Editoriales
Dr. Edgardo Schapachnik
Dr. Edgardo Schapachnik
Director General del FIAI
julio de 2020

El bombardeo

«Si podía volver a florecer en Hiroshima, nosotros también podíamos seguir»

Junko Watanabe

https://www.infobae.com/america/mundo/2019/02/17/junko-watanabe-sobreviviente-de-la-primera-bomba-atomica-si-podia-volver-a-florecer-en-hiroshima-nosotros-tambien-podiamos-seguir/

Y una mañana todo estaba ardiendo
y una mañana las hogueras
salían de la tierra
devorando seres,
y desde entonces fuego,
pólvora desde entonces, 
y desde entonces sangre.
Bandidos con aviones y con moros,
bandidos con sortijas y duquesas, 
bandidos con frailes negros bendiciendo 
venían por el cielo a matar niños,
y por las calles la sangre de los niños 
corría simplemente, como sangre de niños.

Pablo Neruda (Explico algunas cosas)

Un recuerdo vago pero intenso lleva a la mente de este Editor al mediodía del 16 de junio de 1955.

La mirada se clava en el cielo y el oído intenta capturar el ruido de aviones surcando el firmamento mientras aquéllos descargaban su mortíferas bombas en la Plaza de Mayo dejando centenares de muertos y heridos.

Eso sucedía a un niño de 10 años cercanos a cumplirse. El abrupto final de un día jueves de clase. El estrujarse contra las almohadas, y cobijas como si fueran defensas blindadas contra el rugir aéreo de los 30 aviones y sus efectos, aún a esa hora desconocidos.

El recuerdo se imbrica, unido por el miedo y la incertidumbre, con la imagen presente del coronavirus al acecho.

Noticias de muertos, ya no tantos niños como cantara Neruda; más bien viejos.

¿Qué de común tienen el junio del 55 con el del 2020 como para hermanarse en este Editorial de julio de CARDIOLATINA?

¿Qué de común el COVID 19 con el relato de Watanabe, sobreviviente de Hiroshima, y el de la Guerra Civil Española que inmortalizara el poeta chileno?

El temor, el pánico, el pavor, el terror que produce saberlo posible

La perplejidad, la duda, la indecisión, la vacilación ante su poder desconocido, pero con aroma a mortífero.

Fotos que superponen imágenes, como copias, del Guayaquil actual con cadáveres abandonados con los de la Histórica plaza porteña de hace 65 años.

El mayor desafío desde la 2º Guerra Mundial, según el decir de Ángela Merkel.

Estas escenas duplicadas, estrábicas, permiten cuidarse en la no querida pero necesaria cuarentena. Vigilar sigilosamente sin que se note a la familia lejana desde marzo.

Coincide Merkel con Watanabe: si floreció Hiroshima, es posible seguir.

Creo firmemente que lograremos tener éxito en esta tarea si todos los ciudadanos la consideran verdaderamente como propia”, según la canciller alemana.

La Humanidad derotará finalmente al efecto bombardeo del coronavirus, aunque el precio ya pagado y el qué aún deberá pagarse, sea enorme.

Hay cosas, entonces, para hacer en cuarentena en julio.

 

 

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