20.10.2020

Cardiotoxicidad y tratamiento oncológico

Una revisión sobre cardiotoxicidad de la quimioterapia contra el cáncer en la práctica clínica fue publicada en la edición de febrero de 2019 en el Hospital Practice (1995)

Señalan los autores pertenecientes a la Sección de Medicina Cardiovascular del Departamento de Medicina, Westchester Medical Center, New York Medical College, que el cáncer ocupa el segundo lugar como causa de mortalidad en Estados Unidos, después de las enfermedades cardiovasculares. De un total de 2,7 millones de muertes en 2015 acontecidas allí, el 22% se debió a cánceres. 

Se estimaba que 1,75 millones de pacientes serían diagnosticados con nuevos cánceres y se estimaba también que 610 mil pacientes morirían de cáncer en los EE. UU. en 2018. 

Actualmente, la probabilidad de diagnóstico de cáncer de por vida es del 40% en hombres y del 38% en mujeres. 

Los avances recientes en el diagnóstico en una etapa temprana, una estadificación precisa y una terapia más efectiva han dado como resultado una mejora en la supervivencia de los pacientes afectados

En los 25 años de 1991 a 2015, la tasa de mortalidad por cáncer se ha reducido en un 26%. Esto se tradujo en aproximadamente 2,4 millones menos de muertes por cáncer durante este período. 

La tasa de supervivencia a cinco años (para todos los cánceres combinados) es del 68% en los blancos y del 61% en los negros en los EE. UU. 

Se estima que actualmente hay 14,5 millones de supervivientes de cáncer en dicho país. En las poblaciones pediátrica y adolescente, se diagnostican anualmente 12.500 nuevos casos oncológicos con más de 300.000 supervivientes entre los niños.

Con la mejora de la supervivencia al cáncer a largo plazo, una proporción cada vez mayor de estos pacientes viven con efectos adversos y complicaciones a largo plazo de la terapia. Los agentes antraciclina, trastuzumab, ciclofosfamida, 5-fluorouracilo, agentes anti-angiogénesis, inhibidores de tirosina quinasa, inhibidores del proteasoma e inhibidores de puntos de control inmunológico aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular. 

De esta forma. los supervivientes de cánceres infantiles se enfrentan a un alto riesgo de enfermedad cardiovascular de por vida.

El espectro de toxicidad cardiovascular de la terapia oncológoca incluye disfunción e insuficiencia del ventrículo izquierdo (VI); vasoespasmo coronario, angina, síndrome coronario agudo e infarto de miocardio; prolongación del QT, arritmias auriculares y ventriculares; hipertensión; derrame pericárdico y taponamiento cardíaco; fibrosis pulmonar e hipertensión pulmonar. 

Los pacientes con enfermedad cardiovascular preexistente son más propensos a la cardiotoxicidad relacionada con la quimioterapia.

Desde el punto de vista del diagnóstico, las imágenes cardíacas que utilizan ecocardiografía, técnicas de imagen nuclear y resonancia magnética (RM) pueden ayudar en la detección temprana de la cardiotoxicidad relacionada con la quimioterapia. Esto puede prevenir la morbilidad y la mortalidad resultantes de la precripción y uso de estos agentes. 

En conclusión, los algoritmos actuales para lograr este objetivo se basan principalmente en un control cuidadoso de la función cardíaca utilizando modalidades de imágenes cardíacas no invasivas para detectar signos de disfunción cardíaca temprana o subclínica. 

Una interrupción inmediata de la terapia adicional evita una progresión de la disfunción ventricular izquierda a insuficiencia cardíaca manifiesta. Esta disfunción ventricular izquierda es generalmente irreversible y justifica la suspensión permanente de estos fármacos. 

Por otro lado considerando que la disfunción ventricular izquierda con trastuzumab, los inhibidores de la tirosina quinasa y varios otros agentes tienden a recuperarse después de la suspensión de la terapia adicional, la terapia se puede reanudar con precaución al revertir el cuadro con una estrecha monitorización de la función del VI. Sin embargo, la decisión de suspender la quimioterapia cardiotóxica debe equilibrarse cuidadosamente con el riesgo de progresión de la enfermedad en pacientes que de otra manera estaban respondiendo a la quimioterapia del cáncer y la disponibilidad de terapias alternativas efectivas.

Se necesitan más investigaciones para mejorar la comprensión del mecanismo subyacente de la cardiotoxicidad y para desarrollar nuevas estrategias preventivas y terapéuticas para prevenirla y eventualmente, tratarla

* Jain D, Aronow W. Cardiotoxicity of cancer chemotherapy in clinical practice. Hosp Pract (1995). 2019 Feb;47(1):6-15. doi: 10.1080/21548331.2018.1530831. Epub 2018 Oct 10. PMID: 30270693.

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