Un artículo de revisión sobre la disfunción erectil fue recientemente publicado en la edición de junio del Primary Care: Clinics in Office Practice* y será el tema que desarrollará la NOTICIA DEL DÍA.
Según el autor, la Cuarta Consulta Internacional sobre Medicina Sexual definió la disfunción eréctil como la incapacidad constante o recurrente para lograr y / o mantener la erección del pene suficiente para lograr la satisfacción sexual.
La disfunción eréctil es una condición común, que afecta a hasta 30 millones de hombres en los Estados Unidos.
Los médicos deben preguntar a los pacientes varones sobre la salud sexual para identificar a los hombres afectados, para identificar condiciones subyacentes potencialmente peligrosas asociadas con la condición y para mejorar su calidad de vida general.
Subraya el autor que la función eréctil depende de una interacción compleja de los procesos vasculares y neuronales.
La arteria pudenda interna suministra la mayor parte del flujo de sangre al pene a través de las ramas cavernosas, mientras que el flujo venoso se produce a través de una red de vénulas fácilmente compresibles.
Cuando ocurre la excitación sexual, la actividad parasimpática de los segmentos sacros de la médula espinal inicia una cascada de eventos para liberar óxido nítrico y aumentar el monofosfato de guanosina cíclica intracelular que aumenta la relajación del músculo liso vascular y produce un aumento del flujo sanguíneo en los cuerpos cavernosos. Este rápido flujo de sangre conduce a la compresión de la red venular para disminuir el flujo venoso, lo que aumenta la presión intracavernosa y produce erección.
La disfunción eréctil, por lo tanto, puede ser el resultado de cualquier proceso que perjudique las vías neurales o vasculares que contribuyen a estos fenómenos.
Debido a que el envejecimiento es un factor de riesgo independiente para el desarrollo de la disfunción eréctil, muchos hombres asumen que el deterioro sexual es una consecuencia inevitable del envejecimiento.
Hasta un tercio de los hombres de 70 años, sin embargo, en un estudio reciente no presentan dificultad alguna.
Por lo tanto, un médico aún debe realizar una historia clínica exhaustiva y un examen físico para descartar otras causas antes de suponer que la disfunción eréctil de inicio reciente es únicamente el resultado del avance de la edad.
Los factores de riesgo para desarrollar disfunción eréctil incluyen el uso de tabaco, la obesidad, el estilo de vida sedentario y el consumo crónico de alcohol.
Se cree que estos factores de riesgo causan cambios hormonales que dan como resultado un bajo nivel de testosterona y una función endotelial alterada, que contribuyen al desarrollo de la disfunción eréctil .
Tanto el hipotiroidismo como el hipertiroidismo también pueden producir importantes trastornos hormonales que pueden resultar en su aparición.
Los pacientes que previamente han sido diagnosticados con diabetes mellitus, hipertensión, dislipidemia o depresión también tienen un mayor riesgo de desarrollarla.
De los hombres diagnosticados con disfunción eréctil, aproximadamente el 40% tiene hipertensión, el 42% tiene hiperlipidemia , y el 20% tiene diabetes.
Los efectos secundarios de los medicamentos pueden representar hasta el 25% de todos los casos de disfunción eréctil. En general, es más probable que los antihipertensivos, los antidepresivos y los medicamentos antipsicóticos causen un deterioro de la función eréctil, aunque el mecanismo exacto a menudo no está bien definido.
Los medicamentos específicos que se han asociado con la disfunción eréctil incluyen a-bloqueantes, benzodiazepinas, b-bloqueantes, clonidina, digoxina, bloqueadores de los receptores de histamina H2, ketoconazol, metildopa, inhibidores de la monoaminooxidasa, fenobarbital, fenitoína, inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, espironolactona, diuréticos tiazídicos y antidepresivos tricíclicos.
Aunque las enfermedades crónicas, como la diabetes mellitus y la hipertensión, se consideran factores de riesgo para el desarrollo de la disfunción eréctil, a su vez ésta es un factor de riesgo clave para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas.
Los estudios sugieren que el grado de severidad de la disfunción eréctil puede correlacionarse con el riesgo de enfermedad cardiovascular, con un inicio de la misma que precede a un evento cardiovascular hasta en 5 años.
Además, es más probable que los pacientes disfuncionales también tengan eyaculación precoz, síntomas del tracto urinario inferior asociados con hipertrofia prostática benigna y vejiga hiperactiva en comparación con la población masculina en general.
* Irwin GM. Erectile Dysfunction. Prim Care. 2019 Jun;46(2):249-255. doi: 10.1016/j.pop.2019.02.006. Epub 2019 Apr 1.