Investigadores checos realizaron un estudio controlado y aleatorizado, que publicaron en la edición del 1º de julio de 2025 del Scientific Reports, cuyo propósito fue analizar el rol de los niveles séricos de colesterol al ingreso de pacientes que habían sufrido un paro cardíaco extrahospitalario*.
Será hoy comentado en la NOTICIA DEL DÍA.
Prologando el artículo, los autores señalaron que el paro cardíaco extrahospitalario (PCEH u OHCA por sus siglas en inglés de out-of-hospital cardiac arrest) es una de las principales causas de muerte en países desarrollados, principalmente debido a la fibrilación ventricular relacionada con un infarto agudo de miocardio.
Un reciente estudio de los autores sobre PCEH en Praga y análisis posteriores, documentaron una mejor evolución de los pacientes con paro cardíaco refractario mediante un paquete de cuidados que consiste en traslado temprano a un hospital terciario, reanimación cardiopulmonar extracorpórea (RCPE) y diagnóstico y tratamiento invasivos.
Estudios a gran escala sobre paro cardíaco de presunto origen cardíaco informan el síndrome coronario agudo y la enfermedad coronaria como factores etiológicos principales
Por lo tanto, se podría considerar que el aumento de los niveles de colesterol como un factor de riesgo fuerte y modificable para la enfermedad coronaria está relacionado con el resultado del paro cardíaco.
Sin embargo, no se comprende completamente si el nivel real de colesterol en las víctimas de paro cardíaco está relacionado con el resultado del paro cardíaco: el colesterol total y LDL bajo se asoció con un peor resultado neurológico de los pacientes después de un paro cardíaco en algunos ensayos y registros retrospectivos.
Este vínculo un tanto contraintuitivo aún no se ha probado en pacientes con paro cardíaco refractario y puede explicarse por el estrés inmunitario, oxidativo y los cambios inflamatorios asociados con el paro cardíaco.
Por lo tanto, para dilucidar las lagunas en la comprensión del papel pronóstico de los niveles de colesterol y triglicéridos en el momento del ingreso en pacientes que sufren de OHCA, realizaron este análisis secundario del ensayo Prague OHCA para estudiar los vínculos entre los niveles lipídicos iniciales y los resultados neurológicos dentro de los 180 días de producido el paro.
A manera de síntesis y reiterando lo expresado los autores señalaron que un nivel elevado de colesterol es un factor de riesgo de enfermedad coronaria, la principal causa de muerte súbita cardíaca (MSC).
Sin embargo, parójicamente, estudios más pequeños observaron peores resultados en pacientes con MSC que tenían niveles más bajos de colesterol total y LDL.
Por lo tanto, el papel pronóstico del colesterol en sí mismo en pacientes con MSC aún está por esclarecerse.
El objetivo de los autores checos fue evaluar la relación del nivel de colesterol al ingreso con el resultado neurológico en un análisis secundario de la población del ensayo aleatorizado Prague OHCA (reanimación cardiopulmonar extracorpórea [ECPR por sus siglas en inglés de extracorporeal cardiopulmonary resuscitation] vs. enfoque estándar en paro cardíaco refractario).
El estudio Prague OHCA fue un ensayo clínico unicéntrico en la ciudad de Praga, aleatorizado, que incluyó adultos que habían tenido un PCR (paro cardíaco repentino) presenciado, extrahospitalario, de presumible causa cardiológica, dividiéndolos a dos brazos de manejo:
– por un lado, la estrategia hiperinvasiva (que consistió en traslado a hospital con dispositivo de compresiones torácicas LUCAS® e hipotermia prehospitalaria con dispositivo intranasal, implante de ECMO VA a su llegada + coronariografía y manejo invasivo) frente a
– un segundo grupo que se trató con soporte vital avanzado (SVA) y tratamiento en ellos según la práctica clínica habitual.
De 256 pacientes incluidos con paro cardíaco refractario, se analizaron 123.
Se examinaron los efectos de los niveles de colesterol total, HDL y no HDL obtenidos al ingreso del paciente en la mejor categoría de rendimiento cerebral (CPC por sus siglas en inglés de cerebral performance category) dentro de los 180 días.
Los resultados se presentan como mediana (rango intercuartil) y las diferencias se comparan mediante la prueba de Wilcoxon.
Los pacientes con CPC 1-2 presentaron niveles iniciales más elevados de colesterol total [3,70 (3,23–4,27) mmol/L frente a 2,98 (2,35–4,02) mmol/L, p = 0,005], colesterol no HDL [2,68 (2,08–3,24) frente a 1,93 (1,62–2,97) mmol/L, p = 0,007 y colesterol HDL [0,93 (0,67–1,07) mmol/L frente a 0,74 (0,49–0,96) mmol/L, p = 0,014] en comparación con los pacientes con CPC 3-5.
El uso crónico de estatinas no influyó en el resultado.
Solo los niveles bajos de colesterol total y no HDL siguieron siendo predictores consistentes de malos resultados neurológicos en todos los pacientes y en ambos brazos por separado.
Los niveles más bajos de colesterol total y no HDL al ingreso se asociaron con peores resultados neurológicos en pacientes con paro cardíaco refractario tratados tanto con ECPR (por sus siglas en inglés de extracorporeal cardiopulmonary resuscitation) como con el enfoque estándar.
Sometiendo a discusión los hallazgos señalados, los autores checos indicaron que este análisis secundario del ensayo clínico prospectivo y aleatorizado de Praga sobre paro cardíaco extrahospitalario (OHCA ) confirmó que unos niveles iniciales más altos de colesterol total y no HDL se asocian con un mejor pronóstico neurológico en pacientes con paro cardíaco refractario, independientemente del tratamiento.
Un nivel más alto de colesterol HDL también se asoció con un mejor pronóstico, pero solo en el grupo completo de pacientes.
Curiosamente, un paro cardíaco más prolongado también se relacionó con niveles más bajos de lípidos séricos.
Sin embargo, el vínculo entre un colesterol total y LDL más bajo y un peor pronóstico neurológico fue documentado por estudios retrospectivos coreanos y por estudios basados en series de casos, donde los pacientes con OHCA fueron comparados con controles comunitarios.
Un colesterol total más bajo fue un predictor de un mal resultado neurológico en un subestudio TTM (por sus siglas en inglés de target temperature management)
En el estudio retrospectivo de Lee et al., un colesterol total y HDL más alto se asoció significativamente con buenos resultados neurológicos en pacientes con OHCA, aunque los odds ratios fueron bajos (1,013 para el colesterol total y 1,021 para el colesterol LDL).
Un hallazgo similar del odds ratio leve, pero significativo, de colesterol total más bajo en pacientes con mal resultado neurológico fue reportado en el otro estudio retrospectivo de Chae MK.
Este estudio no analizó ni calculó el LDL.
El estudio checo difiere especialmente por el tiempo de reanimación prolongado de los pacientes que alcanzaron resultados neurológicos favorables (medianas de 27,5 y 57,5 min en los brazos convencional e invasivo del estudio, respectivamente, en comparación con 10-16 min en otros estudios y por la estrategia invasiva utilizando ECPR.
Los niveles más altos de colesterol total, no HDL y HDL al ingreso predijeron un mejor resultado neurológico.
Los autores se detuvieron en analizar el tiempo hasta ROSC (por sus siglas en inglés de Return of Spontaneous Circulation) y el nivel de lípidos.
Los datos en animales muestran que los niveles de colesterol podrían disminuir durante la reanimación: en un modelo canino de paro cardíaco, el colesterol total disminuyó en aproximadamente un 20 % durante la reanimación en comparación con los datos iniciales.
En estudios en humanos, los niveles de lípidos en el momento del OHCA no están disponibles lógicamente, los científicos solo pudieron comparar pacientes con reanimación más corta frente a más larga.
En el estudio de Yang et al., no hubo una diferencia clara en los niveles de colesterol entre un tiempo prehospitalario corto (<30 min) y largo, aunque no documentaron con precisión el tiempo hasta la ROSC.
En el estudio de Chae MK, un tiempo de reanimación más corto se asoció con un mejor resultado neurológico (medianas de 16 frente a 26 min), pero no se indicó el vínculo entre el tiempo de reanimación y el colesterol.
Los pacientes checos con un paro cardíaco más prolongado (>25 min) tuvieron colesterol total, HDL y no HDL significativamente más bajo.
El OHCA se caracteriza por una rápida reacción inflamatoria sistémica y la producción de enormes cantidades de radicales libres, y se sabe que el colesterol atenúa la toxicidad de los radicales libres a través de la oxidación.
Puede ocurrir consumo de lipoproteínas al neutralizar endotoxinas abundantes, y por lo tanto, el colesterol puede disminuir por la gravedad de la inflamación después de un paro cardíaco.
Algunos autores incluso llaman a la «enfermedad posterior a la reanimación» un síndrome similar a la sepsis para subrayar los enormes cambios inmunológicos.
De hecho, hubo una disminución gradual del colesterol total tomado en el ingreso, 24, 48 y 72 h después en el subestudio TTM.
Sin embargo, la disminución durante la reanimación en sí todavía no se comprende por completo.
Curiosamente, la disminución del colesterol HDL es un marcador pronóstico temprano de disfunción orgánica y muerte en pacientes con sepsis.
Se observó una disminución de la síntesis de precursores de colesterol durante los primeros días, lo que explica la hipocolesterolemia en pacientes con traumatismos múltiples.
El hallazgo de que los niveles más altos de colesterol son protectores en pacientes con MSR debe interpretarse con cuidado.
Hay una gran cantidad de evidencia de que el colesterol total sérico elevado y especialmente el colesterol LDL conllevan el riesgo de enfermedad coronaria.
La terapia para reducir los lípidos con estatinas podría prevenir los infartos de miocardio que representan la causa más frecuente de MS.
De hecho, las guías recomiendan una reducción profunda del colesterol LDL en pacientes después de un infarto de miocardio y esta reducción disminuye la mortalidad cardiovascular y por todas las causas.
Por otro lado, el vínculo entre el colesterol sérico real y el paro cardíaco (especialmente en sujetos sin medicación para reducir los lípidos) es probablemente más complejo: un estudio poblacional reciente a gran escala documentó una relación en forma de U entre los niveles de colesterol LDL y el riesgo de MS en pacientes con diabetes mellitus tipo 2.
Sin embargo, ese estudio también se realizó en Corea, lo que no podría atribuirse fácilmente a la población de Europa Central.
La principal limitación del estudio es el hecho obvio de que no se disponen de datos sobre los niveles estables a largo plazo de lípidos en sangre de los pacientes antes del OHCA, y la información sobre su estado de salud a largo plazo es limitada.
De igual manera, y comprensiblemente, solo se dispone de información muy limitada sobre la terapia crónica antes del OHCA.
Por lo tanto, los autores admiten que no pudieron sacar conclusiones sobre los mecanismos implicados en los posibles cambios en el colesterol.
Además, este estudio fue un análisis secundario de un ensayo de un solo centro y, por este hecho, respalda bastante la hipótesis.
El análisis de lípidos se realizó solo en 123 de los 256 pacientes incluidos, pero su asignación a los brazos de tratamiento fue similar.
El diseño de un solo centro del estudio presenta otra limitación.
Los resultados también podrían haber sido influenciados teóricamente por la dilución sanguínea por la infusión intravenosa/intraósea administrada durante el transporte en ambulancia.
No se dispone de datos de los volúmenes de infusión administrados, pero en este estudio no se recomendó un volumen de infusión alto (por ejemplo, para enfriamiento).
Se puede estimar que el volumen medio fue de 250 a 300 ml, lo que no afectaría significativamente los niveles séricos de lípidos.
Los resultados de este análisis secundario sugieren que unos niveles más bajos de colesterol total y no HDL al ingreso podrían estar asociados de forma independiente con peores resultados neurológicos tras un paro cardíaco refractario, hallazgo que justifica su validación en futuros estudios prospectivos.
Una reanimación más prolongada se relacionó con niveles más bajos de colesterol, lo que respalda los hallazgos de estudios previos en animales y humanos.
El aumento del aclaramiento de lipoproteínas durante el paro cardíaco probablemente sea responsable de las observaciones mencionadas.
Un nivel más bajo de colesterol al ingreso en pacientes con paro cardíaco refractario podría considerarse un predictor de un peor resultado neurológico, independientemente del lactato sérico y la NSE (por sus siglas en inglés de Neuronal Specific Enolase, un marcador de daño cerebral).
Palabras clave: Paro cardíaco refractario, Reanimación, Oxigenación por membrana extracorpórea, Colesterol
* Malik J, Valerianova A, Janota T, Smalcova J, Kubinova N, Rob D, Pudil J, Dusik M, Kavalkova P, Michalek P, Huptych M, Belohlavek J. Lower cholesterol level on admission predicts poor outcome after prolonged cardiac arrest. Sci Rep. 2025 Jul 1;15(1):20512. doi: 10.1038/s41598-025-05808-1. PMID: 40594705; PMCID: PMC12219390.