1
He decidido que durante todo el año
aparcaré mis vicios en el estante.
Seguiré un camino más piadoso y sobrio
y amaré a mis vecinos como a mí mismo,
excepto los dos o tres de siempre
a los que detesto tanto como ellos me odian.
2.
He decidido que jugar a los naipes es malo,
sobre todo con cartas como las que me suelen tocar.
Puede desplumar una cuenta bancaria sana,
así que renuncio a estos placeres terrenales
excepto —y aquí no veo pecado alguno—
cuando otros reclamen ‘mi presencia’.
3.
He decidido que votos como estos, aunque
formulados con ligereza, son difíciles de mantener.
Por tanto los acometeré poco a poco,
no sea que mis recaídas acaben por hundirme.
Un voto al año me sacará del paso
y comenzaré con el Número Dos.