Un estudio observacional prospectivo multicéntrico realizado en adultos, originado en investigadores de USA, España y Australia, referente a las diferencias de género en la actividad física después de un infarto agudo de miocardio*, será comentado en la NOTICIA DEL DÍA de hoy.
Existen disparidades significativas basadas en el género en los resultados a corto y largo plazo entre los adultos (entre 18 y 55 años) que han sufrido un infarto agudo de miocardio (IAM). En este grupo etáreo, se ha demostrado que las mujeres corren un mayor riesgo de mortalidad, tienen más comorbilidades, peor estado de salud y estrés psicológico, y una estadía hospitalaria más prolongada en comparación con los hombres.
Sin embargo, se sabe poco sobre las diferencias de género en los comportamientos “saludables” después del IAM, incluida la actividad física, que es un factor de riesgo modificable importante y presenta una oportunidad para la intervención posterior al IAM.
En efecto, la actividad física tiene un papel crucial en la recuperación exitosa después de un infarto tanto para mujeres como para hombres, incluyendo mejoría de la capacidad cardiorrespiratoria, la función cardíaca, la calidad de vida general, en cuanto a lograr ingresos hospitalarios recurrentes reducidos y también en la mortalidad.
Recomendaciones clínicas actuales, incluyendo aquellas apoyadas por la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) y por la AHA, muestran evidencia de Nivel A que apoya la rehabilitación CV poco después del IAM como medida efectiva para mejorar la capacidad funcional y disminuir el riesgo posterior de eventos cardiovasculares, morbilidad y mortalidad.
Entre los estudios que han examinado las diferencias de género en la actividad física después de otros tipos de eventos cardíacos, hay evidencia consistente de que las mujeres realizan menos actividad física en comparación con los hombres.
Además, los estudios que han evaluado las trayectorias de actividad física en los programas de rehabilitación cardíaca muestran que sólo la mitad de los pacientes cumplen con las pautas de actividad física antes y después de la rehabilitación cardíaca, y que las mujeres participan en menos actividad física que los hombres. Notoriamente, las mujeres más jóvenes tienen la mayor disminución en la actividad en el tiempo.
Esto es preocupante porque las mujeres tienen un riesgo de mortalidad aumentada después del IAM en comparación con hombres de edades similares, por lo tanto, los beneficios del compromiso en la actividad física regular pueden ser de gran importancia para las mujeres más jóvenes.
Estudios previos han examinado las diferencias de género en la actividad física para otros tipos de eventos cardíacos no agudos, en poblaciones de pacientes mayores (> 55 años) y en la pequeña proporción de pacientes que asisten a la rehabilitación cardíaca.
Sin embargo, hasta la fecha ningún estudio ha examinado específicamente las tendencias en la actividad física posterior a la hospitalización por IAM, situación que tiene el potencial de cambiar los comportamientos saludables y si existen diferencias de género.
Esta información es crítica, dado que las intervenciones de actividad física realizadas entre pacientes de la población general han demostrado efectos moderados en general; por lo tanto, los pacientes más jóvenes deberían ser los principales candidatos para las intervenciones para mejorar la recuperación después de un IAM.
Las pruebas sobre los patrones de actividad física y las diferencias de género en esta población vulnerable permitirían intervenciones de actividad física mejor informadas y adaptadas para aumentar la actividad física y mejorar los resultados de los pacientes.
Para evaluar el comportamiento de la actividad física de pacientes que se recuperan del IAM, se utilizaron datos del estudio VIRGO –Variation in Recovery: Role of Gender on Outcomes of Young AMI patients-, un estudio prospectivo de mujeres y hombres hospitalizados después del IAM, para describir las diferencias de género en actividad física en el año siguiente a su infarto.
Los objetivos específicos fueron describir, por sexo, la prevalencia, la frecuencia y la duración de la actividad física en tres momentos: basal (pre-IAM), un mes y 12 meses después del infarto, y determinar si el género está independientemente asociado con la actividad física en cada punto de tiempo.
El estudio fue realizado en 103 hospitales estadounidenses, 24 españoles y tres australianos, y se diseñó, en parte, para evaluar las diferencias de género en las conductas post infarto de miocardio.
Se tuvieron en cuenta datos basales, de un mes y de 12 meses recopilados de pacientes de 18 a 55 años (n = 3572).
Los pacientes fueron asignados a los niveles de actividad física definidos por la American Heart Association. Se utilizó un modelo de ecuación de estimación generalizada para dar cuenta de las medidas repetidas dentro del mismo individuo a lo largo del tiempo.
Los hombres fueron más activos (≥150 min / semana moderada o ≥75 min / semana de actividad vigorosa) que las mujeres al inicio (42% frente a 34%), un mes (45% frente a 34%) y 12 meses (48% frente a 36 %) (todos p <0,0001).
Se observa entonces que los hombres participan en una duración de actividad significativamente más larga en cada punto de tiempo.
Al controlar por todos los otros factores, las mujeres tenían 1,37 veces las probabilidades de ser menos activas que los hombres desde el infarto agudo de miocardio hasta después de los 12 meses (intervalo de confianza del 95%: 1,21-1,55).
La raza no blanca, los lugares de trabajo no activos, el tabaquismo, la diabetes, la hipertensión y la obesidad también se asociaron independientemente con ser menos activos a lo largo del tiempo (todos p <0,05).
Estas observaciones permiten concluir que aunque la actividad aumentó modestamente con el tiempo, las mujeres que se recuperaron de un infarto agudo de miocardio tenían menos probabilidades de cumplir con las recomendaciones de actividad física que los hombres.
Esto permitiría que al identificar los factores asociados con los bajos niveles de actividad durante la recuperación del infarto agudo de miocardio, las intervenciones dirigidas pueden introducirse antes del alta hospitalaria.
* Minges KE, Strait KM, Owen N, Dunstan DW, Camhi SM, Lichtman J, Geda M, Dreyer RP, Bueno H, Beltrame JF, Curtis JP, Krumholz HM. Gender differences in physical activity following acute myocardial infarction in adults: A prospective, observational study. Eur J Prev Cardiol. 2017 Jan;24(2):192-203. doi: 10.1177/2047487316679905. Epub 2016 Nov 25.