09.10.2023

Estrategias de manejo del paro cardíaco en deportistas

Un grupo de profesionales que se desempeñan en instituciones médicas de Los Ángeles, California realizaron una revisión sistemática para analizar en profundidad la ocurrencia de paro cardíaco súbito en deportistas y las estrategias correspondientes  ante eventos de esta naturaleza, para optimizar la preparación ante los mismos*.

El paro cardíaco súbito (PCS) es la principal causa médica de muerte en los atletas y puede ocurrir independientemente de la edad y la condición física.

Para las personas mayores de 35 años, la enfermedad arterial coronaria aterosclerótica representa la mayoría de las muertes durante la actividad física.

Los atletas más jóvenes en riesgo de PCS durante el ejercicio son aquellos con miocardiopatías subyacentes o síndromes de arritmia hereditarios.

Independientemente de la afección subyacente, estos eventos cardíacos potencialmente fatales ocurren con mayor frecuencia durante el ejercicio.

Con frecuencia se ha demostrado que el ejercicio reduce el riesgo a largo plazo de enfermedad cardiovascular, mientras que, al mismo tiempo, el ejercicio extenuante aumenta considerablemente el riesgo de PCS.

Esta «paradoja del ejercicio» ilustra cómo el ejercicio puede brindar protección a largo plazo contra eventos cardiovasculares y al mismo tiempo predisponer de manera aguda a un individuo vulnerable a un riesgo relativamente mayor de PCS.

Se espera que el ejercicio habitual mejore la estabilidad eléctrica del miocardio, protegiéndolo contra arritmias ventriculares y SCA, mientras que los episodios de ejercicio vigoroso pueden activar el sistema nervioso simpático y desencadenar arritmias ventriculares en presencia de un sustrato miocárdico susceptible.

Esta paradoja puede explicar por qué los atletas considerados en la cima de su condición física y uno de los segmentos más saludables de nuestra sociedad aún pueden experimentar MS.

Casi el 75% de todos los casos en atletas jóvenes ocurren en jugadores de baloncesto, fútbol y fútbol americano.

Si bien varios atletas de alto perfil en estos respectivos deportes han experimentado un paro cardíaco en el pasado, casos recientes han vuelto a poner el tema en el centro de atención de los medios.

Este mismo año, Damar Hamlin sufrió un paro cardíaco poco después de taclear a un receptor abierto durante un partido de fútbol americano, lo que provocó la activación inmediata del Plan de Acción de Emergencia (EAP por sus siglas en inglés) de la Liga Nacional de Fútbol.

Christian Eriksen, futbolista danés, sufrió un paro cardíaco en pleno partido de la Eurocopa 2020.

El personal del equipo y los médicos le administraron inmediatamente reanimación cardiopulmonar (RCP) y utilizaron un desfibrilador externo automático (DEA) para restaurar su ritmo cardíaco.

El jugador universitario de baloncesto Vince Iwuchukwu sufrió un paro cardíaco durante un entrenamiento de pretemporada y también fue reanimado con éxito.

Estos incidentes resaltan la importancia de contar con un EAP (Plan de acción de emergencia por sus siglas en inglés) eficaz y la necesidad de una educación adecuada sobre el uso de RCP y DEA para el personal del equipo que tiene más probabilidades de estar presente durante estos eventos, incluidos otros atletas, entrenadores y personal de entrenamiento.

Los objetivos de esta revisión son examinar críticamente los estudios sobre la tasa y la incidencia de PCS en atletas, discutir qué poblaciones pueden tener mayor riesgo de padecer estas afecciones, resumir los datos que evalúan la eficacia de las prácticas de detección que apuntan a prevenir PCS en atletas y proponer un llamado a la acción que implique una mayor concientización y capacitación en el uso de EAP, RCP y DEA para atletas, entrenadores y personal de entrenamiento.

El paro cardíaco súbito (PCS) es la principal causa de muerte en deportistas jóvenes.

A pesar de los esfuerzos para mejorar la preparación para las emergencias cardíacas, la incidencia de paros cardíacos extrahospitalarios en los atletas sigue siendo alta y la conciencia de los espectadores y la preparación para el apoyo de PCS son inadecuadas.

Iniciativas como diseñar un plan de acción de emergencia (PAE) y exigir capacitación en reanimación cardiopulmonar (RCP) y uso de desfibrilador externo automático (DEA) para los miembros del equipo y el personal pueden contribuir a mejorar las tasas de supervivencia en casos de PCS.

Esta revisión proporciona una descripción general del PCS en los atletas, enfocándose en identificar las poblaciones con mayor riesgo y evaluando la efectividad de diferentes prácticas de detección para detectar condiciones que pueden conducir a un PCS.

Se resumen las prácticas y recomendaciones actuales para mejorar la respuesta a eventos de SCA, y destacamos la necesidad de realizar esfuerzos continuos para optimizar la preparación mediante la implementación de EAP y la capacitación de personas en RCP y uso de DEA.

Además, se propone un llamado a la acción para aumentar la concientización y la capacitación en el desarrollo de EAP, RCP y uso de DEA para los miembros del equipo y el personal.

Para mejorar los resultados de los casos de SCA en atletas, es crucial mejorar la conciencia de los espectadores y su preparación para emergencias cardíacas.

Implementar EAP y brindar capacitación en RCP y uso de DEA para los miembros del equipo y el personal son pasos esenciales para mejorar las tasas de supervivencia en casos de PCS. y uso del DEA para los miembros del equipo y el personal.

Para mejorar los resultados de los casos de SCA en atletas, es crucial mejorar la conciencia de los espectadores y su preparación para emergencias cardíacas.

Implementar EAP y brindar capacitación en RCP y uso de DEA para los miembros del equipo y el personal son pasos esenciales para mejorar las tasas de supervivencia en casos de PCS. y uso del DEA para los miembros del equipo y el personal.

Para mejorar los resultados de los casos de MS en atletas, es crucial mejorar la conciencia de los espectadores y su preparación para emergencias cardíacas.

Implementar EAP y brindar capacitación en RCP y uso de DEA para los miembros del equipo y el personal son pasos esenciales para mejorar las tasas de supervivencia en casos de PCS.

Las estimaciones de la incidencia de PCS en deportistas varían ampliamente según la metodología utilizada.

Una revisión reciente de 19 estudios realizada por Carrington et al. encontró que la incidencia de PCS en atletas osciló entre 0,1 y 2 por 100.000 años-atleta.

Sin embargo, según lo evaluado por Harmon et al., se encontró que los estudios que utilizaron principalmente informes de los medios o reclamaciones de seguros catastróficos para informar subestimaban la incidencia de PCS en los atletas.

Cuando los estudios utilizaron una metodología estricta, incluidos sistemas de notificación obligatorios o bases de datos nacionales, se encontró que la incidencia de PCS era de ~1:50 000 en atletas en edad universitaria y ~1:80 000 en atletas en edad de escuela secundaria.

En comparación, la incidencia de PCS en la población general (de 1 a 35 años) se informa entre 0,8 y 1,9 por 100 000 personas-año.

Además, múltiples estudios han determinado que el riesgo relativo de PCS en atletas competitivos es significativamente mayor que el de los no atletas, oscilando entre 2,5 y 3,6 veces mayor riesgo relativo.

Se cree en gran medida que el mayor riesgo de PCS en los atletas competitivos está relacionado con la demanda física vigorosa en aquellos con una enfermedad cardíaca subyacente.

Un estudio de más de 10 000 atletas adolescentes predominantemente masculinos de la Asociación Inglesa de Fútbol que se sometieron a un programa de detección cardíaca que consistía en un cuestionario de salud, examen físico, electrocardiografía (ECG) y ecocardiografía encontró que la incidencia de PCS era de 1 por 14 794 personas. años.

Estos resultados sugieren que en poblaciones de atletas específicas, a pesar de una evaluación exhaustiva previa a la participación, el riesgo de SCA sigue siendo comparable al de aquellos que no reciben tales evaluaciones.

La discrepancia en las estimaciones resalta la necesidad de una base de datos nacional para informar estos eventos catastróficos y obtener datos precisos.

La Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) ha intentado llenar este vacío mediante la creación del Registro de Muerte Súbita de la FIFA (FIFA-SDR por sus siglas en inglés de sudden death register).

A partir de 2014, el FIFA-SDR permite que cualquier persona involucrada (atletas, entrenadores, familiares) informe un evento SCA o SCD relacionado con el fútbol y proporcione información adicional sobre las circunstancias, como la edad, el sexo y el historial médico del atleta.

Para complementar esta información, la FIFA también emplea un proceso sistemático de monitoreo de los medios para capturar cualquier evento que su sistema de autoinforme pueda haber pasado por alto.

Entre 2014 y 2018, un total de 617 jugadores de 67 países sufrieron SCA, y solo 142 (23%) sobrevivieron.

Registros como el FIFA‐SDR son herramientas importantes para comprender la incidencia, los factores de riesgo y las posibles intervenciones para el PCS en los atletas. Desafortunadamente, esto sólo incluye casos del fútbol “asociativo” (soccer).

El SCA en deportistas puede ser causado por una amplia gama de enfermedades cardíacas.

Históricamente, se pensaba que la miocardiopatía hipertrófica (MCH) era la afección subyacente más común que provocaba PCS en los atletas.

Un estudio fundamental de 1996, con revisión de datos de 2009, encontró que casi el 36% de las muertes cardíacas súbitas en atletas fueron resultado de la MCH.

Sin embargo, análisis más recientes han determinado que una causa predominante de muerte súbita en los atletas es la muerte súbita inexplicable con autopsia negativa (AN-SUD), que se define como una muerte súbita con hallazgos de autopsia no diagnósticos.

Algunos estudios han estimado que la incidencia de AN‐SUD puede llegar al 31%.

Otras causas comunes de PCS en atletas incluyen hipertrofia idiopática del ventrículo izquierdo, miocardiopatía arritmogénica del ventrículo derecho (MAVD), anomalías congénitas de la arteria coronaria, síndrome de QT largo (SQTL), síndrome de Wolff-Parkinson-White, síndrome de Marfan y miocarditis.

Es probable que la verdadera incidencia de cada una de estas etiologías subyacentes de PCS varíe ampliamente según ciertas características de la población y ubicaciones geográficas.

Cifra ilustra las causas más frecuentes de PCS, clasificadas por región geográfica.

En la región italiana de Véneto, se encontró que ARVC es la causa más predominante de PCS en atletas y representa aproximadamente el 20% de todos los casos.

Mientras tanto, AN-SUD representó el 42% de todas las muertes súbitas en atletas en el Reino Unido.

En los Estados Unidos, un estudio prospectivo reciente realizado por el Centro Nacional de Investigación de Lesiones Deportivas Catastróficas analizó 331 casos confirmados de SCA/SCD y encontró que las causas más comunes incluían MCH (20,6%), hipertrofia idiopática del ventrículo izquierdo (13,4%), arteria coronaria anomalías (12,0%) y AN‐SUD (9,6%).

Al subdividir estos casos por edad, se encontró que las anomalías de las arterias coronarias eran más comunes en los atletas de secundaria (28%), mientras que las miocardiopatías (hipertróficas, arritmogénicas, dilatadas, no compactadas o restrictivas) representaron el 47% de los casos en la universidad y atletas profesionales.

Se sospecha que una gran parte de los casos de AN‐SUD son atribuibles a canalopatías de iones cardíacos, incluido el SQTL, el síndrome de Brugada y la taquicardia ventricular (TV) polimórfica catecolaminérgica.

Dada la base molecular de estos trastornos, es poco probable que se manifiesten en la patología tradicional y requieren una autopsia genética para su detección.

Un estudio prospectivo de casi 500 casos de muerte cardíaca súbita en niños y adultos jóvenes encontró que el 27% de los casos de AN-SUD tenían una mutación genética cardíaca clínicamente relevante cuando se realizó la autopsia genética.

Además, se identificó un trastorno cardíaco hereditario en el 13% de las familias en las que se produjo AN‐SUD.

Estos resultados resaltan la necesidad de considerar la adición de pruebas genéticas a la investigación de autopsias para obtener una comprensión completa de las etiologías que resultan en PCS.

En particular, estas son sólo algunas de las causas comunes de PCS en los atletas, y existen muchas otras afecciones subyacentes, como la commotio cordis o la disección aórtica, que pueden provocar un PCS.

Estas afecciones suelen ser asintomáticas o pueden tener síntomas o presentaciones similares, lo que puede dificultar el diagnóstico.

Al determinar las etiologías características de SCA en ciertos grupos demográficos, se puede definir mejor el método óptimo para identificar estas condiciones subyacentes.

Los esfuerzos para prevenir el PCS en los atletas han llevado a intentos de identificar las poblaciones con mayor riesgo.

Una revisión de una década de todas las muertes en la NCAA realizada por Harmon et al. revelaron que los atletas masculinos tenían casi cuatro veces más probabilidades de tener un episodio de SCA en comparación con las atletas femeninas (1:37 790 vs. 1:121 593 AY) y los atletas negros tenían casi tres veces más probabilidades en comparación con sus homólogos blancos. (1:21 491 frente a 1:68 354 AY).

Además, se descubrió que tanto los jugadores de baloncesto como los de fútbol tenían mayor riesgo en comparación con los atletas de otros deportes.

Los datos completos sugieren que las poblaciones de mayor riesgo incluyen a los jugadores de baloncesto y fútbol de raza negra.

Se ha postulado que la tensión ejercida sobre el corazón durante estos deportes y el mayor potencial de hábito marfanoide en el caso de la población de jugadores de baloncesto pueden contribuir a este mayor riesgo.

Los hallazgos de este estudio resaltan los beneficios potenciales de dirigir las pruebas de detección previas a la participación, las campañas de educación y concientización y la atención cardíaca a estas poblaciones en riesgo para ayudar a prevenir el PCS.

La evaluación previa a la participación en atletas es una herramienta importante para identificar condiciones subyacentes que pueden conducir a un paro cardíaco.

El método óptimo para detectar estas condiciones sigue siendo debatido, con varias pautas y recomendaciones de diferentes organizaciones.

Las pautas de la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA) para la detección previa a la participación recomiendan actualmente un cuestionario específico de 14 puntos destinado a identificar a las personas con mayor riesgo.

Sin embargo, estudios recientes han señalado la sensibilidad y especificidad limitadas de este cuestionario.

Como resultado, algunos grupos, incluidos la ESC y el COI, abogan por la adición del ECG a la historia y al examen físico.

Los defensores de la detección con ECG señalan el éxito de un estudio histórico realizado en Italia, en el que la tasa de MSC disminuyó casi un 90% después de agregar el ECG al examen previo a la participación.

Sin embargo, un estudio similar realizado en Israel no encontró diferencias significativas en la tasa de muerte súbita después de la implementación de la detección obligatoria con ECG.

La principal crítica al cribado ECG en deportistas es el elevado número de pruebas falsas positivas.

Si bien es importante identificar los casos verdaderos positivos, los casos falsos positivos hacen que las personas se sometan a pruebas adicionales, lo que puede generar costos indebidos, restricciones deportivas innecesarias y ansiedad.

En el estudio italiano antes mencionado, el 9% de todos los atletas fueron remitidos para una evaluación adicional a pesar de que solo se determinó que el 2% tenía una afección subyacente que podría predisponer a la MS.

Estos falsos positivos se deben en gran parte a las adaptaciones fisiológicas del corazón de un atleta que se manifiestan como trazados de ECG anormales en la población general.

Se han realizado estudios observacionales para determinar los hallazgos únicos del ECG específicos de los atletas, y la caracterización mejorada del ECG del atleta ha llevado al desarrollo de criterios estandarizados de interpretación del ECG, incluidos los criterios ESC de 2010, los criterios de Seattle y los criterios internacionales ahora ampliamente aceptados publicados en 2017.

Los criterios revisados han dado lugar a una reducción significativa del número de falsos positivos.

Más específicamente, un estudio retrospectivo de casi 5.000 atletas examinados utilizando los criterios internacionales arrojó una tasa de falsos positivos de sólo el 3%.

Además, un análisis realizado por Williams et al. encontraron que la implementación del cribado ECG con los criterios internacionales tenía una sensibilidad sustancialmente mayor (87,5%) y especificidad (97,5%) en comparación con las pautas de la AHA solas (18,8% y 68,0%, respectivamente).

A pesar de la creciente sensibilidad y especificidad del cribado previo a la participación, es importante considerar otros factores como los financieros, psicológicos y la viabilidad de una implementación generalizada.

Las complejidades de todos estos factores entrelazados han dado lugar a diferentes recomendaciones de varias organizaciones, incluidas la AHA, la ESC y el COI.

Además, incluso con la detección obligatoria previa a la participación, aún pueden ocurrir episodios de PCS, aunque en tasas más bajas.

Como indican Robles et al., el deporte a menudo se lleva a cabo fuera de una infraestructura deportiva rígida y, como resultado, el SCA puede ocurrir fuera del entrenamiento y la competición organizados.

Por lo tanto, es esencial contar con DEA fácilmente accesibles y con personas capacitadas en soporte vital básico (SVB) para “una cardioprotección generalizada” ..”

Si bien las mejores estrategias de detección para optimizar la prevención primaria del PCS siguen siendo un tema controvertido, la efectividad de la RCP y el uso de DEA en el tratamiento del PCS está bien establecida.

Las arritmias subyacentes que pueden causar SCA incluyen asistolia, actividad eléctrica sin pulso, TV sin pulso y fibrilación ventricular (FV).

La TV y la FV responden particularmente al tratamiento con DEA, lo que hace que el reconocimiento rápido de estas arritmias sea crucial para obtener buenos resultados.

Un estudio que utilizó datos de un servicio nacional de ambulancia francés encontró que el 47% de los PCS relacionados con los deportes fueron causados por TV sin pulso o FV, lo que indica que una proporción significativa de los casos de PCS tienen causas potencialmente reversibles.

Los estudios han revelado que la aplicación rápida de un DEA y, específicamente, la desfibrilación inmediata cuando sea necesaria, son factores clave para mejorar los resultados de supervivencia.

Por ejemplo, un estudio de Valenzuela et al. encontró que el 74% de los pacientes con FV sobrevivieron cuando la desfibrilación se realizó dentro de los 3 minutos, en comparación con una tasa de supervivencia del 49% para aquellos a los que se les realizó la desfibrilación después de 3 minutos.

La importancia del inicio por parte de los espectadores se destaca aún más en una revisión de casi 15 000 episodios de paro cardíaco extrahospitalario (OHCA) realizada por Weisfeldt et al., que reveló que las tasas de supervivencia hasta el alta hospitalaria fueron del 7% sin ningún tipo de reanimación. intento, el 9% con RCP sola y el 38% cuando se administró una descarga del DEA.

Estos datos enfatizan la importancia de que los espectadores inicien la RCP y el uso del DEA en OHCA, ya que se puede perder un tiempo valioso esperando que llegue el personal médico

A pesar de los beneficios demostrados del uso de RCP y DEA por parte de transeúntes, su utilización sigue siendo baja entre la población general.

Según el Registro de paro cardíaco para mejorar la supervivencia, sólo alrededor del 40% de los transeúntes inician la RCP y el 6% utiliza un DEA.

Un metaanálisis de 141 estudios realizados en todo el mundo encontró que solo el 11,3% de los pacientes con OHCA recibieron RCP por parte de un espectador, a pesar de que este subgrupo tuvo mejores resultados neurológicos.

Además, una revisión de más de 28.000 casos de OHCA en Inglaterra encontró que en los casos presenciados sin EMS, el 55,2% recibió RCP por parte de un transeúnte, pero sólo el 2,3% utilizó desfibrilación de acceso público.

La baja utilización de DEA es motivo de especial preocupación, ya que se ha demostrado que su uso tiene un mayor impacto en los resultados.

Existen disparidades en los receptores de RCP y uso de DEA por parte de transeúntes que se ha encontrado que están asociadas con el género, la raza y/o el origen étnico, y el nivel socioeconómico y la riqueza.

Por ejemplo, un análisis de casi 20 000 OHCA encontró que los hombres tenían más probabilidades de recibir RCP por parte de un espectador en comparación con las mujeres.

Otro estudio transversal retrospectivo realizado en Memphis, Tennessee, encontró que los individuos negros tenían menos probabilidades de recibir RCP por parte de transeúntes en comparación con sus homólogos blancos.

De manera similar, aquellos que experimentaban dificultades económicas también tenían menos probabilidades de recibir RCP por parte de un transeúnte.

Es más probable que el PCS inducido por el ejercicio se presente con ritmos desfibrilables como TV o FV, lo que hace imperativo el uso de un DEA para obtener resultados óptimos.

Sin embargo, el uso de DEA sigue siendo subóptimo en esta población.

Por ejemplo, un estudio de cohorte prospectivo realizado en Alemania y Francia encontró que se utilizó un DEA en sólo el 7,5% de 147 casos de PCS relacionados con el deporte, a pesar de que aquellos que recibieron desfibrilación tuvieron una tasa de supervivencia de casi el 91%.

En los datos de FIFA-SDR, la tasa de supervivencia de PCS fue del 85% con el uso de un DEA en comparación con el 35% sin él, lo que resalta aún más la importancia de la utilización de DEA.

Múltiples estudios han sugerido que el insuficiente reconocimiento del PCS es un factor importante en el retraso en el inicio de la RCP y el uso de DEA.

El PCS puede presentarse con actividad similar a convulsiones y respiración agónica, lo que dificulta su reconocimiento.

En un estudio realizado por Viskin et al., un análisis de video de eventos de PCS encontró que más del 70% de los espectadores no reconocieron el PCS, y muchos intentaron abrir las vías respiratorias antes de comenzar las compresiones torácicas.

Para mejorar el reconocimiento del paro cardíaco, la FIFA ha implementado cursos prácticos para oficiales médicos, médicos de equipo y fisioterapeutas y también ha diseñado videos de tratamiento y capacitación para aplicaciones móviles.

Para reducir el número de casos de paros relacionados con el ejercicio, se deben realizar esfuerzos para aumentar el uso de RCP y DEA por parte de los espectadores a través de campañas de educación pública, aumentando el acceso a los DEA y programas de capacitación.

Además, se deben continuar las investigaciones para identificar, comprender y abordar cualquier disparidad entre los receptores de terapias de RCP y DEA.

Para aumentar la frecuencia de las actuaciones en la población general, es importante comprender las razones por las que los espectadores a menudo no actúan.

Las encuestas realizadas a personas han revelado que el miedo, las implicaciones legales, causar daño y sentirse incapaz son las razones más citadas para no actuar.

Para abordar estas preocupaciones, la educación y la formación son clave. Por ejemplo, comprender la ley del Buen Samaritano puede aliviar los temores de repercusiones legales por intentar revivir a una persona.

Además, brindar sesiones informativas y aumentar la familiaridad con la SCA a través de la capacitación del personal del equipo puede mejorar la comodidad con el uso de la RCP y el DEA.

Un estudio realizado por Ryan et al. descubrieron que una breve sesión educativa y de capacitación práctica sobre el uso de un DEA resultó en un aumento significativo en el número de participantes que utilizarían un DEA en caso de una emergencia cardíaca.

La muestra del estudio estuvo compuesta por 150 socios de clubes deportivos, de 16 años o más.

Se encontró que la sesión de capacitación presencial de dos horas también mejoró sus conocimientos, como lo demuestran los resultados de un cuestionario de seguimiento.

De manera similar, un estudio australiano reveló que brindar capacitación en RCP y DEA en instalaciones deportivas condujo a una mejora significativa en el conocimiento de los participantes sobre el uso de DEA en escenarios clínicos, según lo evaluado 6 meses después de la capacitación.

El programa, patrocinado por el gobierno, ofreció capacitación sobre DEA y planificación de emergencias dirigida por entrenadores certificados a todos los recintos deportivos y organizaciones comunitarias.

Las instalaciones y organizaciones pudieron postularse para el programa de capacitación.

Estos estudios indican la eficacia de los esfuerzos educativos y la capacitación práctica para mejorar el conocimiento y la confianza en el uso de un DEA en emergencias cardíacas, particularmente en eventos deportivos, donde el esfuerzo físico coloca a los individuos en mayor riesgo de sufrir un PCS.

Al brindar capacitación sobre el uso de DEA al personal, entrenadores y atletas, la cantidad de personas que pueden responder eficazmente al PCS aumenta drásticamente.

En los últimos años, los teléfonos inteligentes se han empleado como medio para mejorar la respuesta de los espectadores a la OHCA.

Un estudio realizado en Dinamarca empleó una aplicación de teléfono inteligente para alertar a los ciudadanos que respondieron dentro de un radio de una milla de una OHCA.

Los hallazgos mostraron que en el 42% de los casos, los ciudadanos respondieron más rápidamente que los EMS, lo que condujo a mejoras significativas en el inicio de la RCP y a un uso casi tres veces mayor de los DEA.

Estos resultados indican que un sistema de notificación basado en aplicaciones puede ser una estrategia efectiva para aumentar la intervención de los espectadores.

Además, no sólo proporcionar un DEA accesible sino también asegurarse de que las personas sepan dónde está ubicado también puede mejorar la tasa de rendimiento.

Este punto quedó demostrado en un estudio prospectivo en el que se instalaron desfibriladores a menos de 2 minutos a pie de distancia en tres terminales del aeropuerto de Chicago.

Más del 80% de los que sufrieron PCS recibieron desfibrilación, con una supervivencia a 1 año del 56% en comparación con <5% con los equipos tradicionales de respuesta rápida.

Estos resultados enfatizan la importancia no sólo de educar a las personas sobre el uso del DEA, sino también de garantizar que los dispositivos sean fácilmente accesibles durante situaciones de emergencia.

Al colocar estratégicamente desfibriladores con señalización clara y visible en los recintos deportivos, el personal, los atletas y los espectadores pueden conocer la ubicación del DEA, aumentando así sus posibilidades de supervivencia durante un episodio de PCS.

En resumen, existen numerosos datos que demuestran la eficacia de la educación, la capacitación, la tecnología y la accesibilidad para aumentar el uso de DEA y, en consecuencia, mejorar los resultados.

El Grupo de Trabajo Interasociación, la AHA, el Colegio Americano de Cardiología y la FIFA recomiendan encarecidamente a las organizaciones deportivas que establezcan un EAP para garantizar que los eventos de SCA se gestionen de forma eficaz y adecuada.

El EAP debe incluir capacitación para el personal sobre cómo responder ante un atleta colapsado, acceder fácilmente a un DEA, llamar a servicios médicos de emergencia y transportarlo al centro de atención avanzada más cercano.

El aspecto esencial del EAP es capacitar a todo el personal del equipo y al personal médico sobre cómo reconocer el PCS y responder con prontitud.

Se debe sospechar un paro en todos los casos en los que un atleta no responde y en aquellos que presentan respiración agónica o actividad similar a convulsiones.

Una vez que se identifica el PCS, se deben iniciar las maniobras, que incluye administrar RCP y usar el DEA. Los ensayos regulares del EAP y las revisiones previas a la competencia ayudan a garantizar que las personas estén preparadas en caso de un paro cardíaco en el campo.

Además de la formación del personal, el EAP también debe tener en cuenta el lugar específico de la competición.

La accesibilidad del atleta a los espectadores y al personal médico puede variar y, como tal, puede ser necesario un plan de acción diferente.

Es posible que sea necesario identificar instalaciones cercanas de atención cardíaca avanzada, y es crucial garantizar que haya un DEA a menos de 3 minutos del atleta colapsado para mejorar la supervivencia y los resultados funcionales.

La comunicación eficiente entre todos los participantes también es fundamental para el éxito del EAP.

El plan debe revisarse y modificarse periódicamente, si amerita, considerando los comentarios de todas las partes interesadas, incluido el personal médico, los atletas y los entrenadores.

De esta manera, el entrenamiento seguirá siendo relevante y eficaz para garantizar una respuesta rápida al PCS

Múltiples estudios han indicado que la implementación de un EAP se correlaciona directamente con una mejora en el conocimiento de PCS y la respuesta de emergencia para los atletas jóvenes.

Por ejemplo, se realizó un estudio reciente en una liga de fútbol juvenil donde se implementó un EAP a través de una intervención dirigida por enfermeras.

Las encuestas anónimas previas y posteriores a la intervención indicaron que el conocimiento, la confianza y la voluntad de los participantes para responder al PCS mejoraron significativamente después de la intervención.

Un estudio similar encontró que después de dos videos de capacitación de 30 minutos sobre la implementación del EAP y el inicio de RCP/DEA, los participantes de fútbol juvenil habían mejorado dramáticamente sus conocimientos, percepciones y disminución del miedo.

La eficacia de un EAP también ha sido demostrada a nivel profesional en múltiples ocasiones.

El ejemplo más conocido se produjo durante los Juegos Olímpicos de Verano de 1996 en Atlanta, Georgia, cuando el delegado deportivo de un país visitante sufrió un episodio de PCS poco después de comenzar los juegos.

En cuestión de minutos, los entrenadores deportivos y el personal médico comenzaron la RCP en el campo y poco después llegó un equipo de respuesta secundario con un DEA.

Luego, el individuo fue transportado de inmediato al área médica del estadio, donde fue intubado con éxito y se le administraron medicamentos cardíacos antes de ser transportado a un hospital cercano.

La respuesta rápida y exhaustiva a la emergencia cardíaca es un testimonio de la preparación del personal médico de la organización olímpica mediante la utilización de un EAP.

Se pueden observar respuestas efectivas similares atribuibles al EAP en los casos de Damar Hamlin y Christian Eriksen. Estos casos de alto perfil resaltan la importancia de la capacitación continua en RCP para reducir el tiempo de respuesta de SCA.

Un elemento crucial de un EAP para PCS implica la comunicación entre tres rescatistas: el primero comienza la RCP, el segundo recupera el DEA más cercano y el tercero se comunica con los servicios médicos de emergencia.

Administrar RCP y proporcionar desfibrilación inmediata, si es necesario, son cruciales para la supervivencia del atleta.

Para garantizar que estos dos pasos se completen de manera rápida y correcta, proponemos un llamado a la acción: aumentar la enseñanza del uso de RCP/DEA para el personal de entrenamiento deportivo, entrenadores y atletas.

Estas personas tienen la capacidad de responder rápidamente, y los atletas demuestran los tiempos de reacción más rápidos después de un programa de entrenamiento de la FIFA.

En un estudio observacional prospectivo de escuelas secundarias de EE. UU. que participan en el Registro Nacional para el Uso de DEA en Deportes, se determinó que la incidencia de SCA era significativamente mayor en los atletas en comparación con la población normal de estudiantes, siendo el riesgo relativo de los atletas de SCA 3,65 veces mayor.

En una evaluación de todos los casos de muerte súbita en estudiantes-atletas de la NCAA a lo largo de 4 años, se determinó que la muerte súbita relacionada con enfermedades cardiovasculares era la principal causa de muerte, y que el 75% de esas muertes ocurrían durante la actividad física.

Con el mayor riesgo de PCS en los atletas, combinado con el riesgo de que ocurra un evento cardíaco durante el ejercicio, puede ser extremadamente beneficioso tener un entrenador capacitado u otro atleta cerca del atleta que pueda intervenir con el uso de RCP/DEA. .

La educación sobre la evaluación y el diagnóstico adecuados de PCS debe ser el primer paso en la formación en RCP.

Este conocimiento puede ayudar a los atletas a reconocer cuándo se ha producido un SCA en lugar de una lesión musculoesquelética o de la médula espinal.

Se debe suponer que un atleta que no responde y que se desplomó sin ningún traumatismo evidente en la cabeza tiene SCA hasta que se demuestre lo contrario.

Estos atletas colapsados pueden tener actividad similar a convulsiones, incluidas sacudidas mioclónicas, y esto no debería impedir el inicio de la RCP o el uso de DEA.

Los jadeos ocasionales después de un PCS se han confundido con una respiración regular, lo que ha llevado a suspender la RCP.

Educar a los atletas sobre lo que califica para iniciar la RCP podría eliminar estos retrasos.

La mitad de los casos de colapso en atletas de secundaria y universitarios mostraron respiraciones continuas o pulso durante el SCA.

Por lo tanto, iniciativas como renunciar a la evaluación del pulso y suponer un SCA en el atleta que no responde es un paso adelante para reducir los retrasos en la RCP.

En una encuesta transversal del baloncesto juvenil en la Unión Atlética Amateur, sólo había un 6% de los clubes con un EAP escrito y un 35% de los clubes que exigían capacitación en RCP para los entrenadores.

Teniendo en cuenta la prevalencia de PCS en los atletas, esta falta de preparación adecuada para emergencias para PCS es perjudicial para garantizar la supervivencia de los atletas.

Los estados con leyes que exigen capacitación en RCP/DEA en la escuela secundaria tienen tasas más altas de RCP por parte de transeúntes después de un SCA.

De hecho, el uso de la RCP tenía una tendencia aún mayor en 5 de 10 estados después del primer año de promulgación de la ley estatal, y las mayores mejoras provinieron de comunidades de nivel socioeconómico más bajo.

Los socorristas no profesionales, incluidos los atletas y entrenadores capacitados en RCP, informan una mayor disposición a intentar la reanimación si se enfrentan a un individuo que sufre un PCS.

Sin embargo, a pesar de la evidencia de que tener DEA fácilmente disponibles aumenta las posibilidades de supervivencia, solo el 34% de los estados los exigen en algunas escuelas de sus jurisdicciones.

Aumentar la enseñanza del uso de RCP/DEA y ampliar el acceso a los DEA puede ocurrir a nivel gubernamental, de organización deportiva o incluso a nivel individual, pero en última instancia, una mayor concientización y capacitación en el uso de RCP y DEA puede ayudar a salvar las vidas de los atletas.

En conclusión, el SCA en los atletas sigue siendo un riesgo poco común pero real en los atletas jóvenes.

La formación de registros formales, como el FIFA-SDR, permitirá estimaciones más precisas de SCA en atletas para determinar las intervenciones de salud pública apropiadas.

La evaluación previa a la participación puede desempeñar un papel vital en la reducción de la incidencia de eventos de PCS, pero inevitablemente seguirá ocurriendo en los atletas.

Sin embargo, se ha demostrado que el uso de RCP y DEA reduce significativamente la mortalidad por PCS cuando se ejecutan de manera oportuna.

Como resultado, garantizar que los atletas y el personal respectivo en todos los niveles tengan un EAP efectivo implementado y ensayado consistentemente es imperativo para mejorar los resultados de SCA.

Los casos de Damar Hamlin, Christian Eriksen y Vince Iwuchukwu sirven como poderosos recordatorios de cómo un EAP eficaz puede mejorar el resultado de estos eventos cardíacos catastróficos en los atletas.

Dotar a los atletas, entrenadores y personal de entrenamiento con el conocimiento necesario para reconocer y responder al SCA puede ayudar a aumentar la probabilidad de historias exitosas como la de ellos.

* Malik A, Hanson J, Han J, Dolezal B, Bradfield JS, Boyle NG, Hsu JJ. Sudden cardiac arrest in athletes and strategies to optimize preparedness. Clin Cardiol. 2023 Sep;46(9):1059-1071. doi: 10.1002/clc.24095. Epub 2023 Jul 26. PMID: 37493125; PMCID: PMC10540019.

Auspicios Institucionales
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  • Federación Argentina de Cardiología
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  • Asociación Argentina de Cardiología
  • Latin American Heart Rhythm Society
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