Según la definición de la FAO, un plaguicida o pesticida, es «cualquier sustancia destinada a prevenir, destruir, atraer, repeler o combatir cualquier plaga, incluidas las especies indeseadas de plantas*.
Todos los productos químicos, incluyendo todos los plaguicidas, tienen el potencial de ser peligrosos. Incluso los productos que se consideran de baja toxicidad, naturales u orgánicos, pueden ser peligrosos si alguien o algo entra en contacto con una cantidad suficiente de dicha sustancia.
La toxicidad de un plaguicida, su formulación, y cuánto se toca, come o respira, son consideraciones importantes. La probabilidad de experimentar algún efecto adverso a la salud como resultado del uso de un producto es conocido como el riesgo de un plaguicida. El riesgo en el uso de cualquier pesticida depende de cual plaguicida se utiliza, la cantidad que se aplica, la frecuencia de aplicación, y quién o qué tiene contacto con el pesticida.
Este preámbulo sirve para introducir el comentario que hará hoy la NOTICIA DEL DÍA basada en una publicación en el Heart de diciembre pasado escrita por autores de EEUU** que se ocupó de analizar la asociación de exposiciones ocupacionales a estos plaquicidas con enfermedades cardiovasculares entre hispanos y latinos de aquel país.
Estudios recientes han relacionado el trabajo con ciertos productos químicos con marcadores de salud cardiovascular adversa, como aumento de la presión arterial, rigidez arterial y disminución de la variabilidad de la frecuencia cardíaca.
Sin embargo, sigue sin conocerse si las exposiciones a estos peligros en el lugar de trabajo podrían manifestarse como enfermedad cardiovascular (ECV). Los estudios de cohorte de trabajadores de mantenimiento de aeronaves, trabajadores de fábricas de baterías, mineros y aplicadores de pesticidas expuestos a solventes, metales y pesticidas han encontrado relaciones inconsistentes con las tasas de muerte por ECV.
Si bien los estudios confinados a ocupaciones específicas pueden ser útiles para identificar los problemas de salud a los que se enfrentan determinados tipos de trabajadores, a menudo están limitados por el tamaño pequeño de las muestras, la determinación de los parámetros clínicos, la recopilación de factores del estilo de vida que podrían confundir las relaciones entre la exposición y la enfermedad, y la generalización a un nivel más amplio.
Además, dichos estudios son propensos al sesgo del efecto de sobreviviente del trabajador sano, ya que muchas ocupaciones con altas probabilidades de exposición requieren que los empleados cumplan con ciertos estándares de salud física.
Como resultado, las medidas de asociación para exposiciones perjudiciales pueden parecer subestimadas, o incluso sesgadas tanto que los factores de riesgo dañinos parecen ser protectores. Un enfoque basado en la comunidad que captura una variedad de ocupaciones e industrias puede mitigar parte de este sesgo al incluir a individuos empleados en posiciones menos exigentes.
La evaluación de las exposiciones ocupacionales en los estudios basados en la comunidad es rara, en parte porque son logísticamente difíciles de medir válidamente a gran escala.
Un enfoque común es vincular los títulos de los puestos de trabajo con las matrices de exposición para inferir las posibles exposiciones. Sin embargo, puede surgir una clasificación errónea dado que las exposiciones pueden variar ampliamente entre individuos con el mismo título.
Además, el uso de matrices de exposición genéricas dentro de un estudio compuesto por hispanos / latinos puede no captar completamente las experiencias laborales de esta población distinta. Los trabajadores hispanos / latinos pueden estar expuestos de manera desproporcionada a agentes cardiotóxicos en comparación con otros grupos raciales / étnicos y son especialmente vulnerables a los peligros en el lugar de trabajo debido a las barreras del idioma, el bajo nivel educativo y los recursos limitados que tienen estas poblaciones en los EEUU.
La falta de capacitación en seguridad laboral culturalmente apropiada, junto con los temores que rodean la seguridad laboral y el estado de inmigración, podrían hacer que los hispanos / latinos que participan en trabajos peligrosos sean aún más susceptibles a las enfermedades profesionales.
Como estrategia inicial, para desarrollar su investigación los autores utilizaron cuestionarios administrados por el entrevistador para examinar las asociaciones transversales de exposiciones a disolventes orgánicos auto-informados, metales y pesticidas con ECV.
Por lo tanto, se evaluaron asociaciones de exposiciones autoinformadas a solventes orgánicos, metales y pesticidas en relación con la prevalencia de ECV entre diversos trabajadores hispanos / latinos.
Se analizaron datos de corte transversal de 7404 individuos empleados, de 18 a 74 años de edad, inscritos en el Estudio de salud de la comunidad hispana / Estudio de latinos (HCHS / SOL) de cuatro ciudades de los EE. UU.
Proporcionaron datos del cuestionario y se sometieron a exámenes clínicos, incluidos los ECG.
La ECV se definió como la presencia de al menos uno de los siguientes: cardiopatía coronaria, fibrilación auricular, insuficiencia cardiaca o enfermedad cerebrovascular. Los índices de prevalencia que reflejan la relación entre cada exposición ocupacional y ECV, así como los subtipos de ECV se calcularon utilizando modelos de regresión de Poisson.
Los trabajadores hispanos / latinos reportaron exposiciones a solventes orgánicos (6.5%), metales (8.5%) y pesticidas (4.7%) en sus trabajos actuales.
En general, el 6.1% de los participantes tuvo algún tipo de ECV, siendo la cardiopatía coronaria la más frecuente (4.3%), seguida de la enfermedad cerebrovascular (1.0%), la insuficiencia cardíaca (0.8%) y la fibrilación auricular (0.7%).
Para las personas que informaron haber trabajado con pesticidas, las tasas de prevalencia para cualquier ECV fueron 2.18 (IC del 95%: 1.34 a 3.55), enfermedad coronaria 2.20 (IC del 95% 1.31 a 3.71), enfermedad cerebrovascular 1.38 (IC del 95% 0.62 3.03), insuficiencia cardíaca 0.91 (IC 95%: 0.23 a 3.54) y fibrilación auricular 5.92 (IC 95% 1.89 a 18.61) después del ajuste por características sociodemográficas, de aculturación, de estilo de vida y ocupacionales.
Las exposiciones al metal se asociaron con casi cuatro veces (3,78; IC del 95%: 1,24 a 11) de mayor prevalencia de fibrilación auricular. Se observaron asociaciones nulas para exposiciones a disolventes orgánicos.
Como conclusiones los autores subrayan que los resultados sugieren que trabajar con metales y pesticidas podría ser un factor de riesgo de ECV entre los trabajadores hispanos / latinos pero que se necesita trabajo adicional para evaluar estas relaciones prospectivamente.
* https://es.wikipedia.org/wiki/Plaguicida
** Bulka CM, Daviglus ML, Persky VW, Durazo-Arvizu RA, Lash JP, Elfassy T, Lee DJ, Ramos AR, Tarraf W, Argos M. Association of occupational exposures with cardiovascular disease among US Hispanics/Latinos. Heart. 2018 Dec 11. pii: heartjnl-2018-313463. doi: 10.1136/heartjnl-2018-313463. [Epub ahead of print]