) mientras que los portadores de bloqueos interauriculares avanzados se asociaron a una edad más avanzada (62.16 frente a 54.95 años, p = 0.046) e hipertensión (77.8% frente a 32.3% , p = 0,009). 

No se encontraron diferencias con respecto al recuento basal de linfocitos CD4 o la relación de linfocitos CD4 / CD8 y las variables clínicas y la capacidad funcional entre pacientes con o sin bloqueo interauricular fueron similares.

Como conclusiones, los autores postulan que en una cohorte de pacientes infectados por el VIH clínicamente estables, la prevalencia de bloqueos interauriculares, especialmente avanzados, fue alta y estuvo asociada a factores previamente conocidos (edad, hipertensión) y nuevos (recuento de linfocitos CD4 nadir).

* Fanjul F, Campins A, Asensio J, Sampériz G, Yañez A, Romaguera D, Fiol M, Riera M. Interatrial blocks prevalence and risk factors for human immunodeficiency virus-infected persons. PLoS One. 2019 Oct 17;14(10):e0223777. doi: 10.1371/journal.pone.0223777. eCollection 2019.

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