Investigadores japoneses publicaron en la edición del 17 de noviembre de 2021 del International Heart Journal los resultados de un estudio clínico que analizó la presencia de Tormenta eléctrica como riesgo de mortalidad independiente en pacientes con función ventricular izquierda conservada o moderadamente reducida*.
Plantean los autores que los desfibriladores automáticos implantables (DAI) son salvavidas y han mejorado las tasas de mortalidad en pacientes con riesgo de muerte súbita, tanto en prevención primaria como en secundaria.
Sin embargo, son incapaces de modificar el sustrato miocárdico, que sigue siendo susceptible al desarrollo de AV potencialmente mortales.
La tormenta eléctrica (TE), generalmente se define por 3 o más apariciones de AV dentro de las 24 horas que han surgido como una forma de inestabilidad eléctrica y está altamente asociada con morbilidad y mortalidad.
Estudios recientes han sugerido que no solo es un episodio de AV agrupadas, sino que también se asocia con un aumento de la mortalidad cardíaca no repentina, en gran parte debido al empeoramiento de la insuficiencia cardíaca (IC) preexistente.
Aunque la evidencia acumulada sugiere que está asociada con la mortalidad posterior, no se ha examinado si muestra una influencia homogénea en pacientes con diferente función del ventrículo izquierdo (VI).
Además, mientras que el CDI para prevención secundaria es un riesgo relativamente reconocido de TE, la asociación entre su presencia y otras variables clínicas como la fracción de eyección (FE) o las cardiopatías subyacentes sigue siendo controvertida.
Por lo tanto, teniendo en cuenta estas consideraciones, el objetivo fue comparar la tasa de incidencia, los factores de riesgo y el impacto pronóstico de la TE en pacientes con función del VI reducida y conservada o moderadamente reducida en la población del Estudio Nippon Storm, un estudio prospectivo observacional realizado en 48 centros de DAI japoneses.
Se estudiaron 1.256 pacientes (65 ± 12 años) con un DAI, que tuvieran cardiopatía estructural.
Se clasificaron en dos grupos:
– fracción de eyección reducida (FE <35%; 657 (52%) pacientes) y – FE conservada o moderadamente reducida (FE ≥ 35%; 599 (48%) pacientes).
La TE ocurrió en 49 (7%) y 36 (6%) pacientes en los grupos de FE <35% y FE ≥ 35% (rango logarítmico P = 0,297) durante una mediana de seguimiento de 2,3 años. El DAI con terapia de resincronización se asoció con una menor incidencia de TE en pacientes con FE <35%. La cardiopatía no isquémica y los diuréticos se asociaron con TE en pacientes con FE ≥ 35%.
Durante el seguimiento, 10/49 (20%) pacientes con TE y 80/608 pacientes (13%) sin TE fallecieron en pacientes con FE <35%, mientras que 7/36 (19%) pacientes con TE y 38/563 pacientes (7%) sin TE fallecieron en aquellos con FE ≥ 35%.
Los autores crearon 4 modelos multivariados de Cox. Todos los modelos mostraron proporciones de riesgo aproximadamente dos veces más altas en pacientes con FE> 35% en comparación con FE <35%.
El estudio mostró que los determinantes de TE difieren entre FE <35% y FE ≥ 35%. El impacto de la TE sobre la mortalidad fue numéricamente mayor en EF≥ 35% que en EF <35%, aunque no se detectó una interacción significativa. Como conclusiones, el grupo japonés sugirió que los determinantes de la TE difieren según la función del VI y que el impacto de la TE sobre la mortalidad podría aumentar más en pacientes con función del VI conservada o moderadamente reducida en comparación con aquellos con función del VI reducida.
Se requiere un manejo adecuado de la TE para mejorar la supervivencia de los pacientes en riesgo.
* Watanabe M, Yokoshiki H, Noda T, Yokota I, Nitta T, Aizawa Y, Ohe T, Kurita T. Electrical Storm as an Independent Mortality Risk in Patients with Preserved or Moderately Reduced Left Ventricular Function. Int Heart J. 2021 Nov 17. doi: 10.1536/ihj.20-832. Epub ahead of print. PMID: 34789637.