12.05.2021

Rol de la magnetocardiografía (MCG) para distinguir entre repolarización precoz benigna y maligna

Un grupo prestigioso de autores japoneses  publicaron en la edición de julio de 2020 del Annals of Noninvasive Electrocardiology los resultados de una investigación que tuvo como propósito la identificación del patrón de repolarización precoz maligno mediante la actividad QRS tardía utilizando magnetocardiografía de alta resolución*.

Vale aclarar que la magnetocardiografía (MCG) es un método no invasivo y sin contacto. que se aplica en la superficie corporal y que utiliza magnetómetros para medir y mapear los campos magnéticos generados por la actividad eléctrica dentro del corazón. 

La técnica ofrece una mejor resolución espacial que un registro de ECG y abre la posibilidad de detectar características de conducción consistentes con arritmogénesis.

En los últimos años, se ha incrementado la utilización de este procedimiento como una herramienta complementaria a los estudios electrocardiográficos tradicionales con el fin de incrementar la precisión en el diagnóstico de patologías cardiacas. La magnetocardiografía requiere de una tecnología con la que cuentan únicamente los países desarrollados.

El patrón de repolarización precoz (ERP por sus siglas en inglés) caracterizado por una muesca o ligadura en el extremo del QRS en la electrocardiografía (ECG) de 12 derivaciones es un hallazgo ECG común, que ocurre en aproximadamente el 3% -24% de la población general y particularmente en sujetos varones jóvenes o en atletas. 

Durante la última década su presencia se ha asociado con fibrilación ventricular (FV) según las conclusiones de diversos autores. 

La evidencia acumulada ha planteado la posibilidad de un mayor riesgo arrítmico en pacientes en los que la ERP se identifica incidentalmente a través de registros de ECG de rutina. Aunque algunas características del ECG, incluida la distribución, la configuración y la amplitud máxima de la ERP, se han informado como herramientas potenciales para estratificar el riesgo de FV, no existe un método para identificar el riesgo clínicamente procesable. 

Los estudios electrofisiológicos invasivos tampoco han logrado determinar el riesgo de FV en pacientes con ERP. Por lo tanto, la estratificación del riesgo de ERP sigue siendo rudimentaria y desafiante.

En comparación con el ECG estándar de 12 derivaciones, la magnetocardiografía (MCG) o la detección de campos magnéticos cardíacos tiene una resolución espacial más alta y tiene diferentes sensibilidades, especialmente a corrientes anormales que constan de componentes tangenciales. 

De hecho, los campos tardíos de los complejos QRS en MCG mostraron un mayor rendimiento en la detección del riesgo arrítmico letal en pacientes con infarto de miocardio previo que el ECG de señal promedio (SAECG) y también se ha cuestionado la localización de fuentes de corriente anormales. 

En este estudio japonés se investigó si la MCG de 64 canales de alta resolución espacio-temporal también podría revelar arritmogenicidades de la ERP y podría usarse como un medio para distinguir las formas malignas de las benignas.

Para ello, entre los 2.636 sujetos que recibieron MCG en los hospitales de pertenencia de los autores, se identificaron 116 sujetos (43 ± 18 años, 54% hombres) con ERP presente en cara inferior y / o lateral en el ECG que no presentaban cardiopatía estructural, incluidos 13 supervivientes de FV (ERP-VF (+)) y 103 sin antecedentes de FV (ERP ‐ VF (-)). 

Se midieron los siguientes parámetros de MCG en una forma de onda en el dominio del tiempo de magnitud de corriente relativa:

(a) duración del QRS (MCG ‐ QRSD), 

(b) raíz cuadrada media de los últimos 40 ms (MCG ‐ RMS40) y 

(c ) duración de la señal de baja amplitud (<10% de la máxima) (MCG ‐ LAS).

En comparación con ERP ‐ VF (-), los sujetos con ERP ‐ VF (+) presentaron un 

MCG ‐ QRS significativamente más largo (108 ± 24 frente a 91 ± 23 ms, p = .02) y un 

MCG ‐ RMS40 más bajo (0,10 ± 0,08 vs. 0,25 ± 0,20, p = 0,01) pero sin diferencias en 

MCG ‐ LAS (38 ± 22 vs.29 ± 23 ms, p = .17). 

MCG ‐ QRSD y MCG ‐ RMS40 mostraron un área significativamente mayor bajo la curva ROC en comparación con la amplitud del pico J en el ECG (0,72 y 0,71 frente a 0,50; p = 0,04 y 0,03). 

La sensibilidad, especificidad y razón de posibilidades para identificar FV (+) según MCG ‐ QRSD ≥ 100 ms y MCG ‐ RMS40 ≤ 0,24 fueron 69%, 74% y 6,33 (IC del 95%, 1,80-22,3) y 92% , 48% y 10,9 (IC del 95%, 1,37–86,8), respectivamente.

En conclusión los autores puntualizan que la magnetocardiografía es una herramienta eficaz para distinguir los patrones de ERP malignos y benignos.

* Iwakami N, Aiba T, Kamakura S, Takaki H, Furukawa TA, Sato T, Sun W, Shishido T, Nishimura K, Yamada-Inoue Y, Nagase S, Shimizu W, Yasuda S, Sugimachi M, Kusano K. Identification of malignant early repolarization pattern by late QRS activity in high-resolution magnetocardiography. Ann Noninvasive Electrocardiol. 2020 Jul;25(4):e12741. doi: 10.1111/anec.12741. Epub 2020 Jan 19. PMID: 31955494; PMCID: PMC7358799.

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