Diariamente, utilizando las posibilidades de interactividad en tiempo real que brinda la plataforma TELEGRAM en la que se basa y desarrolla el Proyecto FIAI TELEGRAM, los colegas aportan sus contribuciones, la mayoría de las veces mediante lecturas de trabajos científicos publicados en las tradicionales revistas de la especialidad.
De esta forma el 3 de octubre, Ricardo Corbalan, destacado cardiólogo miembro del FIAI que reside y trabaja en San Miguel de Tucumán, Tucumán, Argentina hizo su aporte recomendando un paper publicado en Heart BMJ que se ocupa de la Fisiopatología, diagnóstico y tratamiento de la taquicardiomiopatía; tal será el comentario que ocupará el espacio de la NOTICIA DEL DÍA de hoy.
Señalan los autores que las taquicardiomiopatías (TCMP) son una causa importante de disfunción del ventrículo izquierdo (VI) que debe ser reconocida por los médicos, ya que son potencialmente reversibles y tienen un impacto significativo en la morbilidad y el pronóstico.
Se definen clásicamente como el deterioro reversible de la función ventricular inducida por una arritmia persistente. Sin embargo, cada vez es más evidente que pueden ser inducidos por la extrasistolia auricular y ventricular que promueve disincronía y de hecho el término “miocardiopatía inducida por arritmias» está emergiendo para describir el fenómeno.
Una definición más actual propuesta destaca la etiología: «Disfunción auricular y / o ventricular secundaria a la contracción miocárdica rápida y / o asincrónica / irregular, revertida parcial o totalmente después del tratamiento de la arritmia causante».
Existen dos categorías de la afección: la primera hace referencia a la arritmia como única causa de disfunción ventricular (inducida por arritmia) y la otra donde la arritmia exacerba la disfunción ventricular y / o empeora la insuficiencia cardiaca (IC) en un paciente con cardiopatía concomitante.
La exclusión de la cardiopatía estructural subyacente puede ser realizada con las técnicas de imagen actuales, por ejemplo, la RM que puede identificar fácilmente la fibrosis difusa que puede ser primaria o secundaria a la presencia de la arritmia.
Aunque la etiología de la TCMP está bien definida, todavía quedan varias preguntas sin respuesta en términos de identificación de los pacientes de mayor riesgo y el momento de cualquier intervención.
Además, puede haber características genéticas, moleculares y estructurales específicas que identifiquen a los pacientes de mayor riesgo que requieren más investigación.
También tener en cuenta que una proporción de pacientes no necesariamente respondan completamente al control del ritmo y permanecen en riesgo de arritmia letal. La identificación de biomarcadores específicos para identificar a estos individuos debe perseguirse a través de estrategias genéticas, de perfil molecular y de imágenes.
Como síntesis final, debe considerarse que existe una amplia gama de arritmias causales, presentaciones clínicas e historias naturales para la TCMP.
El diagnóstico es a veces difícil y se requiere un alto índice de sospecha. Dado el potencial de recuperación con el tratamiento adecuado, se recomienda un enfoque proactivo, ya sea mediante el control de ritmo o el control de frecuencia.
Con los avances en la imagen cardiaca y las técnicas de ablación, puede ser posible identificar tempranamente a los pacientes con causas reversibles de miocardiopatía que serán aquellos que tienen más probabilidades de responder al control del ritmo.
Mientras tanto, una estrategia que intenta minimizar la carga de arritmia para evaluar la respuesta, incluso a corto plazo, por ejemplo, la cardioversión para la FA con terapia antiarrítmica, da un enfoque pragmático para identificar tales casos.
* Martin CA, Lambiase PD. Pathophysiology, diagnosis and treatment of tachycardiomyopathy. Heart 2017;103:1543–1552. doi:10.1136/heartjnl-2016-310391