En la edición de enero del 2020 del European Journal of Clinical Nutrition, con la firma de un autor canadiense se publicaron los resultados de una investigación que analizó la relación de la cafeína y sus metabolitos en relación con la hipertensión en adultos estadounidenses con resultados un tanto sorprendentes*.
Para introducir el tema el autor manifiesta que las enfermedades cardiovasculares (ECV) son una de las principales causas de muerte en el mundo. En 2015, alrededor de 18 millones de muertes fueron atribuidas a ECV, lo que representa un aumento de más del 12% desde principios de la década de 2000.
En cuanto a la hipertensión, se la conoce como el predictor más poderoso de mortalidad en países de ingresos altos y bajos. Desde 2010, la hipertensión es el número 1 como factor de riesgo global de muerte, años de vida ajustados por discapacidad y años de vida perdidos.
La prevalencia actual de hipertensión es de alrededor del 20–50% en la población adulta de todo el mundo. El análisis agrupado de estudios prospectivos sugiere que el riesgo de ECV aumentó tanto con la PA sistólica como con la diastólica, con una duplicación en el riesgo de enfermedad coronaria (CHD) y complicaciones del accidente cerebrovascular por una presión sistólica 20 mmHg más alta y 10 mm para la presión diastólica.
En los Estados Unidos, al menos el 50% de las muertes por CHD ocurrieron entre individuos hipertensos.
Por otro lado el café es una de las bebidas más consumidas en todo el mundo. En los Estados Unidos, la estimación del consumo de café en 2016 alcanzó los 5,6 kg / persona en la población adulta. Los estudios que evalúan la asociación del consumo de café con la incidencia de PA y ECV arrojan resultados inconsistentes, independientemente del diseño del estudio.
Un metaanálisis de estudios prospectivos observacionales sugiere una relación en forma de U invertida entre el consumo de café y el riesgo de hipertensión.
Más recientemente, dos metaanálisis generaron resultados mixtos y uno concluyó que el consumo de café estaba inversamente asociado con el riesgo de hipertensión de una manera dosis-respuesta, mientras que otro no reportó asociación de consumo de café moderado habitual con riesgo de hipertensión
Los resultados mixtos persistentes pueden deberse a la modificación oculta del efecto por factores genéticos y / o ambientales. Se sabe que el principal citocromo P450 hepático implicado en el metabolismo de la cafeína, CYP1A2, se ve afectado por diversos polimorfismos y factores ambientales.
Por lo tanto, la cinética de la cafeína y la concentración de diferentes metabolitos en los fluidos humanos pueden variar de un individuo a otro, incluso después de una cantidad similar de consumo de café. La mayoría de los estudios anteriores que examinaron la asociación del consumo de café con problemas cardiovasculares evaluaron la ingesta de café en términos de cantidad de tazas por día.
Este enfoque no tiene en cuenta la variabilidad entre individuos en el metabolismo de la cafeína, lo que lleva a una subestimación del consumo de café. Cuanto más activos sean los metabolitos de cafeína, mayor será el sesgo. Un estudio transversal realizado previamente sugirió una asociación muy leve pero significativa entre la cafeína urinaria y la presión arterial sistólica, con un aumento de 0,64 mmHg en la presión arterial sistólica de 24 h por cada duplicación de la excreción de cafeína.
Sin embargo, los autores no estimaron si la probabilidad de hipertensión estaba relacionada con la excreción de cafeína.
Además, los productos químicos en estudio consistieron en una lista abreviada (un total de 4) de metabolitos de cafeína. Con un crecimiento constante del tamaño del mercado del café en todo el mundo y dada la Guía de práctica clínica de EE. UU. 2017 actualizada para definir la hipertensión, se necesita un estudio que evalúe el vínculo con los metabolitos del café y la hipertensión en la población general.
No conocemos ningún estudio que haya examinado la relación de los metabolitos de cafeína con las probabilidades de ser hipertenso. En el presente estudio, se buscó determinar la asociación de cafeína y 13 metabolitos de cafeína directa e indirecta con hipertensión en adultos estadounidenses.
Utilizando datos de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición 2009-2010, se incluyeron 2278 personas de 18 a 80 años. Los productos de los ácidos metilúricos urinarios (MU) y las metilxantinas (MX) del metabolismo de la cafeína se midieron usando cromatografía líquida de alto rendimiento, ionización por electropulverización, espectrometría de masas de cuadrupolo en tándem. Se utilizó regresión logística multivariante para modelar la hipertensión (presión arterial sistólica ≥130 mmHg o presión arterial diastólica ≥80 mmHg) como funciones de los metabolitos urinarios del café.
Las probabilidades de hipertensión disminuyeron en los cuartiles de 3-MU, 7-MU, 3-MX y 7-MX, siendo 7-MU el metabolito más poderoso. En comparación con los adultos en el cuartil inferior de 7-MU, las probabilidades de hipertensión disminuyeron en un 81% (IC 95%: -90 a -22%) en aquellos en el cuartil superior. En contraste, el odds ratio para ser hipertensivo desde el cuartil inferior al superior fue de 4.47 (IC 95%: 1.21-16.50) para el ácido 1,3-dimetilúrico, 4.45 (IC 95%: 1.48-13.39) para 1,3- dimetilxantina y 5.08 (IC 95%: 1.11-23.36) para 1,7-dimetilxantina. Ni la resistencia a la insulina ni la obesidad abdominal fueron moderadores en estas asociaciones.
Como conclusión, según lo observado el autor señala que los metabolitos finales de la cafeína (a saber, 3-MU, 7-MU, 3-MX y 7-MX), pero no la cafeína, reducen significativamente las probabilidades de hipertensión en esta población.
* Gerard Ngueta; Caffeine and Caffeine Metabolites in Relation to Hypertension in U.S. Adults. Eur J Clin Nutr. 2020 Jan;74(1):77-86. doi: 10.1038/s41430-019-0430-0. Epub 2019 Apr 24.