10.10.2020

Consecuencias a largo plazo de la preeclampsia

En la edición del 1ro de junio del American Journal of physiology Renal Physiology investigadores del Departamento de Farmacología y Toxicología del Centro Médico de la Universidad de Mississippi, en EEUU publicaron una revisión que abordó el tema de las consecuencias a largo plazo de la preeclampsia para la madre y el niño*.

Señalan en la introducción que el embarazo da como resultado adaptaciones fisiológicas temporales que pueden tener efectos generalizados.

Las enfermedades del embarazo que perturban aún más la fisiología del cuerpo permanecen como una huella de una enfermedad previa y afectan la salud de las mujeres afectadas por el resto de su vida.

Sin embargo, no se han incluido hasta hace poco tiempo los antecedentes de complicaciones del embarazo en la historia clínica para evaluar el riesgo para la salud cardiovascular de las mujeres.

En 2011, la American Heart Association reconoció formalmente los antecedentes de preeclampsia como un factor de riesgo independiente de enfermedad cardiovascular (ECV) y siguió recomendaciones similares sobre el accidente cerebrovascular en 2014.

Numerosos estudios y artículos de revisión han examinado la relación de la preeclampsia con el riesgo cardiovascular en los años posparto, pero los resultados y riesgos renales no se han explorado tan bien.

Mientras que la evidencia sugiere una asociación entre la preeclampsia y la enfermedad renal a largo plazo, se necesitan más estudios de los posibles mecanismos. Además, el riesgo de preeclampsia debe aislarse del riesgo subyacente intrínseco a la paciente, que simplemente puede estar expuesta durante el estrés de la preeclampsia.

Esta información ayudará en el desarrollo de nuevas terapias, intervenciones y recomendaciones de detección para mejorar la salud de las mujeres en todo el mundo.

Apuntan los autores que la preeclampsia se define como hipertensión de inicio reciente después de la semana 20 de gestación junto con evidencia de insuficiencia orgánica materna.

Las tasas de preeclampsia han aumentado constantemente durante los últimos 30 años, afectando aproximadamente al 4% de los embarazos en los Estados Unidos y causando una alta carga económica.

La patogenia es multifactorial, con reconocidas contribuciones de disfunción placentaria, vascular, renal e inmunológica.

El tratamiento es limitado, por lo general mediante el manejo sintomático y / o el parto temprano del feto.

Junto con una significativa morbilidad y mortalidad periparto, la investigación actual continúa demostrando que las consecuencias de la preeclampsia se extienden mucho más allá del parto prematuro.

Tiene efectos duraderos tanto para la madre como para el niño, lo que resulta en una mayor susceptibilidad a la hipertensión y la enfermedad renal crónica, lo que genera un riesgo de por vida para ambos individuos.

El tratamiento actual de la preeclampsia se limita a una estrecha monitorización, uso limitado de medicamentos antihipertensivos, sulfato de magnesio para la prevención de las convulsiones eclámpticas y parto precoz del feto.

Se recomienda la terapia antihipertensiva a una PA igual o superior a 160 mmHg sistólica y 105 mmHg diastólica.

Los medicamentos antihipertensivos más recomendados para la hipertensión crónica en el embarazo y la preeclampsia superpuesta son el labetalol, nifedipina o metildopa, tanto para la disminución urgente de la PA como para el tratamiento crónico.

Sin embargo, una revisión más reciente indica que los bloqueadores β (como el labetalol) y los bloqueadores de los canales de calcio (nifedipina) son superiores a cualquier otro antihipertensivo utilizado actualmente.

De estos dos, el labetalol se ha estudiado más a fondo durante el embarazo, aunque la mayoría de los estudios incluyen mujeres con hipertensión crónica además de aquellas con preeclampsia superpuesta.

El labetalol es un bloqueador β no selectivo que también tiene actividad bloqueadora α vascular. En general, los resultados han sido positivos o equívocos, mostrando una reducción de la PA y ninguna diferencia en los resultados perinatales en comparación con el placebo o la metildopa.

Sin embargo, un estudio sugiere un ligero aumento en los bebés pequeños para la edad gestacional con un riesgo relativo de 1,34 en comparación con a placebo o ningún tratamiento.

Las alternativas terapéuticas experimentales actuales incluyen moléculas antioxidantes (aspirina, donantes de NO, vitaminas C y E), fármacos que potencian la vía vasodilatadora de señalización del NO, fármacos que reducen la producción de sFlt-1 y / o inhiben su acción, terapias para eliminar sFlt-1 de la circulación, y fármacos que actúan para restaurar el equilibrio de los factores de crecimiento implicados en la patogenia (VEGF, PlGF).

Estas terapias suelen ser limitadas por su potencial de efectos tóxicos en el feto al cruzar la barrera placentaria, lo que presenta obstáculos para la realización de ensayos en humanos. Se debe realizar un trabajo preclínico sustancial a través de métodos como cultivos de células u órganos y en modelos animales antes de la expansión a la población humana.

* Turbeville HR, Sasser JM. Preeclampsia beyond pregnancy: long-term consequences for mother and child. Am J Physiol Renal Physiol. 2020 Jun 1;318(6):F1315-F1326. doi: 10.1152/ajprenal.00071.2020. Epub 2020 Apr 6. PMID: 32249616; PMCID: PMC7311709.

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