Una vez más, con el escenario de fondo de las próximas a iniciarse sesiones del Ciclo de Conversaciones en Actualidad de Enfermedad de Chagas, co-organizdas por el FIAI, la Asociación Carlos Chagas, el Instituto Nacional de Parasitología Dr. Mario Fatala Chaben (Argentina) y la ONG Todos Frente al Chagas, y con la íntima convicción de este Editor que la Enfermedad de Chagas tomada como un todo y no exclusivamente por sus manifestaciones cardiológicas debe ser patrimonio de todos los Profesionales de la Salud de nuestra América endémica, la NOTICIA DEL DÍA de hoy se ocupará de un tema aparentemente alejado del propio nombre de nuestro Foro y de este sitio fiaiweb.com, cuál es la posible Transmisión sexual de la tripanosomiasis americana en seres humanos que motivara una reciente publicación de las Memorias del Instituto Oswaldo Cruz*.
Cabe señalar que para quienes estamos alejados de los laboratorios de investigación, el trabajo brasilero es de difícil lectura pero sus resultados y conclusiones muestran solidez.
Parten los autores de contextuar su investigación señalando que la infección endémica de Trypanosoma cruzi en América Latina se ha extendido a varios países de los cuatro continentes incluyendo a muchos que están libres de vectores de triatominos, como los de Europa y Asia y plantean la hipótesis de que la transmisión sexual de T. cruzi contribuye a la propagación de la enfermedad de Chagas, que adquiriría particular importancia en dichos países y en el medio urbano de ciudades de nuestra América Latina, libres de vectores. La hipótesis no es nueva: fue esbozada a principios del siglo XX por algunos científicos pero desestimada durante varias décadas. Para ello los autores realizaron un estudio longitudinal a corto plazo para evaluar esta hipótesis.
La población del estudio estuvo compuesta por 109 sujetos provenientes de cuatro familias, que viven en los condados de Barcarena y Breves, estado de Pará, Brasil. Los sujetos de esta población de estudio familiar comprendían 47% de mujeres y 53% de varones con edades comprendidas entre 2 y 70 años. De los voluntarios de las familias A (15 individuos), B (44 individuos), C (29 individuos) y D (21 individuos), se detectaron infecciones crónicas por IgG anti- T. cruzi y ADN nuclear del parásito de los cuales 21 habían sido diagnosticados con enfermedad de Chagas aguda por análisis parasitológico directo.
Se obtuvieron células mononucleares de sangre y muestras de suero de cada sujeto de estudio una vez al año durante tres años consecutivos. Se utilizaron reacciones de ELISA e inmunofluorescencia indirecta para detectar anticuerpos específicos de T. cruzi . La reacción en cadena de la polimerasa del ADN de T. cruzi reveló bandas de 188 nucleótidos, las cuales se hibridaron con una sonda radiomarcada específica y se confirmaron mediante clonación y secuenciación.
Tres evaluaciones independientes en diferentes momentos revelaron huellas de ADN nuclear de T. cruzi en el 76% (83/109) de la población estudiada con infección activa. Por el contrario, los ensayos ELISA y de inmunofluorescencia indirecta detectaron anticuerpos de T. cruzi en el 28,4% (31/109) de las muestras del estudio. Se obtuvieron muestras de semen de 23 voluntarios adultos que firmaron el consentimiento informado. En 82,6% (19/23) de ellos se detectó PCR. Estas eyaculaciones con ADN positivo transmitieron el T. cruzi por inyección o infusión peritoneal en la vagina de ratones, y se detectaron amastigotes en el músculo esquelético, miocardio, conducto deferente y tubo uterino.
La discrepancia observada entre la presencia de ADN de T cruzi y la reactividad de la serología convencional es explicada por los autores diciendo que estas amplias diferencias entre los ratios de resultados positivos obtenidos con anticuerpos específicos de parásitos (37,4%) y aquellos con pruebas nDNA (62,6%) indicaron que la mayoría de los casos, en ausencia de anticuerpos específicos, provienen de infecciones de t. cruzi de transmisión sexual durante el desarrollo embrionario antes de la maduración del sistema inmunológico. Esto coincide con la demostración de las huellas nDNA de t. cruzi en el semen de 19 de 23 hombres en la ausencia de anticuerpos específicos del suero en las familias del estudio. Textualmente en el idioma original del paper: The broad differences between the ratios of positive results obtained with parasite-specific antibodies (37.4%) and those with nDNA tests (62.6%) indicated that most cases, in the absence of specific antibodies, stem from sexually transmitted T. cruzi infections during embryo development before maturation of the immune system. This agrees with the demonstration of T. cruzi nDNA footprints in the semen of 19 of 23 chagasic males in the absence of specific serum antibodies in the study families.
A partir de estas observaciones, los autores concluyen que las infecciones por T. cruzi pueden transmitirse de hembras o machos a compañeros durante el coito mostrando la progenie discrepancias entre las proporciones de huellas de ADN nuclear y anticuerpos específicos que pueden explicarse por la tolerancia alcanzada durante el crecimiento temprano del embrión.
Estas observaciones en el terreno experimental, aunque fuertemente sugestivas deben aún ser corroboradas por nuevos experimentos y más aún en el terreno de la clínica ya que su corroboración tendría enormes implicancias porque dejaría abierta la posibilidad de transmisión en zonas y países donde no existe la transmisión vectorial, además de la conocida posibilidad de transmisión vertical de madre infectada a su bebe.
* Araujo Perla F, Almeida Adriana B, Pimentel Carlos F, Silva Adriano R, Sousa Alessandro, Valente Sebastião A et al . Sexual transmission of American trypanosomiasis in humans: a new potential pandemic route for Chagas parasites. Mem. Inst. Oswaldo Cruz [Internet]. 2017 June [cited 2017 July 14] ; 112( 6 ): 437-446. Available from: