El 27 de marzo la revista Dermatologic Therapy, órgano de la Sociedad Norteamericana de Dermatología Clínica (NACDS por sus siglas en inglés) publicó una carta al Editor de un grupo internacional de autores de Egipto, Islandia, Brasil, EEUU, Italia, Irán, Alemania y Suiza que se preocupó del tema del impacto del COVID 19 en la población pediátrica*.
Inician el texto recordando que el 30 de enero de 2020, la OMS declaró la epidemia de enfermedad por Coronavirus (CoV) 2019 (COVID-19) como una emergencia de salud pública, le otorgó la denominación de pandemia y subrayó que todos los grupos de edad son susceptibles al virus.
Las mujeres embarazadas tienen un alto riesgo de contraer la infección posiblemente debido a los cambios inmunológicos de la gestación. Sin embargo, hasta el momento no hay evidencia de resultados graves para las mujeres gestantes.
Se informó el parto prematuro en pacientes embarazadas infectadas con COVID1-9 pero no estuvo claro si ello era producto de la infección.
Se han informado tres casos neonatales con COVID-19. El primer recién nacido fue un bebé de 17 días diagnosticado por sus cuidadores en el hogar; el segundo tuvo fiebre a los 5 días y la madre era una paciente confirmada de COVID-19; el tercero era un recién nacido en una cesárea de emergencia de una presunta paciente materna que fue diagnosticada después del parto.
La presencia de transmisión vertical de COVID-19 al bebé, durante el parto o la lactancia materna, queda aún por confirmar.
Un estudio evaluó a 9 bebés hospitalizados infectados con COVID-19. Todos tenían al menos un miembro de la familia infectado en el que la infección del bebé se produjo a partir de entonces.
Ninguno de ellos mostró progresión clínica que requiriera cuidados intensivos, corticoterapia, ventilación mecánica o complicaciones graves.
Curiosamente, un estudio mostró una alta frecuencia (83,3%) de detección de ARN de COVID-19 y un desprendimiento prolongado de ARN del virus en heces de pacientes pediátricos durante más de un mes. Esto resalta la probabilidad de un bajo rendimiento de las definiciones de casos actuales de COVID-19, especialmente en los lactantes.
Otro estudio demostró que las alteraciones de las imágenes de tórax en niños infectados con COVID-19 pueden ocurrir antes que los síntomas clínicos y que permiten la identificación temprana de los casos sospechosos de neumonía sospechosos del diagnóstico.
Es necesaria una observación cuidadosa para los niños con infección leve sintomática o asintomática. Sin embargo, debe combinarse con una historia detallada y pruebas de detección de ácido nucleico.
Desde el punto de vista terapéutico, los expertos no recomiendan el uso de agentes antivirales o antibióticos empíricos para el tratamiento de casos no graves autolimitados debido a la falta de evidencia sobre la efectividad de tales terapias en la población pediátrica.
En conclusión, la mayoría de los pacientes pediátricos con COVID-19 tienen síntomas leves, sin fiebre ni neumonía, y se recuperarán dentro de 1 a 2 semanas después del inicio de la enfermedad. No se han reportado casos graves o muertes en pacientes pediátricos.
Las razones sugeridas para que los niños sean menos susceptibles al COVID-19 incluyen una respuesta inmune innata más activa y vías respiratorias más saludables ya que no han estado expuestos al humo de cigarrillos y la contaminación del aire como sí lo están los adultos.
* Abdelmaksoud A, Kroumpouzos G, Jafferany M, Lotti T, Sadoughifar R, Goldust M. COVID-19 in the Pediatric Population. Dermatol Ther. 2020 Mar 27:e13339. doi: 10.1111/dth.13339. [Epub ahead of print]