21.10.2025

Efectos anticancerígenos del lanatosido C a nivel molecular

Investigadores de Nigeria y EEUU realizaron una revisión sistemática de la literatura con el propósito de considerar los efectos antineoplásicos del lanatósido C, y publicaron sus hallazgos en la edición del 17 de octubre de 2025 del BMC Cancer*.

Este será el tema a tratar hoy en la NOTICIA DEL DÍA.

En la introducción a su revisión, los autores señalaron que el cáncer sigue siendo uno de los desafíos de salud global más apremiantes, con datos epidemiológicos que revelan una trayectoria preocupante. 

Las Estadísticas Mundiales de Cáncer de 2022 informaron aproximadamente 20 millones de casos de cáncer recién diagnosticados en todo el mundo y 9,7 millones de muertes relacionadas con el mismo.

Esto corresponde a un riesgo estimado de por vida de desarrollar cáncer en una de cada cinco personas a nivel mundial, con uno de cada nueve hombres y una de cada doce mujeres muriendo a causa de la enfermedad. 

Es importante destacar que los países de ingresos bajos y medianos soportan el 70% de las muertes relacionadas con el cáncer, una disparidad exacerbada por el acceso limitado a terapias avanzadas y atención preventiva. 

Las proyecciones indican que la carga mundial de cáncer aumentará a 35 millones de casos para 2050, lo que representa un aumento del 77% de los 20 millones de casos estimados en 2022. 

Dada esta alarmante trayectoria, existe una necesidad urgente de paradigmas de tratamiento innovadores para prepararse mejor para estas proyecciones. 

Además, el aumento de la resistencia al tratamiento antineoplásico con los enfoques terapéuticos existentes, junto con los costos exorbitantes y el tiempo prolongado requerido para el desarrollo de nuevos fármacos, ha creado una necesidad urgente de una estrategia provechosa

Una de estas estrategias para identificar posibles agentes anticancerígenos es la reutilización de fármacos.

El método tradicional para desarrollar nuevos fármacos suele comenzar con estudios preclínicos, seguidos de una serie de ensayos clínicos. 

Durante los estudios preclínicos, los científicos evalúan el comportamiento de un fármaco potencial examinando su toxicidad, eficacia, farmacodinámica y farmacocinética en células cancerosas humanas cultivadas en laboratorio y en diferentes modelos animales. 

Si los resultados iniciales de los estudios preclínicos son prometedores, el fármaco avanza a las pruebas clínicas en humanos. 

Los ensayos clínicos constan de tres etapas principales: 

Fase I para evaluar la seguridad, 

Fase II para evaluar la eficacia y 

Fase III para la evaluación comparativa con fármacos existentes. 

Todo este proceso de desarrollo es lento y costoso, y suele durar entre 10 y 15 años, requiriendo una inversión estimada de entre 1000 y 2000 millones de dólares. 

A pesar de este importante compromiso, menos del 1 % de los compuestos candidatos avanzan a ensayos clínicos, y una fracción aún menor recibe finalmente la aprobación regulatoria.

Sin embargo, la reutilización de fármacos se centra en explorar nuevas aplicaciones terapéuticas para fármacos ya aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EEUU. 

Este enfoque aprovecha los fármacos desarrollados inicialmente para una afección, pero que luego se descubrió que tenían beneficios en el tratamiento de otras enfermedades. 

En los últimos años, esta estrategia ha ganado prominencia. 

Kirtonia et al., analizaron esta estrategia de reutilización de fármacos y su posible impacto transformador en el campo de la oncología. 

El interés en la reutilización de fármacos ha aumentado en los últimos años. 

Algunos de los productos farmacéuticos exitosos, como el clorambucilo y el busulfán, se derivaron originalmente del gas mostaza, un compuesto tóxico que se utilizó en la guerra química en el siglo XX. 

Aunque estos compuestos se diseñaron originalmente como agentes alquilantes, más tarde se descubrió que eran eficaces en el tratamiento de la leucemia después de una década de investigación. 

Los glucósidos cardíacos, incluido el Lanatoside C (Lan C), aprobado por la FDA para el tratamiento de afecciones cardíacas (como arritmias cardíacas e hipotensión, principalmente mediante la inhibición de la Na+/K+-ATPasa), ejemplifican este potencial de reutilización. 

Esta inhibición, crucial para la función cardíaca, también se ha implicado en varios procesos celulares relevantes para el desarrollo y la progresión del cáncer, lo que hace que estos compuestos sean candidatos atractivos para la reutilización de fármacos.

Estudios recientes in vitro e in vivo han demostrado que ciertos glucósidos cardíacos, como la ouabaína, la digoxina, el lanatosido C y la digitoxina, tienen propiedades anticancerígenas. 

Se ha demostrado que estos fármacos destruyen células senescentes, desencadenan la apoptosis y disocian grupos de células tumorales circulantes en células individuales, lo que ayuda a prevenir la metástasis del cáncer.

La literatura que explora el potencial del lanatosido C, un glucósido cardíaco aprobado por la FDA, en el tratamiento del cáncer es extensa; sin embargo, no se dispone de una síntesis sistemática de estudios in vitro e in vivo que diluciden los mecanismos moleculares y las vías a las que se dirige el lanatosido C. 

Esta revisión sistemática buscó abordar estas deficiencias consolidando la evidencia sobre la eficacia anticancerígena del lanatosido C en modelos in vitro e in vivo. 

Además, mapeó los mecanismos moleculares conservados y específicos del cáncer del lanatosido C en diferentes tipos de cáncer y evaluó su potencial translacional, incluyendo enfoques de terapia combinada y consideraciones de seguridad.

Insistiendo en lo ya mencionado, el cáncer sigue representando una importante carga para la salud mundial, con un aumento en las tasas de incidencia y mortalidad. 

Los plazos prolongados y los altos costos asociados con el desarrollo de fármacos tradicionales resaltan la urgente necesidad de estrategias alternativas para el desarrollo de fármacos. 

La reutilización de fármacos, que implica la identificación de nuevos usos anticancerígenos para fármacos existentes aprobados por la FDA, ofrece un enfoque prometedor y provechoso. 

El lanatosido C, un glucósido cardíaco aprobado para afecciones del corazón, ha atraído recientemente la atención por sus posibles propiedades anticancerígenas. 

Esta revisión sistemática consolidó la evidencia preclínica sobre los efectos anticancerígenos del lanatosido C, centrándose en sus mecanismos moleculares de acción en diversos tipos de cáncer, tanto en modelos in vitro como in vivo. 

Para ello, se realizó una búsqueda sistemática para identificar estudios preclínicos que evaluaran los efectos del lanatosido C en líneas celulares cancerosas y modelos animales. 

Se incluyeron los estudios que evaluaron la eficacia anticancerígena y esclarecieron los mecanismos moleculares. 

La extracción de datos y la evaluación de la calidad metodológica fueron realizadas de forma independiente por varios revisores, utilizando la Herramienta de Evaluación de la Fiabilidad de Datos Toxicológicos (ToxRTool). 

Dieciocho estudios cumplieron los criterios de inclusión. 

El lanatosido C inhibió consistentemente la proliferación de células cancerosas, indujo apoptosis y causó la detención del ciclo celular (principalmente en la fase G2/M) de manera dosis-dependiente. 

Mecanísticamente, el lanatosido C moduló vías de señalización clave, como Wnt/β-catenina, PI3K/AKT/mTOR, MAPK, JAK/STAT y estrés del RE/GRP78. 

Otros mecanismos incluyeron la inducción de ferroptosis en cáncer de pulmón y la apoptosis mediada por TRAIL en glioblastoma. 

Estudios in vitro e in vivo demostraron efectos antitumorales significativos, lo que respaldó el potencial translacional del lanatosido C como un agente anticancerígeno reutilizado. 

Iniciando la discusión de los conceptos arriba mencionados, los autores destacaron que el cáncer abarca múltiples enfermedades que afectan a varios órganos, ya sea primaria o secundariamente, caracterizadas por el crecimiento gradual y descontrolado de células. 

Si bien cada tipo de cáncer tiene sus características distintivas, todos comparten mecanismos moleculares subyacentes comunes que impulsan la progresión de la enfermedad. 

El aumento de los costos de la atención médica, en particular en el desarrollo de fármacos, plantea desafíos a la sostenibilidad del sistema, lo que impulsa la necesidad de reutilizar y mejorar las terapias farmacológicas existentes que se utilizan para otras enfermedades. 

Lanatoside C, un glucósido cardíaco aprobado por la FDA, es uno de los fármacos que se están considerando para su reutilización. 

Esta revisión sistemática examinó 18 estudios preclínicos que investigaron las propiedades anticancerígenas de Lan C, en diferentes tipos de cáncer. 

Los hallazgos proporcionaron evidencia sustancial de la actividad anticancerígena de amplio espectro de Lan C a través de múltiples mecanismos moleculares, al tiempo que destacaron consideraciones importantes para su posible traducción clínica.

Este estudio demostró que el Lanatoside C exhibió efectos anticancerígenos en múltiples tipos de cáncer, incluyendo cánceres de mama, hígado, pulmón, glioblastoma, gastrointestinal y urogenital. 

La consistencia de estos efectos en varios modelos de cáncer sugirió que el Lanatoside C tiene el potencial de una amplia aplicación terapéutica. 

Estudios in vitro revelaron una inhibición dependiente de la dosis de la proliferación de células cancerosas, con Lan C suprimiendo el crecimiento en la mayoría de las líneas celulares cancerosas probadas. 

Esta actividad de amplio espectro fue notable, ya que indicó que Lan C pudo dirigirse a las vulnerabilidades fundamentales de las células cancerosas a nivel molecular en lugar de alteraciones específicas del cáncer. 

Los efectos inhibidores sobre la proliferación celular se asociaron con la interrupción de la progresión del ciclo celular, manifestándose predominantemente como detención de la fase G2/M, un mecanismo central para las propiedades anticancerígenas de varios fármacos quimioterapéuticos establecidos. 

Esta detención del ciclo celular pareció ser un mecanismo común en la mayoría de los tipos de cáncer, incluyendo cáncer de mama, carcinoma hepatocelular y cáncer de cuello uterino. 

Además, los efectos anticancerígenos se extendieron más allá de la actividad citostática para incluir la citotoxicidad a través de varios mecanismos de muerte celular, especialmente la apoptosis y la ferroptosis. 

Dicha actividad citotóxica es característica de muchos agentes quimioterapéuticos establecidos.

Un hallazgo destacado de este estudio fue la convergencia de los efectos de Lan C en varias vías de señalización clave asociadas con el cáncer en diferentes tipos de neoplasias. 

Se descubrió que la vía PI3K/AKT/mTOR , que desempeña un papel crucial en la supervivencia y proliferación de las células cancerosas, estaba regulada negativamente por el tratamiento con Lan C en el carcinoma hepatocelular, el cáncer de pulmón y el cáncer de mama. 

De manera similar, se observó que la vía MAPK , una vía de señalización clave para la tumorigénesis, estaba inhibida por Lan C en múltiples modelos de cáncer, lo que sugiere que la inhibición de la vía MAPK es un mecanismo central de la actividad anticancerígena de Lan C. 

La vía de señalización Wnt/β-catenina también es otro objetivo común, con estudios en cáncer de mama y carcinoma hepatocelular, que demuestran la interrupción mediada por Lan C de esta vía a través de la activación de GSK-3β . 

Esto es particularmente significativo dado el papel establecido de la señalización de Wnt en la pluripotencia del cáncer, la metástasis y la resistencia a la terapia. 

Además, la vía JAK/STAT fue identificada como el objetivo para Lan C en el cáncer de cuello uterino, el colangiocarcinoma y el cáncer de mama. 

Estos hallazgos no solo apuntan a los mecanismos anticancerígenos multifacéticos de Lanatoside C, sino que también resaltan su potencial como un agente terapéutico reutilizado que se dirige a las vías oncogénicas centrales compartidas entre los tipos de tumores. 

Su capacidad para interrumpir las redes de señalización críticas e inducir efectos tanto citostáticos como citotóxicos hace que Lanatoside C sea un candidato prometedor en la búsqueda continua de terapias contra el cáncer beneficiosas y de fácil implementación a través de la reutilización de fármacos.

Aunque varios mecanismos parecen ser compartidos entre diferentes estudios y tipos de cáncer, esta revisión también identificó algunas vías específicas del cáncer dirigidas por Lan C. 

En un estudio sobre cáncer de pulmón, Lan C indujo ferroptosis a través de la regulación negativa de glutatión peroxidasa 4 ( GPX4 ) y SLC7A11, lo que resultó en la pérdida de protección antioxidante y muerte celular dependiente de hierro. 

Esto representó una importante vía de muerte celular alternativa que pudo superar la resistencia a la apoptosis en el cáncer de pulmón. 

En células de cáncer de próstata, Lan C moduló las vías de señalización de TNF/IL-17, acompañadas por la regulación positiva de p53 y la regulación negativa de HIF-1. 

La doble orientación de las vías inflamatorias y apoptóticas fue particularmente relevante para el cáncer de próstata, especialmente en casos metastásicos donde las estrategias inmunomoduladoras pueden ser beneficiosas. 

Para el cáncer de páncreas, los efectos anticancerígenos de Lan C fueron mediados a través de la vía de estrés del retículo endoplasmático (RE) a través de la regulación negativa de GRP78. 

Estos hallazgos sugirieron que los mecanismos moleculares de Lan C pueden estar determinados por los factores oncogénicos específicos y las vulnerabilidades de los diferentes tipos de cáncer.

Los estudios in vivo incluidos en la revisión (10 de 18 estudios) brindaron evidencia de apoyo para el potencial traslacional de Lan C para un posible ensayo clínico en pacientes humanos. 

Estos estudios demostraron una inhibición significativa del crecimiento tumoral en múltiples modelos de xenoinjerto, incluidos carcinoma hepatocelular, glioblastoma, colangiocarcinoma, cáncer colorrectal, cáncer de pulmón y leiomiosarcoma uterino. 

Es importante destacar que, en algunos estudios, estos efectos anticancerígenos se lograron sin una pérdida significativa de peso corporal, lo que sugirió un perfil de toxicidad potencialmente manejable. 

La eficacia de Lan C como monoterapia varió entre los estudios y los tipos de cáncer, con resultados notables observados en el carcinoma hepatocelular  y el colangiocarcinoma. 

Además, varios estudios informaron una eficacia mejorada cuando Lan C se combinó con otras modalidades terapéuticas. 

Por ejemplo, Lan C mejoró la eficacia de la radioterapia en xenoinjertos de cáncer colorrectal (77,76% de inhibición frente a 44,92% con radiación sola), lo que destacó su potencial como radiosensibilizador. 

De manera similar, en modelos de glioblastoma, la combinación de Lan C con terapia TRAIL resultó en más del 85% de regresión tumoral, retraso en la progresión tumoral y supervivencia prolongada. 

Estos hallazgos sugirieron que, si bien Lan C puede tener valor terapéutico como monoterapia, su mayor potencial podría residir en estrategias combinatorias, debido a su capacidad de dirigirse simultáneamente a múltiples vías de señalización. 

Esta acción multifacética puede ayudar a superar la resistencia al tratamiento, un desafío común cuando se dirigen selectivamente vías individuales. 

Un desafío clave para el potencial traslacional de Lan C radica en la amplia variación en las dosis informadas en los estudios incluidos, que van desde 2,5 mg/kg a 40 mg/kg. 

Esta variabilidad limitó la capacidad de extraer inferencias fiables con respecto a sus umbrales de seguridad como agente anticancerígeno.

Este estudio tuvo ciertas limitaciones. 

A pesar de los hallazgos favorables, se observaron varias variaciones metodológicas en los estudios incluidos, que deben tenerse en cuenta al interpretar los resultados. 

Primero, hubo una heterogeneidad considerable en el diseño experimental, incluidas las diferencias en la dosis de Lan C, la duración del tratamiento y las líneas celulares cancerosas específicas utilizadas. 

Además, al evaluar críticamente los estudios incluidos, encontraron que si bien la mayoría fueron metodológicamente sólidos, los estudios de Johannson et al. y Tesselar et al. demostraron debilidades, ya que no informaron claramente todos los procedimientos metodológicos y experimentales. 

Estas variabilidades complican las comparaciones directas entre estudios y subrayan la necesidad de una mayor estandarización en la investigación preclínica de reutilización de fármacos contra el cáncer. 

Además, la mayoría de los estudios emplearon sistemas tradicionales de cultivo celular 2D, que no replicaron adecuadamente el complejo microambiente tumoral. 

Esta fue una limitación significativa, ya que nueva evidencia ha demostrado que el microambiente tumoral puede influir en la respuesta al fármaco y contribuir a la resistencia a la terapia. 

Estudios futuros se beneficiarían de la adopción de modelos más relevantes fisiológicamente, como organoides 3D o xenoinjertos derivados de pacientes. 

Además, los estudios in vitro sobre cáncer de pulmón se limitaron a una sola línea celular, lo que debilitó la solidez de las conclusiones. 

Estudios futuros deberían incorporar múltiples líneas celulares para evaluar con mayor precisión los efectos anticancerígenos de Lan C en cáncer de pulmón. 

Otra limitación importante se relacionó con la posible toxicidad de los glucósidos cardíacos en general, incluyendo Lan C. 

Aunque varios estudios en esta revisión no informaron signos aparentes de toxicidad en modelos animales, no se realizaron evaluaciones toxicológicas exhaustivas, lo que será clave para la investigación traslacional en sujetos humanos. 

Dado que Lan C ya está aprobado por la FDA para afecciones cardíacas, determinar su ventana terapéutica en el contexto del tratamiento del cáncer será crucial para su posible traducción clínica. 

Otra limitación de los estudios preclínicos fue la falta de información de hallazgos negativos, que pudo contribuir al sesgo de publicación y pudo distorsionar la comprensión general del potencial terapéutico de un compuesto. 

Por lo tanto, la revisión se limitó a los datos publicados disponibles.

Los estudios futuros deben centrarse en establecer regímenes de dosificación óptimos que maximicen la eficacia anticancerígena de Lan C y minimicen la toxicidad y otros efectos adversos. 

Esto puede implicar la exploración de diferentes vías de administración y estrategias de formulación para mejorar la focalización tumoral y reducir la exposición sistémica. 

Dados los alentadores resultados observados con las terapias combinadas, se recomienda realizar más investigaciones sobre Lan C junto con otros enfoques terapéuticos, en particular en un entorno donde se ha establecido resistencia al tratamiento estándar. 

Especialmente prometedoras son las combinaciones con radioterapia, las terapias dirigidas que actúan sobre vías complementarias o las estrategias inmunoterapéuticas que podrían beneficiarse de la modulación de la señalización inflamatoria por parte de Lan C. 

En última instancia, será esencial realizar ensayos clínicos bien diseñados para validar estos hallazgos preclínicos. 

Los ensayos iniciales podrían priorizar los tipos de cáncer que mostraron las respuestas preclínicas más robustas, como el carcinoma hepatocelular, el colangiocarcinoma o el cáncer colorrectal en combinación con radioterapia.

En conclusión, esta revisión sistemática proporcionó evidencia sustancial de la actividad anticancerígena de amplio espectro del Lanatoside C en diversos tipos de cáncer, mediada por mecanismos moleculares comunes y específicos del cáncer. 

La aprobación actual de Lan C por la FDA para indicaciones cardíacas representa una oportunidad para facilitar su reutilización en oncología, ofreciendo un enfoque terapéutico novedoso, tanto como monoterapia como en combinación con otros tratamientos. 

Si bien persisten algunas limitaciones metodológicas y lagunas de conocimiento, la consistencia de los hallazgos en diferentes modelos experimentales, tanto in vitro como in vivo, respalda una mayor investigación del Lanatoside C como posible agente anticancerígeno. 

A medida que la investigación continúa dilucidando los complejos mecanismos subyacentes a sus efectos anticancerígenos, este glucósido cardíaco podría finalmente encontrar un lugar en el creciente arsenal de fármacos reutilizados para la terapia del cáncer, particularmente para pacientes con opciones de tratamiento limitadas o con enfermedad resistente a la terapia.

Palabras clave: Lanatosido C, Glucósidos cardíacos, Reutilización de fármacos, Efecto anticancerígeno, Dianas moleculares, Oncología

* Olayode OO, Oladosu TJ, Abioye AI, Oladeji EO, Ogunoye BT. Drug repurposing in oncology: a systematic review of anticancer effects of Lanatoside C at the molecular level. BMC Cancer. 2025 Oct 17;25(1):1601. doi: 10.1186/s12885-025-15062-3. PMID: 41107785; PMCID: PMC12535069.

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