08.07.2023

Los médicos y la liberación latinoamericana

¡El 9 de julio de 1816, reunidos en San Miguel de Tucumán, la Asamblea Constituyente proclamó la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata del Reino de España y de toda otra dominación extranjera!

Ninguno de los Constituyentes practicaba alguna profesión relacionada a Ciencias de la Salud, como la mayoría de los lectores de la NOTICIA DEL DÍA de CARDIOLATINA.

No obstante, la de hoy pretende rememorar el rol que algunos colegas jugaron en el proceso de Independencia de nuestros países latinoamericanos, como Homenaje y Reconocimiento a tan Magna Fecha, sensible al corazón de los argentinos.

Comenzaremos diciendo que el 21 de junio de 1578 se aprobó la primera Cátedra de Medicina (Cátedra Prima) y dicha cátedra, en la Real y Pontificia Universidad de México, fue inaugurada el 7 de enero de 1579, siendo la más antigua en el continente americano.

“Una atención particular merecen aquellos que, además de guerrear, se enfocaron en impulsar la medicina.

Así fue el proceder de Mariano Montilla, nacido en Caracas, educado en Europa desde los 18 años, que alcanza el grado de general de brigada en 1821 y que, como parte de su dilatada vida militar, fue “[…] prefecto general de los departamentos de Magdalena, de Zulia y del istmo en 1828.

Después de la muerte de Simón Bolívar, a quien acompaña hasta su último momento, …… firma la última proclama y el testamento del mismo” …… Su constante preocupación por la salud de la población marcó su gestión política apoyando sanatorios y todos los nuevos tratamientos que la ciencia médica de la época pudiera aportar”.

José Passamán o Passement, médico español formado en Montpellier (Francia), contratado por la Misión Egaña en Londres en 1826, llega primero a Chile y luego dirige el hospital de mujeres en Tacna (Perú). Políticamente se define como liberal y “[…] con el médico napoleónico Charles Torrailly, se transforma en uno de los primeros profesores de medicina de Bolivia […] redactando, organizando y reglamentando todos los aspectos administrativos y pedagógicos de la medicina altiplánica” …,.

Sus discrepancias políticas con la Confederación Peruano-boliviana del general Santa Cruz lo llevan a exiliarse en Lima en 1837. De acuerdo con sus principales biógrafos es considerado como el primer médico legista de América del Sur (Ríos Darens, 2000; Coke, 2005; Nuñez de Arco, 2005).

El francés Torrailly, cirujano mayor en la ‘Grande Arm Ibée’, fue uno de los primeros profesores de medicina extranjeros en Charcas (Bolivia) y adquiere notoriedad política cuando “[…] cura al general Antonio José de Sucre, después de una herida recibida durante un motín, en la puerta de la guarnición de San Francisco el 18 de abril de 1828” (Garret, 1995).

Imitando a los grandes nosocomios europeos, Torroilly organizó el sistema sanitario boliviano y además incursionó en la vida militar entre 1836 y 1839 alcanzando el grado de cirujano mayor del ejército boliviano durante la existencia de la Confederación Peruano-boliviana.

Gabriel Lafond de Lurcy, oficial naval francés que sirvió en India y China (1819) y llegó a Guayaquil contratado por la Misión de Tomás Guido luego de lo cual se incorpora a las luchas por la independencia (1821), “[…] comandó el ‘Santa Rita’ en Lima, luego la ‘Estrella’, y fue en misión hacia las islas Marquesas y a Tahití, para estudiar la posibilidad de crear allí un lugar de deportación para los enemigos de las nuevas instituciones del Perú” (Puigmail, 2015).

Fue capitán de numerosas embarcaciones en las aguas sudamericanas hasta Panamá entre 1823 y 1832, distinguió su liderazgo procurando que una parte del cargamento fuese siempre de publicaciones y novedades en insumos médicos, porque percibía el futuro crecimiento de la comunidad científica regional aunque se le conoce más por su reunión “[…] con el general José de San Martín, entonces exiliado en Grand Bourg, cerca de París, en 1839” (Instituto Sanmartiniano, 1964, citado por Puigmail, 2015) y por haber obtenido “la concesión para la construcción de un canal entre los dos océanos en Costa Rica” en 1849.

El catalán Josep Sardá, oficial de ingenieros de la ‘Grande Armée” que hizo la campaña de Rusia de 1812, fue un leal seguidor de Bolívar “[…] elegido diputado suplente por la provincia de Veraguas en Panamá” (Miramón, 1977) y, más tarde ocupó el cargo de intendente del departamento del istmo desde 1828 hasta fines de 1829.

Amigo personal de Mariano Montilla –citado líneas arriba– comparte con él su preocupación por la salud de la población. Se define como un militar liberal, muriendo asesinado por razones políticas el 22 de octubre de 1834 en Bogotá dejando trunco su proyecto para fortalecer el cuerpo médico castrense.

La conducta de este conjunto de protagonistas que hicieron suyos los ideales libertarios de un continente –que al inicio les era ajeno, pero que luego integraron como propio–, podría describirse con otra frase de Guardini (1930) ya que para ellos “[…]La política [fue] el arte de detectar todas las capacidades vitales allí donde se encuentren y de sumarlas”.

Entre los médicos argentinos que se destacaron en la guerra de la Independencia, destacamos a Cosme Mariano Argerich

Era hijo del cirujano militar Francisco de Argerichcatalán afincado en el virreinato del Río de la Plata.

Viajó a España a estudiar medicina, y se recibió en la Real y Pontificia Universidad de Cervera, con el título de «Doctor en Medicina del Gremio y Claustro» en 1783.

De regreso a Buenos Aires, en 1794 fue nombrado examinador del Protomedicato del Río de la Plata, institución oficial que nucleaba a los médicos de la ciudad. Ejerció la medicina de manera privada y pública, ayudando en algunos hospitales organizados por las órdenes religiosas y en el Colegio de Huérfanos.

Desde 1802 dictó la cátedra de medicina en el protomedicato.

Participó en la lucha contra los brotes de viruela en 1794 y 1796.

Publicó un artículo en el periódico Telégrafo Mercantil, donde recomendaba recurrir a la vacunación antivariólica.

En 1805 introdujo en Buenos Aires la primera vacuna contra la viruela; esta fue importadas indirectamente desde Gran Bretaña ……,

El 30 de agosto de 1805, Argerich y Saturnino Segurola empezaron a vacunar sin cargo a cuantos se presentaran a ser inoculados

Actuó en las invasiones inglesas como oficial del segundo escuadrón de los Húsares de Pueyrredón, pero en cuanto comenzaron las batallas, se destacó como cirujano, para atender a los heridos. Ayudó tanto a criollos como a británicos por igual, y fue nombrado médico jefe del Hospital de la Caridad.

Integró la Logia Independencia después de ser iniciado masón durante las invasiones inglesas.

Participó en el cabildo abierto del 22 de mayo de 1810 y se pronunció contra el virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros. Después de la Revolución de Mayo sirvió como jefe del Protomedicato.

En 1812, junto con Luis José de Chorroarín y Diego Estanislao Zavaleta, compusieron un plan de estudios generales y de educación pública, que resultó impracticable.

Se le encomendó que proyectara otro más reducido, limitado solamente a los estudios médicos, que la Asamblea del Año XIII aprobó para la Facultad de Medicina, que no había sido creada aún como tal.

A solicitud de la misma Asamblea transformó la Facultad en otra institución de urgente necesidad en aquel momento, a la que se conocería como «Instituto Médico Militar», del cual nombrado director. Allí se formó una generación de médicos porteños.

Desde 1813 se desempeñó como cirujano del Ejército del Norte, acompañando al general Manuel Belgrano y asistiendo a los heridos de las batallas de Tucumán y Salta. Proyectó un Reglamento de Medicina Militar.

En 1816 regresó a Buenos Aires, debido a su mala salud. Proveyó al general José de San Martín de los insumos médicos y sanitarios para las campañas a Chile del Ejército de los Andes.

Pasó el resto de su vida enseñando medicina, y organizó la sanidad del puerto.

Falleció en Buenos Aires en febrero de 1820, a los 61 años de edad.

Francisco Cosme Argerich Martí era hijo del porteño Cosme Argerich (1758-1820) y de Margarita Martí.

Su padre había sido enviado a estudiar a España por su progenitor, Francisco Argerich Batallas, doctor en medicina y coronel de los Reales Ejércitos, y allí había contraído matrimonio el año anterior con Margarita Martí.

Una vez nacido su hijo, Cosme Mariano Argerich regresó con su familia a la ciudad de Buenos Aires.

Tras cursar entre 1797 y 1800 sus estudios en el Colegio de San Carlos, donde fue compañero de Bernardino Rivadavia, el 2 de marzo de 1801 Francisco Argerich se convirtió en uno de los quince primeros jóvenes sudamericanos que comenzaron los estudios en el Protomedicato. Allí tuvo como profesores a su padre y a Agustín Eusebio Fabre.

El 12 de noviembre de 1806 el virrey Rafael de Sobremonte lo nombró cirujano del Segundo Escuadrón de Húsares Voluntarios Urbanos.

Durante las Invasiones Inglesas atendió a los heridos en el Hospital Militar de la Residencia y en el Hospital de Mujeres (actual Hospital Rivadavia).

El 13 de noviembre de 1809 contrajo matrimonio con María Manuela de Obella Ruíz Ocaña (1793-?) con quien tuvo dos hijas, Mercedes Argerich Obella (1811-?) y Margarita Argerich Obella (1817-?).

Rindió sus exámenes finales en 1813 ante la flamante Facultad Médica y Quirúrgica, creada por la Asamblea General Constituyente, que poco después se convertiría en el Instituto Médico Militar con el objetivo específico de formar médicos militares destinados a los ejércitos en la lucha por la independencia.

Acompañó al Regimiento de Granaderos a Caballo que al mando de José de San Martín batió a los realistas el 3 de febrero de 1813 en la batalla de San Lorenzo. Tras la victoria asistió a los heridos, entre ellos al propio San Martín, quien había sufrido un corte de sable en la cara, y al capitán Justo Germán Bermúdez.

Por recomendación de San Martín, el 19 de diciembre de 1813 se lo designó cirujano de la Expedición Auxiliar del Ejército del Perú, pero a causa de su mal estado de salud en 1816 retornó a Buenos Aires donde en diciembre de 1815 se lo había nombrado en la cátedra de Anatomía Normal y Patología de primer año en el Instituto Médico Militar.

Tardó en restablecerse y recién se hizo cargo de la Cátedra de Anatomía el 15 de marzo de 1817. En 1820 asumió la dirección del Instituto Médico Militar, puesto que había ejercido ya su padre. Por esa época comenzó su segunda actuación en el Hospital de Mujeres.

Al crearse la Universidad de Buenos Aires en 1821, a Argerich le fue reconocido el título de doctor de Medicina y Cirugía. Ese mismo año fue designado miembro de la comisión conservadora de la vacuna antivariólica junto a Saturnino Segurola.

En 1822 fue nombrado catedrático de Instituciones Quirúrgicas, el 17 de abril ingresó a la Academia Nacional de Medicina y el 24 de diciembre de ese mismo año el gobernador de la Provincia de Buenos Aires general Martín Rodríguez lo nombró Cirujano Mayor del Cuerpo de Medicina Permanente.

En 1823 fue nombrado secretario interior de la Academia Nacional de Medicina. En 1824 en su calidad de Cirujano Mayor, se sumó al ejército de la Provincia de Buenos Aires en la campaña contra los indios comandada por el general Martín Rodríguez.

Como secretario de la Academia de Medicina fue coautor del plan de reformas que entró en vigor el 3 de mayo de 1826. Ese año fue nombrado para dictar la cátedra de Anatomía y Fisiología pero rechazó el cargo por considerarlo «poco honroso» debido a su especialización en Clínica quirúrgica, reanudando sus tareas en el Hospital de Mujeres por tercera vez.

Al declararse la Guerra del Brasil fue nombrado «cirujano mayor» del ejército en campaña contra el Imperio de Brasil.

En 1828, finalizado el conflicto, volvió a enseñar a la Universidad en la cátedra de Patología y Clínica Quirúrgica. Actuó asimismo en el Hospital General de Hombres.

El 13 de diciembre del citado año, el doctor Francisco Cosme Argerich, al producirse el fusilamiento de Manuel Dorrego ―el depuesto gobernador de la provincia de Buenos Aires y el primero elegido por el voto popular― le cupo acompañar al doctor Miguel Mariano de Villegas que fue mandado en calidad de camarista más antiguo al pueblo de Navarro, para identificar los despojos del mismo en el acto de la exhumación que se practicó, acompañado del Escribano Mayor de Gobierno José Ramón de Basavilbaso Ferrín, además del Juez de Paz y del cura párroco Juan José Castañer ―primo del infortunado condenado, al que asistió espiritualmente en sus últimos momentos― entre otros.

En 1830, Juan Manuel de Rosas lo nombró cirujano del Regimiento de Patricios, pero ese mismo año renunció al cargo y solicitó la jubilación.

Mereció el apoyo y los elogios del general San Martín, del general Balcarce y del general Tomás Guido. San Martín llegó a considerarlo un amigo, como se desprende de la correspondencia entre ellos.

En 1831 fue miembro del jury protector de la libertad de prensa y en 1832 se lo eligió diputado de la Ciudad de Buenos Aires a la Legislatura provincial, donde se opuso decididamente a la concesión de facultades extraordinarias a Rosas.

El 4 de septiembre de 1833 fue designado por el gobernador Juan Ramón Balcarce por cuarta vez como cirujano en el Hospital de Mujeres, y el 17 de febrero de 1834 asumió como profesor titular de Nosografía Médica, parte de la nosología que se encarga de la descripción de las enfermedades.

El 13 de abril de 1835 Rosas retornó al poder, y una semana después dejó cesante a Argerich de todos sus cargos públicos «por haber traicionado la santa causa de la federación».

Considerando que su vida corría peligro, en 1842 emigró a Montevideo, donde asistió al doctor Diego Alcorta en sus últimos momentos y se desempeñó como médico del Hospital Militar de la ciudad durante el sitio de Montevideo (1843-1851).

Continuó dedicándose al ejercicio de su profesión en Montevideo hasta su muerte, el 16 de junio de 1846, a los 58 años.

El Salón de Notables del Hospital Rivadavia expone su retrato en homenaje a su carrera, tan ligada a esa institución.

Eb tercer lugar mencionamos a Pedro Buenaventura Carrasco

Era hijo de Pedro Carrasco y de Fabiana Zambrano.

Estudió teología en la Universidad de Chuquisaca y medicina en la Universidad de San Marcos, en Lima, Perú, doctorándose en ambas profesiones.

Posteriormente se instaló en Buenos Aires, por entonces capital del Virreinato del Río de la Plata. Prestó servicios médicos durante las Invasiones Inglesas y se incorporó como cirujano del Regimiento de Patricios.

El 20 de mayo de 1808 confirmó sus títulos ante el Protomedicato del Río de la Plata presidido por Miguel O’Gorman, siendo designado por el mismo tribunal Teniente de Protomedicato para la ciudad de Cochabamba y su distrito, cargo que juró ante el Gobernador Intendente Francisco de Biedma el 11 de noviembre de 1808.

De regreso al Alto Perú participó en la Revolución de Chuquisaca de 1809 y en la Revolución de Cochabamba de 1810.

En el cabildo abierto del 28 de septiembre realizado a los efectos de nombrar el diputado a ser enviado a Buenos Aires, Carrasco obtuvo 22 votos y destacó por su decidido apoyo al nuevo régimen.

Dice Manuel Paz en nota a Juan José Castelli del 15 de diciembre de 1810 que Carrasco «se presento con el mayor descaro en el cabildo abierto, perdió el respeto a todo el régimen, palmeando la mesa y hablando con una orgullosa libertad».

Participó desde su oficio en el combate de Aroma del 14 de noviembre. Fue el encargado de recibir en la ciudad al representante de la Primera JuntaJuan José Castelli. Éste lo nombró Ministro Tesorero de las Reales Cajas de Cochabamba el 17 de febrero de 1811.

Huyó hacia el sur después de la batalla de Huaqui y fue cirujano mayor del Ejército del Norte a órdenes de Manuel Belgrano.

Pese a lo precario de sus condiciones y a contar sólo con dos cirujanos de ejército (Antonio Castellanos Saravia y Baltasar Texeirina) y un boticario, además de sus funciones específicas auxilió en las tareas militares y antes de la batalla de Tucumán transportó armamentos para el ejército patriota.

Abandonó el Ejército cuando fue elegido diputado a la Asamblea del Año XIII; no obstante, más tarde fue reemplazado por otro diputado, que tampoco llegó a incorporarse a la Asamblea.

Tras algunos años de oscuridad, a fines de 1815 fue nuevamente elegido diputado, esta vez al Congreso de Tucumán.

Por prestar servicios médicos, no se incorporó al Congreso hasta el mes de agosto, después de la Declaración de la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

Tras la instalación del Congreso en Buenos Aires, formó parte —junto con Darregueira y Castro Barros— de la comisión que asesoró al Director Supremo Juan Martín de Pueyrredón en las negociaciones con Portugal para obtener la devolución de la Banda Oriental.

Durante los meses de enero, febrero y marzo de 1818 ejerció la presidencia del congreso y le tocó presidirlo en la sesión del 25 de febrero de 1818 en la que se trató del símbolo que debía distinguir a la bandera argentina de guerra y a la banda que serviría de divisa a los jefes de Estado. Participó de la redacción de la Constitución de 1819 que firmó como vicepresidente del cuerpo.

Durante la Anarquía del Año XX estuvo preso y fue sometido a juicio; las complicaciones políticas impidieron que se llevara adelante el juicio. Pasó el resto de su vida dedicado a su profesión de médico, sin participar en absoluto en política.

Creada la Academia Nacional de Medicina en 1822, Carrasco fue uno de los 15 académicos de número que la integraron y fue elegido vicepresidente el 7 de octubre de ese año. Falleció en Buenos Aires el 13 de julio de 1839.

Estaba casado con Florencia Pereyra de Lucena y Pelliza, hija de José Pereyra de Lucena, capitán del Regimiento de Voluntarios de Caballería de Buenos Aires y de María Inés de Pelliza.

Su hijo Benito Carrasco sería un influyente jurista, que llegaría a ocupar un cargo de Ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina. Tuvo otros cuatro hijos: Pedro, comerciante, Eugenio, Rufina y Dolores Carrasco y Pereyra de Lucena.

Pedro José de Faya había nacido el 6 de enero de 1738 en la localidad de Noreña, en el principado de Asturias que todavía forma parte del Reino de España

Hacia 1758 gracias a su gran habilidad en el área de salud, se formó en el arte de la sangría, convirtiéndose en un renombrado flebótomo.

Hacia el año 1767 pasó a la entonces Sudamérica española y se radicó en la ciudad de Buenos Aires, capital de la gobernación del Río de la Plata que conformaba una entidad autónoma dentro del Virreinato del Perú, y adonde posteriormente se casó y tuvo una hija en 1769.

Luego de hacer la petición ante el procurador general del Cabildo de Buenos Aires para ejercer la medicina en la gobernación, el hidalgo Pedro de Faya recibió un rechazo el 19 de junio de 1776 por parte del cabildo para curar públicamente.

Una vez erigido el nuevo Virreinato del Río de la Plata de forma definitiva en 1777, el doctor Miguel O’Gorman, junto a Francisco Argerich y a José Alberto Capdevila, inauguraron el Protomedicato del Río de la Plata6 el 17 de agosto de 1780.

Pedro de Faya se presentó con los documentos competentes y solicitó examen de sangrador el 13 de junio.

Según cita su filiación, sus cualidades y características físicas eran las siguientes: era alto, trigueño, con hoyo en la barba y con marcas en el rostro aparentemente por haber padecido viruela.

Fue el médico O’Gorman quien le entregó el título expedido el siguiente 20 de junio de 1781, convirtiéndose así en el primer médico diplomado argentino.

Al día siguiente, el 21 del corriente, fue nombrado pasante con la especialidad de ser el primer maestro sangrador del Real Protomedicato, con todas las facultades y preeminencias.

De esta manera, Pedro Faya fue enviado el 17 de febrero de 1791 como cirujano al pueblo de San Carlos del entonces departamento de Concepción, en la tenencia de gobierno de las Misiones Guaraníes que formaba parte de la nueva superintendencia de Buenos Aires desde que se erigió en 1783.

En este pueblo misionero conoció al maestro de primeras letras Estanislao Panelo y González Pastor, que también fuera un rico comerciante y era el último año de residencia allí porque regresaría a la ciudad de Buenos Aires.

Hacia 1798 el cirujano Faya se radicó en la villa de Concepción del Uruguay y en 1799 atendió al regidor y defensor de menores Lorenzo López porque al dirigirse a dicha localidad se había caído del caballo, y por ello, este facultativo tuvo que expedir un certificado para que aquel pudiera excusarse por no poder ocupar el puesto de cabildante al estar enfermo, por lo que en su remplazo se colocó a Pedro Castañeira, el cual una vez que ocupó el cargo, falleció al poco tiempo.

En el mismo año, los demás miembros del Cabildo de Concepción del Uruguay de la comandancia general de Entre Ríos, que también formaba parte de la superintendencia bonaerense, eran el alcalde ordinario Julián Colman, el regidor decano Ramón Lescano, el regidor tercero y defensor de pobres Manuel García Junco, el regidor cuarto Agustín de Larrachau y el síndico procurador Luis de Hermelo.

El doctor O’Gorman le propuso al virrey-marqués Rafael de Sobremonte los servicios de cirujano de Pedro Faya para el que solicitaba en la Banda Oriental, y al ser también sangrador habilitado estaba autorizado a realizar la función de extraer piezas dentarias, por lo que fue aceptado aunque no para el territorio de marras sino que fue mandado por el nuevo virrey Santiago de Liniers a Carmen de Patagones el 30 de julio de 1808, en la costa de la Patagonia argentina, transformándose de esta manera también en el primer dentista colonial argentino.

Luego de la Revolución de Mayo los pobladores patagónicos solicitaron el 6 de octubre a la incipiente nación sudamericana que relevaran al cirujano anciano español del puesto sanitario pero fue denegada el 31 de diciembre de 1810.

El médico odontólogo Pedro José de Faya, perecería muy anciano después de 1811 en la localidad de Carmen de Patagones de la comandancia homónima ubicada en la Patagonia oriental, cuyo territorio nominalmente formaba parte de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

Con la sublevación realista del 21 de abril de 1812, implicó la pérdida del control de esa plaza patagónica fortificada por parte del gobierno revolucionario de Buenos Aires hasta su recuperación en 1814.

El médico Pedro José Francisco Javier de Faya se había unido en matrimonio hacia 1768 con María Ignacia Rodríguez Flores (n. ca. 1749). Fruto de la unión de Pedro Faya y María Ignacia Rodríguez hubo por lo menos una hija documentada:

  • Leocadia de Faya o bien Leocadia Fayac (Buenos Aires, 9 de diciembre de 1769-2 de febrero de 1848) que se casó el 11 de septiembre de 1800 con el hidalgo y futuro coronel argentino Martín Enríquez de Lacarra, siendo hijo del navarroespañol Martín Enríquez de Lacarra y Mugarza y de su esposa hispano-tucumana Mónica de Toledo Sandoval, nieto paterno del hidalgo José Enríquez de Lacarra y por lo tanto era un descendiente del mariscal real navarro Antonio Enríquez de Navarra, II señor de Murillo de las Limas, VI señor de Vierlas y VII señor de Ablitas.
  • Martín Lacarra participó contra las Invasiones Inglesas de 1806 y de 1807, en la Guerra de Independencia de la Argentina, en sus posteriores guerras civiles y, como segundo gobernante patagónico desde 1823 hasta 1827, actuó en este último año de su mandato en la defensa contra las invasiones imperiales en el contexto de la Guerra del Brasil.
  • Fruto del enlace entre Leocadia Faya y Martín Lacarra hubo tres hijos: el ayudante mayor de los húsares bonaerenses José de Lacarra —que fuera el abuelo del concejal Dionisio Viera Lacarra-Artigas— además de Eleuteria y María Josefa de Lacarra.

Otro destacado colega con participación en nuestra Independencia fue el salteño Juan Antonio Fernandez, cuyo nombre lleva el prestigioso Hospital Fernández de Buenos Aires.

Estudia sus primeras letras en Salta con el educador español José León Cabezón. Luego pasa al Seminario de San Cristóbal en La Plata, donde estudia filosofía y teología, y consigue un grado de Bachiller en Artes.

Estimulado por su tío y tocayo, el general Arenales, ingresa a la Universidad Mayor de San Marcos de Lima, donde obtiene el grado de Bachiller de Medicina en 1806.

Viaja a España para especializarse en medicina y regresa como médico cirujano en la expedición enviada al Río de la Plata al mando del brigadier Vigodet.

Se vuelve miembro de la masonería.

En Montevideo comienza a ejercer fuertemente la medicina. Entre 1814 y 1815 lo convocan como jefe de cirujanos del ejército del directorio uruguayo.

En 1816, es trasladado a Buenos Aires, donde se lo designa Secretario del Instituto Médico Militar, y más tarde, catedrático de Instituciones Médicas. Lo nombran Prefecto del Departamento de Medicina en la Universidad de Buenos Aires en 1821, apenas a días de su fundación.

En 1822, al crearse la Academia de Medicina de Buenos Aires, es parte de los 15 primeros miembros fundadores.

El presidente Rivadavia lo designa catedrático de Patología y Clínica Médica. El 3 de mayo de 1826, lo nombra también médico Jefe del Hospital de Mujeres. Su labor en Buenos Aires se vio interrumpida por la coyuntura política.

El 20 de abril de 1835 el Gobernador Juan Manuel de Rosas le quita sus cargos por simpatizar con el Partido Unitario, y es forzado al exilio en Montevideo.

A la caída de Rosas regresa a Buenos Aires en 1852, donde retoma sus tareas. A los pocos años es nombrado Presidente de la Facultad de Medicina por Vicente López y Planes.

Falleció en Buenos Aires el 24 de septiembre de 1855.

Finalmente cabe mencionar a Miguel O’Gorman, también llamado Michael O’Gorman o Gorman (EnnisIrlanda1749 – Buenos AiresProvincias Unidas del Río de la Plata, enero de 1819)

Fue un médico que tuvo importante participación en los primeros pasos de la medicina en el Virreinato del Río de la Plata.

Nació en Ennis, Irlanda en 1736, hijo de Tomás O’Gorman y Mary Bakin.

Estudió medicina en Paris y Reims, y revalidó su título ante el Real Protomedicato en Madrid .

En 1766 ingresó como médico del Regimiento de Hibernia, y ese mismo año se le encargó la dirección de los hospitales de Galicia.

Después viajó a Londres como médico al embajador español, donde aprendió inoculación de vacunas.

En 1775 acompañó a su protector Alejandro O’Reilly en calidad de primer médico de la expedición a Argel.

En 1777 formó parte de la expedición del primer virrey del Río de la PlataPedro de Ceballos, a quien acompañó en la captura de Santa Catarina y Colonia del Sacramento.

Después de la celebración de la paz con Portugal se estableció en Buenos Aires como médico personal de Ceballos y de su sucesor, Juan José de Vértiz y Salcedo.

Fue el iniciador de la vacuna antivariólica en Buenos Aires, donde administró las primeras dosis de la misma.

En sus últimos meses de gestión, el virrey Vértiz fundó el Protomedicato del Río de la Plata, una autoridad sanitaria suprema que también actuaba como escuela de medicina.

Como protomédico de la ciudad fue nombrado O’Gorman, quien ocupó el cargo durante casi tres décadas.

Resultó un conflicto con el cirujano Antonio Corbela y Fondebila, quien el protomédico del Perú, Isidro Ortega y Pimentel, nombró como teniente del Protomedicato para las provincias de Buenos Aires, Tucumán y Paraguay en 1776, siete mesas antes del establecimiento del Virreinato del Plata.

Fue quien le entregó el primer título del Real Protomedicato al asturiano Pedro José de Faya, expedido el 20 de junio de 1781, convirtiéndose así en el primer médico cirujano y odontólogo diplomado argentino.

En 1801 O’Gorman, Agustín Eusebio Fabre y Cosme Argerich, fundaron la escuela de medicina de Buenos Aires, de la cual eran ellos los únicos profesores.

Reemplazaba la antigua escuela de enfermería de la Compañía de Jesús, disuelta cuando estos fueron expulsados, más de treinta años antes.

Prestó valiosa contribución en la acción sanitaria tras los combates durante las Invasiones Inglesas.

En 1810 se pronunció por la Revolución de Mayo. Donó casi toda su extensa biblioteca a la Biblioteca del Estado, fundada por Mariano Moreno y dirigida por Luis José de Chorroarín.

Inspirado por el espíritu republicano de la época, suprimió la O inicial de su apellido, y firmaba simplemente Gorman; su familia no siguió la costumbre.

Fue médico de la Armada Argentina desde 1812 hasta 1815, año en que fue dado de baja por su oposición al director supremo Alvear.

Falleció en Buenos Aires el 19 enero de 1819.

Auspicios Institucionales
  • Sociedad Argentina de Cardiología
  • Federación Argentina de Cardiología
  • SIAC
  • SADEC
  • Asociación Argentina de Cardiología
  • Latin American Heart Rhythm Society
  • Fundación Barceló - Facultad de Medicina