Una revisión que abordó la relación entre incidencia, mecanismos putativos y posibles implicaciones clínicas de la Fibrilación auricular asociada a COVID-19 realizada por autores de Australia y países europeos fue publicada en la edición de octubre de 2020 del International Journal of Cardiology: Heart & Vasculature y será el tema de la NOTICIA DEL DÍA de hoy.*
La enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) es una nueva entidad, altamente transmisible y grave, que se ha extendido rápidamente en todo el mundo.
Al momento de escribirse la revisión, se habían diagnosticado casi 11 millones de casos y habían muerto más de 500.000 personas infectadas.
Sin embargo, es probable que la prevalencia real sea mucho mayor, ya que muchas personas son asintomáticas y, por lo tanto, nunca se han realizado la prueba. Algunos informes muestran que hasta el 80% de las personas infectadas tienen síntomas leves o moderados y, en teoría, representan un grupo que podría no buscar atención médica y, por lo tanto, no contribuyen a que la prevalencia estimada sesgue el cálculo de la tasa de infección real.
A pesar de que la pandemia se está desacelerando en la mayoría de los países, la pregunta sigue siendo si una infección asintomática puede afectar y facilitar, como un «caballo de Troya», el desarrollo de otras enfermedades en el futuro próximo.
Aunque COVID-19 se caracteriza principalmente por síntomas en el tracto respiratorio, las enfermedades cardiovasculares y las complicaciones frecuentemente acompañan su evolución aumentando la morbilidad y la mortalidad de los pacientes.
Las arritmias se informan con frecuencia en pacientes con COVID-19, siendo la fibrilación auricular (FA) la forma más común.
Aunque el manejo del calcio, la remodelación eléctrica y estructural juegan un papel clave en la fisiopatología de la FA, su presentación clínica es diversa y los mecanismos precisos que la desencadenan y mantienen siguen sin estar claros en gran proporción de pacientes.
Las causas subyacentes de la FA en los pacientes con COVID-19 se desconocen en gran medida. En la revisión los autores analizan la evidencia disponible referente a la prevalencia e incidencia de FA en pacientes infectados con el síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2 (SARS-CoV-2) y discuten los enfoques de manejo de la enfermedad y las posibles opciones de tratamiento para estos pacientes.
Como conclusiones señalan que la infección aguda por SARS-CoV-2 puede aumentar la susceptibilidad a la FA y promover la evolución de un estado protrombótico. Aún no se ha establecido el desarrollo potencial de complicaciones a largo plazo, incluido el desarrollo de arritmias cardíacas en los supervivientes de COVID-19, especialmente porque es poco probable que esta población produzca anticuerpos protectores duraderos contra este virus, por lo que puede ser susceptible a una reinfección en semanas o meses. Al igual que en la fase aguda de la infección por COVID-19, la susceptibilidad a la FA aumenta y es probable que la arritmia preexistente empeore, la utilización de dispositivos de electrocardiograma personal, así como la monitorización remota (teleconsultas) podrían optimizar la atención de los pacientes con FA y aquellos con una alta riesgo de desarrollarla.
* Gawałko M, Kapłon-Cieślicka A, Hohl M, Dobrev D, Linz D. COVID-19 associated atrial fibrillation: Incidence, putative mechanisms and potential clinical implications. Int J Cardiol Heart Vasc. 2020 Oct;30:100631. doi: 10.1016/j.ijcha.2020.100631. Epub 2020 Sep 1. PMID: 32904969; PMCID: PMC7462635.