Un estudio de autores portugueses publicado esta semana en el Cardiovascular Drugs and Therapy da cuenta de los resultados de un seguimiento a largo plazo de pacientes portadores de síndrome de Brugada con CDI en relación al consumo inseguro de drogas y la presentación de eventos arrítmicos*. El mismo será comentado en la NOTICIA DEL DÍA de hoy.
Es conocido que los pacientes con BrS (por sus siglas en inglés) deben adoptar ciertas conductas que disminuyan la probabilidad de eventos arrítmicos, como evitar ciertos fármacos como los que figuran en www.brugadadrugs.org, tales como ciertos antiarrítmicos, psicotrópicos, analgésicos y anestésicos y evitar el consumo de cannabis y cocaína, alcohol excesivo, alto consumo de carbohidratos, y baños muy calientes.
Deben mantener un estilo de vida saludable y activo respetando las restricciones impuestas por su enfermedad. El ejercicio vigoroso también se ha relacionado con arritmias ventriculares y un aumento de las alteraciones del ST y debiera evitarse.
El trabajo comienza recordando aspectos generales del síndrome, señalando que es una enfermedad hereditaria descrita por primera vez en 1992, caracterizada por un mayor riesgo de arritmias ventriculares y muerte súbita en pacientes sin cardiopatía estructural.
Estudios recientes estiman una prevalencia global de 1 a 5 por cada 10,000 personas. En el sudeste asiático y Japón, la enfermedad se considera endémica y tiene una prevalencia de 10 a 12 por cada 10.000 personas.
Sin embargo, dado que una gran cantidad de pacientes son asintomáticos y, como resultado, no diagnosticados, estos números pueden ser incluso mayores. Además, BrS es más frecuente en los hombres. Hoy en día, el BrS es considerado como una de las principales causas de muerte súbita en individuos sanos con corazones estructuralmente normales, especialmente en pacientes menores de 40 años.
En la mayoría de los casos, la enfermedad tiene un modo de transmisión autosómico dominante con penetrancia variable y se han identificado más de 20 genes. La mutación de SCN5A, un gen que codifica una subunidad α del canal de sodio cardíaco, está presente en aproximadamente el 20% de los pacientes. Se cree que las mutaciones genéticas que ocurren en este gen causan desequilibrios iónicos que forman la base de los síntomas y cambios observados en el BrS.
El síncope es la forma más común de presentación. Otros posibles síntomas son la muerte súbita, muerte súbita abortada, fibrilación ventricular (FV) , taquicardia ventricular polimorfa (TVP), respiración agónica nocturna, o arritmias supraventriculares con palpitaciones o mareos, por lo general en hombres durmiendo o descansando, con edades entre 30 y 50 años.
Sin embargo, la mayoría de los pacientes son asintomáticos en el momento del diagnóstico, siendo identificados por casualidad o durante el cribado genético de parientes de primer grado.
Un consenso de HRS / EHRA / APHRS en 2013 establece que el diagnóstico se realiza a través de un electrocardiograma patognomónico (ECG), ya sea espontáneo o inducido con un fármaco antiarrítmico de clase I.
Otros signos electrocardiográficos pueden apoyar el diagnóstico y mejorar la estratificación del riesgo, como el patrón de repolarización precoz, onda J, presente en el 10% de los pacientes, signo aVR ((definido como la presencia de una onda R ≥ 3 mm o un cociente R/q ≥ 0,75 en la derivación aVR), retraso de la conducción intraventricular, e incremento del intervalo QTc.
Los pacientes con BrS también tienen un mayor riesgo de desarrollar fibrilación auricular, con algunos estudios que describen una incidencia de 15 a 30%.
Después del diagnóstico, es necesario estratificar el riesgo de eventos cardíacos y, en consecuencia, identificar aquellos con indicación de un CDI.
Esta es la única estrategia terapéutica eficaz comprobada para la prevención de la muerte súbita cardíaca en pacientes con BrS. Sin embargo, estos pacientes son vulnerables a choques inapropiados y pueden requerir múltiples reemplazos de dispositivos durante su vida, lo que lleva a una calidad de vida inferior.
Dado que el BrS es una de las principales causas de muerte súbita cardíaca en pacientes jóvenes y que existen muchos factores que pueden contribuir a los eventos arrítmicos, es de suma importancia investigar si los medicamentos y el estilo de vida son responsables de las complicaciones a largo plazo.
En consecuencia, los objetivos del estudio que se comenta fueron identificar los posibles factores desencadenantes de las terapias apropiadas del CDI en pacientes con BrS y evaluar sus perfiles terapéuticos pasados y actuales.
A tales efectos se inscribieron en esta investigación treinta pacientes con síndrome de Brugada de alto riesgo, con CDI implantado en el Hospital y Centro Universitario de Coimbra, Portugal.
Los pacientes fueron interrogados sobre su historial de síndrome de Brugada, eventos cardíacos previos, comorbilidades, medicamentos presentes y pasados, y actividad física.
Los pacientes fueron seguidos durante 5,8 ± 5,3 años. Se interrogó el CDI y se registraron los eventos arrítmicos y las terapias entregadas por los dispositivos.
La cohorte que recibió terapias CDI adecuadas se comparó con los pacientes restantes para determinar el vínculo potencial entre las variables clínicas y los eventos arrítmicos potencialmente fatales.
Se observó que más de la mitad de los pacientes (53.3%) tomaron al menos un medicamento no recomendado y el 16.7% recibieron terapias del CDI apropiadas, con una tasa de largo plazo de 4.0% / año.
Hubo una tendencia a terapias CDI más apropiadas en pacientes que tomaron medicamentos inseguros (85.7 versus 45.5%, p = 0.062), y el tiempo promedio entre la ingesta de medicamentos no seguros y terapias CDI apropiadas fue de 3.8 ± 7.5 días.
En conclusión este estudio reveló que la comunidad médica aún desconoce las restricciones farmacológicas impuestas por el síndrome de Brugada. Los pacientes que tomaron medicamentos no recomendados parecen tener un mayor riesgo de eventos arrítmicos ventriculares.
* de Almeida Fernandes D, António N, Madeira M, Sousa P, Ventura M, Cristóvão J, Nascimento J, Elvas L, Gonçalves L, Pego GM. Unsafe Drug Use and Arrhythmic Events in Brugada Patients with ICD: Results of a Long-Term Follow-Up. Cardiovasc Drugs Ther. 2018 Jan 25. doi: 10.1007/s10557-018-6770-5. [Epub ahead of print]