Autores coreanos de Seúl publicaron en el número de abril de PLoS One un trabajo basado en su investigación sobre la importancia clínica de complejos QRS fragmentados (fQRS) u ondas J en pacientes con arritmias ventriculares idiopáticas*.
Señalan que la muerte súbita cardíaca es un importante problema de salud pública y representa de 300,000 a 400,000 muertes anualmente en los Estados Unidos y que la mayoría de estos casos son causados por taquiarritmias ventriculares, como la taquicardia ventricular (TV) y la fibrilación ventricular (FV).
La fibrilación ventricular idiopática (FIV) sin cardiopatía estructural representa menos del 5% de todos los casos de MSC.
Estudios previos han sugerido que las ondas J y los complejos QRS fragmentados (fQRS) desempeñan papeles críticos en la patogénesis de la FIV.
Asimismo, la repolarización precoz es un hallazgo electrocardiográfico común.
Recuerdan que el punto J es el punto en el que el complejo QRS se une al segmento ST. La onda J (elevación del punto J) también se conoce como el signo de la joroba del camello, onda delta tardía, onda del punto J, unión del sombrero y el gancho, onda K, onda H y onda Osborn, incluida la repolarización precoz.
Aunque la repolarización precoz generalmente se considera benigna, algunas pruebas y publicaciones sugieren que potencialmente puede llevar a la arritmogenicidad.
Estudios clínicos previos han demostrado que los pacientes con antecedentes de FIV tienen mayores tasas de repolarización precoz.
Por otro lado el fQRS en el ECG de 12 derivaciones se ha sugerido como un marcador de cicatrización miocárdica asociada con eventos arrítmicos en la enfermedad arterial coronaria y en miocardiopatías de origen no isquémico.
Estudios previos también han informado que el fQRS es un predictor de eventos cardíacos y mortalidad en pacientes con cardiopatía estructural.
Los complejos fQRS y las ondas J se identificaron de diversas maneras entre la población general y en pacientes con cardiopatía estructural. En un estudio, la prevalencia de ondas J en 1.817 sujetos sanos fue del 7.26%.
En otro estudio de población general, la prevalencia de ondas J fue del 5,8% y del 13,1%. En 152 pacientes con infarto de miocardio (IAM) con elevación del segmento ST después de la intervención coronaria percutánea (ICP), la prevalencia de ondas J fue del 60,5%.
Los complejos fQRS se identificaron en 5.1% de 1500 adultos sanos consecutivos y se identificaron en el 35% de 479 pacientes con enfermedad coronaria, en el 51% de 105 pacientes con miocardiopatía no isquémica, en el 85% de 360 pacientes con DAVD y en el 43% de 115 pacientes con síndrome de Brugada, según informan estudios desarrollados con anterioridad.
El ECG de 12 derivaciones es un estudio fácil de obtener para observar ondas J y fQRS, teniendo en cuenta que ambos signos son predictores potencialmente útiles de taquiarritmia ventricular. Se ha demostrado que la onda J está asociada con anormalidades de repolarización, mientras que fQRS se ha asociado con anormalidades de despolarización.
Sin embargo, pocos estudios se han centrado en la presentación de ondas J y fQRS en pacientes con FIV. El objetivo de este estudio fue evaluar la prevalencia y la importancia clínica de las ondas J y fQRS en pacientes con FIV pero sin cardiopatía estructural.
A tal fin se estudiaron 81 pacientes que recibieron un cardiodesfibrilador implantable (CDI) debido a FIV entre octubre de 1999 y junio de 2015 y se evaluó en ellos la prevalencia de ondas J y fQRS mediante ECG.
Los pacientes se clasificaron en tres grupos: grupo de ondas J (n = 35), grupo fQRS (n = 20) o grupo de ECG normal (n = 26). El grupo de control incluyó 81 sujetos sin cardiopatía que se emparejaron por edad, sexo y raza. Se comparó la presencia de síncope, el paro cardíaco repentino y el shock del CDI apropiado entre los tres grupos.
La duración del seguimiento fue de 4.1 años. Las ondas J y fQRS fueron más frecuentes en pacientes con FIV que en los sujetos control (43.2%, 21% vs. 24.7%, 19.7%, P <0.001).
De los tres grupos, los eventos cardíacos clínicos fueron más frecuentes en el grupo fQRS (50% vs. 45.7% vs. 11.5%, P = 0.028). Una comparación del grupo combinado de onda J y f QRS versus el grupo ECG normal reveló que el grupo combinado tuvo una frecuencia más alta de eventos cardíacos clínicos que el grupo ECG normal (47.3% vs. 11.5%, respectivamente, P = 0.009) .
Por lo tanto se concluye que los pacientes con FIV presentaron mayor prevalencia de ondas fQRS o J y que los pacientes con fQRS u ondas J tenían un mayor riesgo de presentar fibrilación ventricular recurrente.
* Seong CS, Gwag HB, Hwang JK, Park SJ, Park KM, Kim JS, On YK. Clinical significance of fragmented QRS complexes or J waves in patients with idiopathic ventricular arrhythmias. PLoS One. 2018 Apr 25;13(4):e0194363. doi: 10.1371/journal.pone.0194363. eCollection 2018.