01.07.2022

Impacto de COVID-19 en pacientes afectados de enfermedad de Fabry

Investigadores pertenecientes al Hospital Universitario de Zurich, Suiza, realizaron un estudio prospectivo de su centro de referencia tendiente a analizar el impacto de COVID-19 en pacientes afectados de enfermedad de Fabry y publicaron sus resultados y conclusiones en la edición del 28 de junio de 2022 de Orphanet Journal of Rare Diseases*.

La NOTICIA DEL DÍA comentará este trabajo-

Una de las lecciones que ha dejado la pandemia de la enfermedad por coronavirus-19 (COVID-19) es que las poblaciones vulnerables deben identificarse y tratarse de manera temprana para reducir la morbilidad y la mortalidad.

Además, la evaluación detallada del estado inmunológico y la respuesta de ciertas poblaciones de pacientes podría, por un lado, proporcionar información fisiopatológica útil y arrojar luz sobre los mecanismos desconocidos de la enfermedad y, por otro lado, indicar estrategias terapéuticas y de manejo adecuadas.

La enfermedad de Fabry (FD por sus siglas en inglés) es una rara enfermedad de almacenamiento de glucoesfingolípidos ligada al cromosoma X causada por mutaciones en el gen de la α-galactosidasa A (GLA), que conduce a una actividad reducida de la enzima α-galactosidasa A lisosomal codificada (α-Gal A).

El defecto de α-Gal A provoca la acumulación progresiva de glicoesfingolípidos, y especialmente de globotriaosilceramida (Gb3), en líquidos corporales y lisosomas tisulares.

Existen dos fenotipos clínicos de la enfermedad, clásico y tardío. La mayoría de los pacientes con fenotipo clásico, especialmente los varones, padecen los síntomas iniciales de la enfermedad ya en la infancia debido a la poca o nula actividad residual de a-Gal A.

Más específicamente, las acumulaciones intracelulares de Gb3 conducen a una variedad de signos y síntomas, como acroparestesias, angioqueratoma, calambres gastrointestinales y diarrea, hipohidrosis y distrofia corneal.

La inflamación y la fibrosis, después de las acumulaciones de Gb3, conducen a la progresión de la enfermedad con desarrollo de insuficiencia renal y cardíaca, enfermedad cerebrovascular, problemas pulmonares y, en última instancia, mortalidad temprana.

Por el contrario, los pacientes con fenotipo de inicio tardío tienen actividad residual de α-Gal A, carecen de las manifestaciones tempranas que se observan en los pacientes clásicos de Fabry: los hombres presentan en la edad adulta una enfermedad cardíaca o, con menos frecuencia, renal, mientras que las mujeres experimentan un curso más leve de la afección.

En general, las mujeres con DF pueden tener una expresión fenotípica variable, desde asintomática hasta grave, que se asocia principalmente con una inactivación sesgada del cromosoma X.

En los últimos años, la terapia de reemplazo enzimático (ERT por sus siglas en inglés) administrada por vía intravenosa con agalsidasa alfa o beta o con terapia de chaperona oral ha sido aprobada para el tratamiento de pacientes con DF y beneficia el curso de la enfermedad.

A pesar de estas terapias, los pacientes con DF aún sufren complicaciones de la enfermedad, en parte porque la efectividad del tratamiento varía entre los pacientes y en parte debido al daño orgánico irreversible ya presente en el momento del diagnóstico.

COVID-19 afecta principalmente el sistema respiratorio, pero puede involucrar a todos los órganos en forma complicada. Por lo tanto, como enfermedad multisistémica, la EF podría ser una población vulnerable para COVID-19 grave.

Por lo tanto, y asumiendo un mayor riesgo en comparación con la población general, al principio de la pandemia, las recomendaciones de los expertos en DF obligaron a una consideración especial para estos pacientes.

Sin embargo, en ese momento, faltaban estudios de población de DF de la vida real para confirmar la vulnerabilidad potencial e indicar factores de pronóstico para una infección grave.

El objetivo de los autores fue investigar si los pacientes con DF tienen un mayor riesgo de desarrollar COVID-19 grave con complicaciones desfavorables, como mortalidad y hospitalización, e identificar sus factores de riesgo.

Es de destacar que se realizó este estudio observacional durante el tiempo previo a la vacunación y se evaluó una cohorte completa sin pérdida de seguimiento.

Fueron examinados una gran cantidad de pacientes para detectar anticuerpos contra el SARS-CoV2, y se realizaron diagnósticos de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) en pacientes sintomáticos y para el rastreo de contactos en todos los casos informados.

Durante la pandemia (02.2020–03.2021) fueron seguidos regularmente 104 pacientes con DF no vacunados.

En 61/104 se midió el título de anticuerpos séricos contra el SARS-CoV-2 y se realizó la prueba PCR del SARS-CoV-2 en pacientes sintomáticos o en caso de positividad de otros familiares. Los síntomas y la duración de la COVID-19 fueron informados por los pacientes o el médico tratante.

No se produjeron muertes ni hospitalizaciones en la unidad de cuidados intensivos. 13/104 (12,5%) fueron diagnosticados de infección por SARS-CoV-2 (16,7% (4/24) hombres 12,2% (6/49) mujeres de fenotipo clásico, 25% (3/12) de los hombres y 0% (0/8) de las mujeres de fenotipo de inicio tardío).

De ellos, 2/13 (15,4 %) pacientes (ambos receptores de trasplante de riñón) desarrollaron COVID-19 grave, fueron hospitalizados y requirieron una máscara de oxígeno de alto flujo.

El resto desarrolló manifestaciones leves de COVID-19 (8/13, 61,5%) o fueron asintomáticos (3/13, 23,1%). 2/13 (15,4%) de los pacientes experimentaron crisis de dolor de Fabry y 3/13 (23,1%) síntomas prolongados similares a los de COVID-19.

Las limitaciones del estudio, según admiten los autores, incluyen datos de un solo centro y un tamaño relativamente pequeño de la cohorte de pacientes debido a la naturaleza de la enfermedad rara.

Teniendo en cuenta también el pequeño número de pacientes que se infectaron durante el período de estudio (n = 13), las conclusiones del estudio actual necesitan confirmación adicional.

Además, los anticuerpos contra el SARS-CoV-2 solo se pudieron medir en un subconjunto de pacientes con DF (61 de 104) porque los pacientes restantes no asistieron al hospital durante este período pandémico previo a la vacunación y fueron consultados por teléfono.

Por lo tanto, se podrían haber pasado por alto algunas infecciones asintomáticas de COVID-19 en estos pacientes.

Además, no se disponía de pruebas complementarias anti-NP en los pacientes seropositivos para IgG. Además, no se disponía de información sobre la variación del virus para los pacientes infectados.

Además, se sabe que los títulos de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 disminuyen con el tiempo después de la infección, lo que potencialmente reduce aún más la sensibilidad para la detección de una infección pasada asintomática por COVID-19 en los pacientes.

Los puntos fuertes de este estudio fueron un seguimiento completo y un período observacional previo a la vacunación representativo, en el que se aplicó el estándar de oro para el diagnóstico de infección por COVID-19 y se informaron resultados clínicos duros en una cohorte de pacientes con DF genética y clínicamente bien definida.

El seguimiento completo fue posible gracias a la regulación suiza de que la prescripción de terapias específicas de la enfermedad y el seguimiento de los pacientes quedan reservados para el Centro Fabry. Por lo tanto, la información útil sobre esta experiencia puede mejorar el manejo clínico y el asesoramiento de los pacientes.

En resumen, el riesgo de COVID-19 grave en pacientes con DF parece estar impulsado, como en la población general, por el sistema inmunitario más que por la propia DF.

La inmunosupresión en los receptores de trasplante renal representó el mayor riesgo en esta población.

Estudios adicionales sobre la disfunción lisosomal en la DF y la infección por SARS-CoV-2 podrían revelar posibles respuestas protectoras o modificadas en esos pacientes y podrían ser de interés para futuros tratamientos.

Sin embargo, los estudios clínicos futuros deben centrarse en los efectos protectores y la seguridad de la vacuna contra la COVID-19 en pacientes con EF.

Como perspectiva, el presente estudio podría agregar recomendaciones sobre estrategias de prevención y manejo para pacientes con DF durante la pandemia en curso. Los pacientes con DF en riesgo deben estar protegidos mediante vacunación, uso de máscaras, distanciamiento social y trabajo en el hogar, desinfección de manos.

Los pacientes deben ser monitoreados en caso de sintomatología y/o confirmación de infección por SARS-CoV-2.

* Bothou C, Saleh L, von Eckardstein A, Beuschlein F, Nowak A. COVID-19 in Fabry disease: a reference center prospective study. Orphanet J Rare Dis. 2022 Jun 28;17(1):250. doi: 10.1186/s13023-022-02386-7. PMID: 35765080.

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