18.09.2018

Predictores de infección en el implante de dispositivos

Una de las complicaciones más temidas ante el implante de dispositivos electrónicos es la infección.

La NOTICIA DE LAHRS se ocupará hoy de comentar una publicación de junio de 2018 en The Texas Heart Institute Journal que, con las limitaciones admitidas por los propios autores de referirse a un trabajo retrospectivo con datos provenientes de una única institución en Teherán (Irán), se ocuparon de proponer lo que consideran nuevas ideas sobre los predictores de infección frente a la práctica de implante de dispositivos electrónicos.

Señalan que durante las últimas 2 décadas, el uso de dispositivos electrónicos cardíacos implantables (CIED por sus siglas en inglés) ha aumentado sustancialmente; estos incluyen marcapasos permanentes, cardiodesfibriladores implantables  y dispositivos de terapia de resincronización cardíaca.

De 1993 a 2008, se informó un aumento del 96% en el implante de CIED en los Estados Unidos, y esto fue acompañado por un aumento del 210% en la incidencia anual de infecciones relacionadas con este procedimiento durante el mismo período.

Estas infecciones se asocian con tasas de morbilidad y mortalidad sustanciales y costos financieros elevados. En un estudio europeo, los costos adicionales de atención médica para un paciente con infección atribuida a CIED fue más de 7,000 euros (comparable a 15,000 dólares informados en los Estados Unidos).

Varios estudios sobre predictores de infecciones CIED han sido limitados por muestras de pequeño tamaño, el examen de pocas variables y resultados contradictorios.

Frente a este panorama y para determinar los predictores de infecciones relacionadas con el implante de dispositivos, los autores estudiaron una población relativamente grande de pacientes que habían sido sometidos a estos procedimientos invasivos.

Para ello se revisó retrospectivamente el registro de 3.205 pacientes consecutivos que se habían sometido por primera vez o a revisiones posteriores, de implante de dispositivos electrónicos cardíacos en la institución en la que se desempeñan desde marzo de 2011 hasta marzo de 2015.

Los autores recuerdan el protocolo de uso de antibióticos que siguen de acuerdo a las recomendaciones de la American Heart Association para la profilaxis antibiótica preoperatoria (1-2 g de cefazolina administrada por vía intravenosa dentro de 1 h antes de la incisión o, en el caso de alergia a cefalosporina, 1 g de vancomicina administrada por vía intravenosa 2 h antes de la incisión). Si los pacientes recibieron antibióticos postoperatoriamente estuvo a discreción del médico tratante. El protocolo incluyó cefazolina intravenosa o vancomicina, administrada durante un día después del procedimiento, y luego ciprofloxacina oral (250-500 mg dos veces / día durante 5-7 días).

Se registraron todas las infecciones acaecidas en la población definida y se especificó si estaban relacionadas con las características del paciente, del dispositivo o si lo estaban en relación al procedimiento realizado.

Para identificar estos predictores de infección, se realizó un análisis multivariado.

Las infecciones del dispositivo se identificaron en 85 pacientes (2,7%), con un tiempo de seguimiento medio de 27 ± 11 meses. Los principales predictores de infección del dispositivo fueron el uso de un cardiodesfibrilador implantable (CDI) o un dispositivo desfibrilador de terapia de resincronización cardíaca (TRC) (odds ratio [OR] = 16; IC 95%, 4.14-61.85; P = 0.0001), la presencia de enfermedad renal crónica en estadio 3 (O = 9,41; IC del 95%, 1,77-50,04; P = 0,009), que el procedimiento fuera de revisión (OR = 8,8; IC del 95%, 3,37-23,2; P = 0,0001) o se produjera un hematoma postoperatorio (OR = 6,9; IC del 95%, 1,58; -30,2; P = 0,01).

También fueron identificados 2 nuevos predictores de infección: un bajo índice de masa corporal de <20 kg / m2 (OR = 1.03, IC 95%, 1.01-1.06, P = 0.005) y el uso de povidona yodada en lugar de clorhexidina-alcohol para antisepsia tópica (OR = 4,4; IC del 95%, 2,01-9,4; P = 0,03).

Se arribó a la conclusión de que las comorbilidades como las que se mencionaron, las características del dispositivo (CDI o TRC), los tipos de procedimientos y las complicaciones no infecciosas postoperatorias aumentan el riesgo de infección del dispositivo después de un procedimiento de implante de dispositivo electrónico.

* Sadeghi H, Alizadehdiz A, Fazelifar A, Emkanjoo Z, Haghjoo M. New Insights into Predictors of Cardiac Implantable Electronic Device Infection. Tex Heart Inst J. 2018 Jun 1;45(3):128-135. doi: 10.14503/THIJ-17-6300. eCollection 2018 Jun.

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