Investigadores chinos analizaron la asociación entre porcentaje de grasa corporal e hipertensión tipo H en mujeres posmenopáusicas y publicaron sus resultados y conclusiones en la edición del 22 de julio de 2022 del Frontiers in Public Health*, que será el tema a tratar hoy por la NOTICIA DEL DÍA
Señalan que la hipertensión tipo H es la hipertensión esencial asociada con niveles séricos de homocisteína (Hcy) >10 umol/L.
Se encuentra en el 80,3% de los pacientes hipertensos en China.
Estudios epidemiológicos han indicado que cuando coexisten hipertensión e hiperhomocisteinemia (HHcy), aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular y cerebrovascular.
Como resultado, la intervención temprana es crítica en pacientes que la padecen.
Por otro lado, en los últimos años, la obesidad se ha convertido cada vez más en uno de los problemas de salud mundial más destacados.
Una encuesta epidemiológica de un millón de personas en China informó que más del 50% de los residentes adultos tienen sobrepeso u obesidad.
La evidencia reciente ha examinado la relación entre la obesidad y la hipertensión tipo H, viéndose que la obesidad o el sobrepeso se asocian con un mayor riesgo de este tipo de hipertensión.
El índice de masa corporal (IMC) ha sido el indicador más frecuente de la obesidad debido a su simplicidad de medición y bajo costo, pero sigue siendo controvertido si puede explicarla.
Una posible explicación es que el IMC solo tiene en cuenta la altura y el peso, pero no la masa grasa ni la masa corporal magra.
El porcentaje de grasa corporal (BFP por las siglas en inglés de body fat percentage) es un indicador más preciso de la composición de la grasa corporal que el IMC.
El BFP se define como la relación entre el peso de la grasa corporal y el peso corporal total y ofrece una visión más precisa de la composición de la grasa corporal.
Cada vez hay más pruebas de que el aumento del BFP se asocia con un mayor riesgo de desarrollar hipertensión, incluso en personas con un IMC normal.
Estos hallazgos sugieren la posibilidad de que sea un factor de riesgo para la hipertensión.
Las mujeres posmenopáusicas están más expuestas a enfermedades cardiovasculares como hipertensión y HHcy debido a la disminución de estrógenos.
Estudios previos sugirieron que las mujeres posmenopáusicas tienen una mayor prevalencia de hipertensión tipo H que las mujeres premenopáusicas y los hombres de la misma edad.
Además, varios estudios han revelado que la deficiencia de estrógeno aumenta significativamente el BFP, lo que resulta en un mayor riesgo de hipertensión en estas mujeres.
Aunque investigadores anteriores han investigado la relación entre la BFP y la hipertensión, esta asociación sigue sin explicarse en mujeres posmenopáusicas.
Por lo tanto, este estudio transversal tuvo como objetivo investigar la relación entre la BFP y el riesgo de hipertensión tipo H en mujeres posmenopáusicas, así como proporcionar las bases para protegerlas de sus efectos.
La hipertensión tipo H se ha convertido en una afección crónica común en China en los últimos años y desempeña un papel fundamental en los problemas cardiovasculares, cerebrales y renales.
Los pacientes con hipertensión tipo H tuvieron un aumento de 5 veces en los eventos cardiovasculares en comparación con la hipertensión sola.
Una cantidad considerable de literatura ha demostrado que la HHcy y la hipertensión tienen un impacto sinérgico que aumenta el riesgo de eventos cardiovasculares.
Por lo tanto, la prevención temprana es extremadamente necesaria.
Por otro lado, la obesidad se ha identificado como un factor de riesgo independiente para la hipertensión tipo H en investigaciones previas. Se ha propuesto que la asociación entre hcy e hipertensión estuvo influenciada por el IMC de un metaanálisis.
Sin embargo, en otro estudio transversal, solo se observó una asociación significativa entre el IMC y la Hcy, pero no con la hipertensión.
Algunos investigadores especularon que esta discrepancia puede deberse a que el IMC no es exacto como medida de la obesidad.
En las poblaciones asiáticas, el IMC puede subestimar su papel en relación al contenido de grasa corporal.
Por lo tanto, puede ser más confiable usar BFP como indicador de obesidad.
Takase ha demostrado que es la BFP y no el IMC lo que afecta la presión arterial.
Un estudio de cohorte coreano mostró de manera similar que el aumento de la grasa corporal era un predictor de hipertensión.
Además, BFP desempeñó un papel primordial en la identificación de la hipertensión en las mujeres.
Asimismo, la menopausia es un proceso de vida por el que toda mujer debe pasar, cuando la función ovárica declina y los estrógenos en el cuerpo disminuyen, resultando en una serie de cambios fisiopatológicos en el organismo.
Además de los síntomas relacionados con su ocurrencia, los síntomas psiquiátricos y neurológicos, las mujeres posmenopáusicas también experimentan cambios significativos en el sistema cardiovascular, especialmente hipertensión.
La menopausia se ha convertido en un factor de riesgo independiente para el aumento de la morbilidad y mortalidad de la hipertensión en las mujeres.
Los estudios actuales también han encontrado una Hcy elevada en mujeres posmenopáusicas en comparación con mujeres premenopáusicas.
Encuestas epidemiológicas relevantes han indicado que la prevalencia de hipertensión tipo H en mujeres posmenopáusicas es mayor que en hombres de la misma edad y en mujeres no menopáusicas, y tiende a aumentar con la edad.
Por lo tanto, la hipertensión tipo H puede afectar seriamente la cantidad de vida y el nivel de salud de las mujeres menopáusicas.
Además, la BFP en mujeres aumentó a una tasa anual similar con la edad.
En la investigación de los autores se informaron hallazgos similares, lo que demuestra que la BFP es un factor de riesgo de hipertensión tipo H en mujeres posmenopáusicas.
La patogenia de la obesidad y la hipertensión tipo H en mujeres posmenopáusicas aún no está clara.
Una disminución en los niveles de E2 también puede causar un aumento en los niveles de Hcy, lo que lleva a una disfunción endotelial en mujeres posmenopáusicas y aumenta el riesgo de hipertensión.
Además, se ha observado que los niveles de leptina son más altos en mujeres posmenopáusicas con hipertensión, y la obesidad se ha atribuido a alteraciones en la vía melanocortical activada por leptina.
Por su parte, las sustancias bioactivas secretadas por el tejido adiposo, como el angiotensinógeno, la IL-6 y el TNF-α, se asocian con cambios en la inflamación vascular y la arteriosclerosis, lo que conduce a un aumento de la presión arterial.
Teniendo en cuenta estas consideraciones, el objetivo de este estudio fue investigar la asociación entre BFP y la hipertensión tipo H en mujeres posmenopáusicas.
Fueron incluidas 1597 pacientes con hipertensión.
Los niveles de homocisteína ≥10 mmol/L permitieron definir a la hipertensión tipo H.
La BFP se calculó midiendo los parámetros físicos de los pacientes.
Los sujetos se dividieron en 4 grupos según los cuartiles de BFP (Q1: 33,4 % o menos,
Q2: 33,4–36,1 %,
Q3: 36,1–39,1 %,
Q4: >39,1 %).
Se utilizaron modelos de regresión spline cúbicos restringidos y análisis de regresión logística para evaluar la relación entre la BFP y la hipertensión tipo H.
Para este estudio se realizó un análisis de subgrupos adicional.
Entre 1597 pacientes hipertensos, 955 (59,8%) participantes tuvieron hipertensión tipo H.
Hubo diferencias significativas entre los dos grupos en edad, IMC, antecedentes educativos, estado civil, estado de ejercicio, historial de consumo de alcohol, WC, TG, LDL, Scr, BUN y eGFR (P < 0,05). La prevalencia de hipertensión tipo H en los grupos Q1 a Q4 fue de 24,9, 25,1, 24,9 y 25,1%, respectivamente.
Después de ajustar por factores relevantes, se encontró que el riesgo de hipertensión tipo H en el grupo Q4 tenía un riesgo significativamente mayor que el grupo Q1 (OR = 3,2, IC del 95 %: 1,3–7,5).
Sin embargo, deben tenerse en cuenta algunas limitaciones.
En primer lugar, el diseño transversal no pudo evaluar con precisión la causalidad entre la BFP y la hipertensión tipo H, y posiblemente existió algún sesgo de recuerdo.
En segundo lugar, simplemente se evaluó a mujeres posmenopáusicas y los hallazgos del trabajo no se pueden extender a otras poblaciones.
Finalmente, aunque se realizó un ajuste multivariado, no se excluyeron otros posibles factores de confusión.
Como conclusión los autores destacan que BFP se asoció positivamente con el riesgo de hipertensión tipo H en mujeres posmenopáusicas, por lo cuál estas mujeres deben controlar la grasa corporal para prevenir la hipertensión.
* Du S, Hong X, Yang Y, Ding Z, Yu T. Association between body fat percentage and H-type hypertension in postmenopausal women. Front Public Health. 2022 Jul 22;10:950805. doi: 10.3389/fpubh.2022.950805. PMID: 35937205; PMCID: PMC9354540.