La lectura del Editorial de un Newsletter que envía semanalmente el BMJ que se ocupa del tema del burnout* en la profesión médica fue el gatillo que disparó en este Editor el interés por investigar cómo el tema impactaba entre los cardiólogos.
Por ello la NOTICIA DEL DÍA de hoy se ocupará de una publicación reciente de autores ingleses de la Universidad de Manchester, que intenta ser una revisión de la evidencia actual, las lagunas existentes, y las direcciones futuras que se ocupa de responder la pregunta de ¿Cómo prevenir el agotamiento en los cardiólogos?**
Introducen el tema señalando que la cardiología es un área líder de la medicina por el avance tecnológico y en el campo de la investigación que entraña. Se estima que hay más de 25.901 cardiólogos activos que trabajan en los EE.UU., el 64% de los cuales son cardiólogos generales. El atractivo de la cardiología para los nuevos participantes está vinculado a los altos ingresos (por lo menos en EEUU y Europa) y el prestigio derivado de la práctica de la especialidad . Aunque la cardiología puede ser una especialidad muy gratificante, también puede ser muy extenuante y exigente, lo que lleva al agotamiento.
El Burnout es un síndrome resultante de la exposición prolongada al estrés ocupacional que para los autores tiene tres componentes principales: 1.) El agotamiento emocional resultante de una carga de trabajo excesiva, 2.) La despersonalización, que se refiere a un sentido de cinismo y una falta de compasión por los pacientes y sus compañeros, y 3.) un sentido disminuido de la realización personal que captura un sentido de la capacidad y de la eficacia profesional. Discutibles motivos pero son los que plantean haciéndose eco de un paper de 2001 de Maslach y cols***.
La medida más común de burnout es el Maslach Burnout Inventory. Sin embargo, existen diferentes versiones de esta medida y también medidas de otros conceptos relevantes (cumplimiento profesional, compromiso, fatiga, estrés) que se utilizan indistintamente en la bibliografía de burnout médico, haciendo la comparación directa entre los estudios a veces difícil.
El agotamiento es común en los médicos de todos los sectores y especialidades de la salud. En el primer gran estudio sobre el agotamiento de los médicos en 2012, el 45,8% de los 7.288 médicos reportaron al menos un síntoma. Sin embargo, el aumento de las tasas de desgaste en los médicos en los últimos cuatro años es alarmante. Fue reportado por el 50% de los cardiólogos en el Informe sobre Estilo de Vida del 2017 Medscape survey (que muestra un aumento del 4% en un año) lo que sugiere que son un grupo de alto riesgo en el campo del burnout. Las cinco causas más frecuentemente reportadas en esta encuesta para el burnout que experimentan los cardiólogos fueron la gran cantidad de tareas burocráticas, la cantidad de tiempo empleado en el trabajo, la informatización de las prácticas, la falta de autonomía y el cumplimiento de las exigencias de certificación de la especialidad.
La cardiología es una especialidad de alta demanda que responde a la que ejercen los pacientes por requerir servicios de cardiología;
Una oferta limitada que no la satisface, significa que hay presión para que los cardiólogos vean a más pacientes en visitas más cortas, trabajar largas horas y aceptar los deberes que emanan de guardias estresantes y a su vez, extenuantes. El papel del cardiólogo también implica una serie de funciones además de la práctica clínica, como la dirección y gestión de equipos clínicos que incluyen enfermeras, radiólogos, fisioterapeutas y personal administrativo, y cuestiones de administración hospitalaria y auditoría. En efecto, además de ver y manejar a los pacientes, los cardiólogos tienen que asumir múltiples funciones y responsabilidades complejas y exigentes, incluyendo supervisión y capacitación del personal subalterno, liderazgo y gestión del equipo, actividades administrativas y de investigación. Estas tareas suponen una carga considerable para los especialistas en cardiología en términos de demanda de energía, gestión del tiempo y multitareas.
Se han encontrado fuertes asociaciones entre el agotamiento y la enfermedad mental, el abuso de sustancias y el suicidio en los médicos. Según la Fundación Americana de Prevención del Suicidio, la tasa de suicidios entre los médicos varones es 1,41 veces mayor que la población masculina general y entre las mujeres 2,27 veces mayor que la población femenina general y se asocia con el burnout. Además, los problemas de abuso de alcohol y sustancias son más frecuentes (10-15%) en los médicos que la población general de adultos en los Estados Unidos (8%) y se correlacionan fuertemente con el burnout. Los datos específicos sobre el abuso de sustancias y las tasas de suicidio y su asociación con el agotamiento entre los cardiólogos sería importante en base a la evidencia actual.
Al igual que en todas las especialidades, el agotamiento en los cardiólogos afecta la atención al paciente. En la encuesta Medscape de 2017 mencionada, el 22% de los cardiólogos admitieron que tenían cierto grado de sesgo hacia tipos o grupos de pacientes específicos y los que reportaron agotamiento como manifestación de burnout tenían más probabilidades de reportar dichos sesgos. Más de la cuarta parte (28%) de los cardiólogos con manifestaciones atribuibles al burnout expresaron sesgos de este tipo, mientras que sólo se observó en el 16% de los que no lo presentaban. La relación entre burnout y sesgo no es sorprendente ya que podría vincularse a rasgos de carácter y menos empatía hacia los pacientes como componente básico del burnout.
La cardiología puede ser una especialidad emocionalmente involucrada y que provoca estrés. La investigación ha demostrado que los médicos que manejan los pacientes agudos y los que se ocupan de los problemas que rodean la muerte y el morir, son más propensos a sentir agotamiento. Los cardiólogos tienen que enfrentarse a situaciones de vida o muerte, a menudo en escenarios de emergencia o de cuidados críticos, siendo el tiempo un factor importante en los resultados de los pacientes con insuficiencia cardíaca. La pérdida de un paciente o la incapacidad para intervenir positivamente puede tener un impacto emocional en los cardiólogos. Por otra parte, la mala formación en la comunicación de resultados a los pacientes y sus familiares es probable que afecte a los niveles de burnout en los cardiólogos y la calidad de sus relaciones con los pacientes.
Entre el agotamiento de los cardiólogos y los resultados específicos de los pacientes, como la seguridad del paciente, la satisfacción y la confianza, la base de evidencia actual muestra que el burnout puede tener un impacto adverso en aspectos críticos de la atención al paciente.
El agotamiento entre los cardiólogos puede ser mitigado mejor mediante estrategias organizacionales complementadas por técnicas individuales de reducción del estrés y reflexión bajo el enfoque basado en la resiliencia. Se necesitan estrategias a gran escala para mitigar el agotamiento y promover el bienestar del médico como una responsabilidad compartida de los sistemas sanitarios y de los individuos y comprometerse en la creación de una nueva cultura en la medicina.
Más allá de aspectos polémicos que plantea, la lectura del trabajo de los autores ingleses confronta al lector que ejerce la especialidad con una realidad insoslayable.
*Burnout among doctors http://www.bmj.com/content/358/bmj.j3360
** Panagioti M, Geraghty K, Johnson J. How to prevent burnout in cardiologists? A review of the current evidence, gaps, and future directions. Trends Cardiovasc Med. 2017 Jul 4. pii: S1050-1738(17)30103-2. doi: 10.1016/j.tcm.2017.06.018. [Epub ahead of print]
*** Maslach C, Schaufeli WB, Leiter MP. Job burnout. An Rev Psych 2001;52:397-422